MIéRCOLES, 27 DE NOV

Bleger: «El gran dolor que siento es por la forma en que se dio todo»

Así se expresó el hijo del fundador de la histórica librería respecto a los ocho trabajadores que quedaron en la calle tras el cierre del local. "Lo más preocupante es el destino de los trabajadores", agregó.

 

Casa Bleger cerró sus puertas y ocho trabajadores quedaron en la calle sin previo aviso. En ese contexto, hoy se desarrolló una audiencia en el Ministerio de Trabajo entre las partes involucradas: representantes legales de los nuevos dueños de la histórica librería del microcentro rosarino y el Sindicato de Empleados de Comercio, en representación de los empleados afectados. Mientras todo se debate en la sede de la cartera laboral, Damián Bleger, hijo del fundador del negocio, habló con LT8 expresando su preocupación por la situación y defendiendo el nombre de su familia, que según contó «se desvinculó de la librería en 2001».

«El gran dolor que siento es por la forma en que se dio todo. Lo más preocupante es el futuro de los trabajadores. Por una cuestión de honor y para salvar el apellido que llevamos con tanta honra, la familia Bleger no tiene nada que ver con el negocio desde 2001«, apuntó.

En esa dirección, Bleger manifestó que ningún miembro de su familia guarda ningún tipo de relación ya sea comercial o laboral con los actuales dueños: «Lamentablemente, Bleger es una marca comercial. Va mucho más allá de lo que es nuestro apellido. La librería continuó su actividad con otras familias a cargo. Sentimos mucho dolor, no por la parte histórica sino por la falta de respeto hacia los laburantes rosarinos«.

«La librería tenía ocho empleados y no iba a hacerle ningún daño a los actuales dueños sentarse con ellos y establecer alguna salida si el negocio no continuaba más. Lo más criticable fue la forma en que se resolvió esta situación y la falta de respeto hacia el trabajo. Cómo miran a la cara a sus hijos y dicen: ‘dejamos a ocho tipos sin trabajo y sin darles ninguna explicación’«, dijo indignado.

Por último, consultado sobre cómo vivió su familia este proceso de cierre expresó que «es muy doloroso que esto termine así. Nosotros vivíamos en la librería. Éramos como una gran familia. Es una lástima por la gente que quedó allí. Mi padre rehizo su vida y cada uno de nosotros tiene su profesión. El gran dolor es la falta de respeto que tienen hacia la sociedad algunos empresarios rosarinos», cerró.

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