MIéRCOLES, 04 DE DIC

Comunidades judías de Argentina conmocionados por «lista negra» del Gran Rabinato de Israel

La misma desautorizó casamientos y conversiones aprobados por 160 maestros religiosos de la diáspora judía. La nómina de argentinos incluídos es la más amplia del mundo después de la de Estados Unidos.

 

Representantes de las comunidades judías de Argentina, Brasil y Uruguay expresaron hoy su rechazo e inquietud sobre la llamada «lista negra» del Rabinato Central de Israel, que desautorizó casamientos y conversiones aprobados por 160 maestros religiosos de la diáspora judía.

La nómina de los rabinos argentinos incluidos en la «lista negra» es la más amplia en el mundo después de la de Estados Unidos, e incluye también maestros religiosos de países latinoamericanos como Brasil, Chile, Uruguay, Cuba, México, Guatemala, Paraguay y Perú, además de Alemania, Australia, Bélgica, Bulgaria, Canadá, España, Francia, Reino Unido, Holanda, India, Sudáfrica y Ucrania.

La desautorización puede provocar problemas a inmigrantes para casarse en Israel, ya que deben confirmar su identidad judía, que suele consistir en una carta del rabino de su comunidad.

«Es una barbaridad, no tiene sentido. No estamos de acuerdo. No hemos sacado todavía ningún comunicado pero no descarto que lo hagamos», dijo Israel «Lito» Buszkaniec, presidente del Comité Central Israelita del Uruguay al hablar con Télam en el cierre de la primera jornada de debate de parlamentarios latinoamericanos sobre legislación para prevenir «ataques terroristas», organizada por el Congreso Judío Latinoamericano (CJL).

La lista incluye rabinos liberales, reformistas, conservadores e incluso ortodoxos y fue caracterizada como «negra» por la organización israelí ITIM.

Entre los rabinos argentinos que figuran se encuentran Daniel Goldman, Marcelo Polakoff y Abraham Skorka. Varios de los «prohibidos» mantienen lazos de amistad con el papa Francisco e incluso Skorka acompañó al Pontífice en su viaje a Israel, en el que también participó un líder de la comunidad musulmana argentina y legislador porteño, Omar Abboud.

Ricardo Berkiensztat, presidente ejecutivo de la Federación Israelita del Estado de San Pablo (FISESP), recordó que la institución ya había entregado una carta «lamentando» la decisión del gobierno de Israel de impedir que hombres y mujeres recen juntos ante el Muro de los Lamentos y aseguró: «Nosotros defendemos la unidad del pueblo judío, no necesitamos pelearnos».

Por su parte, Fernando Lottenberg, presidente de la influyente Conib, la Confederación Israelita de Brasil, aseguró que «pensamos que Israel es uno solo y no hay que distinguir una corriente de otra porque nadie puede decir quién es mejor. Para nosotros (la lista) no está bien y no es aceptable decir quien puede y quien no dar prueba de identidad judía».

El «prohibido» rabino Polakoff, quien también asistió al evento del CJL, afirmó que «el Rabinato de Israel es una institución israelí, sin soberanía sobre los rabinos de la diáspora. Estas listas no ofenden a los rabinos que en ella figuran sino a las familias y a las instituciones donde nos desempeñamos. La comunidad judía no tiene un sistema de jerarquía piramidal».

Previamente, en un video publicado en la red social Facebook, Polakoff demandó al Rabinato Central de Israel, dominado por ortodoxos, a pedir perdón por «avergonzar» a las casi 1.000 familias que frecuentan la sinagoga de su comunidad religiosa, ubicada en la provincia de Córdoba.

En tanto, el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Ariel Cohen Sabban, aseguró que «las listas le han hecho mucho daño al pueblo judío», aunque puntualizó que la institución que dirige «no se pronuncia sobre cuestiones religiosas».

La «lista negra» del Gran Rabinato de Israel provocó polémica también en Estados Unidos, donde el editorialista del The New York Times y premio Pulitzer Thomas L. Friedman llamó la atención sobre el caso, al que describió como una bomba de tiempo capaz de envenenar las relaciones entre Israel y los judíos que viven fuera del Estado hebreo.

La misma desautorizó casamientos y conversiones aprobados por 160 maestros religiosos de la diáspora judía. La nómina de argentinos incluídos es la más amplia del mundo después de la de Estados Unidos.

Representantes de las comunidades judías de Argentina, Brasil y Uruguay expresaron hoy su rechazo e inquietud sobre la llamada «lista negra» del Rabinato Central de Israel, que desautorizó casamientos y conversiones aprobados por 160 maestros religiosos de la diáspora judía.

La nómina de los rabinos argentinos incluidos en la «lista negra» es la más amplia en el mundo después de la de Estados Unidos, e incluye también maestros religiosos de países latinoamericanos como Brasil, Chile, Uruguay, Cuba, México, Guatemala, Paraguay y Perú, además de Alemania, Australia, Bélgica, Bulgaria, Canadá, España, Francia, Reino Unido, Holanda, India, Sudáfrica y Ucrania.

La desautorización puede provocar problemas a inmigrantes para casarse en Israel, ya que deben confirmar su identidad judía, que suele consistir en una carta del rabino de su comunidad.

«Es una barbaridad, no tiene sentido. No estamos de acuerdo. No hemos sacado todavía ningún comunicado pero no descarto que lo hagamos», dijo Israel «Lito» Buszkaniec, presidente del Comité Central Israelita del Uruguay al hablar con Télam en el cierre de la primera jornada de debate de parlamentarios latinoamericanos sobre legislación para prevenir «ataques terroristas», organizada por el Congreso Judío Latinoamericano (CJL).

La lista incluye rabinos liberales, reformistas, conservadores e incluso ortodoxos y fue caracterizada como «negra» por la organización israelí ITIM.

Entre los rabinos argentinos que figuran se encuentran Daniel Goldman, Marcelo Polakoff y Abraham Skorka. Varios de los «prohibidos» mantienen lazos de amistad con el papa Francisco e incluso Skorka acompañó al Pontífice en su viaje a Israel, en el que también participó un líder de la comunidad musulmana argentina y legislador porteño, Omar Abboud.

Ricardo Berkiensztat, presidente ejecutivo de la Federación Israelita del Estado de San Pablo (FISESP), recordó que la institución ya había entregado una carta «lamentando» la decisión del gobierno de Israel de impedir que hombres y mujeres recen juntos ante el Muro de los Lamentos y aseguró: «Nosotros defendemos la unidad del pueblo judío, no necesitamos pelearnos».

Por su parte, Fernando Lottenberg, presidente de la influyente Conib, la Confederación Israelita de Brasil, aseguró que «pensamos que Israel es uno solo y no hay que distinguir una corriente de otra porque nadie puede decir quién es mejor. Para nosotros (la lista) no está bien y no es aceptable decir quien puede y quien no dar prueba de identidad judía».

El «prohibido» rabino Polakoff, quien también asistió al evento del CJL, afirmó que «el Rabinato de Israel es una institución israelí, sin soberanía sobre los rabinos de la diáspora. Estas listas no ofenden a los rabinos que en ella figuran sino a las familias y a las instituciones donde nos desempeñamos. La comunidad judía no tiene un sistema de jerarquía piramidal».

Previamente, en un video publicado en la red social Facebook, Polakoff demandó al Rabinato Central de Israel, dominado por ortodoxos, a pedir perdón por «avergonzar» a las casi 1.000 familias que frecuentan la sinagoga de su comunidad religiosa, ubicada en la provincia de Córdoba.

En tanto, el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Ariel Cohen Sabban, aseguró que «las listas le han hecho mucho daño al pueblo judío», aunque puntualizó que la institución que dirige «no se pronuncia sobre cuestiones religiosas».

La «lista negra» del Gran Rabinato de Israel provocó polémica también en Estados Unidos, donde el editorialista del The New York Times y premio Pulitzer Thomas L. Friedman llamó la atención sobre el caso, al que describió como una bomba de tiempo capaz de envenenar las relaciones entre Israel y los judíos que viven fuera del Estado hebreo.

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