VIERNES, 22 DE NOV

La inexplicable brutalidad de un padre que golpeó a su hija

La historia de Ariadna A. sólo es una muestra de lo que ocurre en innumerables casos de violencia familiar y no se conocen. Noelia, la mamá, dialogó con Conclusión y contó el calvario que vivieron.

Violencia familiar o de género son palabras que suenan de forma recurrente, aunque cada nuevo caso no deja de sorprender e indignar a la sociedad, que en algunos casos, como el de Ariadna, buscan hacer justicia por mano propia.

La historia de Ariadna A. no se conoce demasiado, hasta hace unos días era una nena de 14 años que vivía con su padre junto a dos hermanos menores de 11 y 6 años. Este lunes dejó de ser una persona anónima para convertirse en el centro de todas las miradas, lamentablemente.

¿Qué pasó? Ariadna fue víctima de una brutal golpiza que la dejó internada en la unidad de Terapia Intensiva del hospital Provincial desde este lunes a la madrugada y permanece allí en estado crítico. Luego de conocerse que la chica había sido brutalmente golpeada por su padre, se generó una pueblada que terminó con la familia del acusado ferozmente golpeada y expulsada del barrio.

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Para tratar de entender la trama de lo ocurrido, Conclusión dialogó con la mamá de la menor, Noelia, quien asegura que el padre de la nena le propinó la brutal golpiza, dejándola gravemente herida. Noelia, desgarrada luego de escuchar el parte médico de su hija, accedió a hablar con este medio para contar cómo está la nena luego del terrible ataque.

“El estado es crítico, fue operada por lesiones en los intestinos, múltiples perforaciones de colon. Además los médicos me dijeron que no le funcionan los dos riñones” explicó, sin contar los múltiples hematomas que la nena tiene en la cara, adentro de la boca y en distintas partes del cuerpo.

La historia de Noelia está plagada de violencia. Todo comenzó hace 14 años, cuando Noelia conoció a Germán A. y tras seis meses de noviazgo, formalizaron y se fueron a vivir juntos. A los dos meses de convivencia se empezaron a evidenciar los primeros maltratos.

En los casos de violencia es habitual que el agresor pida perdón y la mujer acceda pensando que va a cambiar. Noelia recordó que “al poco tiempo de casarnos quedé embarazada de Ariadna y cuando tenía una panza de seis meses me golpeó brutalmente a patadas y trompadas. Después de eso lo dejé, pero después volvimos”, se lamentó.

Luego de reanudar la relación y volver a convivir “los golpes no cesaron, siguió todo igual y así pasaron cuatro años más y llegó Nicol (otra hija que hoy tiene 11 años) pero las cosas no cambiaron. Los golpes y maltratos siguieron”, contó Noelia.

La historia sólo tiene ribetes de violencia. “Nosotros vivíamos encerrados. A los chicos los ponía en una habitación y a la madre la mandaba para que me ayude a limpiar, pero en realidad la mandaba a controlarnos”, aseguró Noelia, mientras sus amigas la contenían y asentían todos sus dichos, incluso agregaron que “él ponía la música fuerte para tapar los ruidos de las golpizas que le daba a Noelia”, acotaron al unísono.ariadna 3

Los años pasaron y la situación lejos de mejorar, continuaba igual o peor. Con ese panorama Noelia fue determinante y “en el año 2013 me separé después de que me apuñalara las piernas”. Literalmente, “me escapé de mi casa con mis tres hijos y me fui a Pergamino para que no me encuentre”, recordó.

Pero pasado un año y medio de la separación; Noelia necesitaba ver a su familia y “un día fui a visitar a mi mamá a la casa y los chicos estaban en una placita que está a pocos metros. De repente él apareció en el auto y se los llevó. Me los robó”, se lamentó Noelia.

Desesperada, fue a la comisaría 11ª a realizar la denuncia pero “no me la quisieron tomar porque como era el padre, me dijeron que no era un robo”, y así comenzó el calvario para poder ver a sus hijos. Le interpuso una restricción de acercamiento tras conseguir que sus hijos declararan en contra de la madre y la acusaran de violenta, pero tras varias denuncias la situación no cambió.

“En las incontables audiencias a las que fue citado, nunca se presentó y tampoco llevó a los chicos. Y las pocas veces que fue, le dice al juez que los chicos no me quieren ver porque yo les pego”, se lamentó. Como si esto fuera poco, agregó Noelia, “el padre les hizo creer que yo no los quiero y que los abandoné”.

Noelia está desesperada porque Ariadna está en un estado gravísimo, las lesiones son muy severas y hay que esperar la evolución. Pero asegura que “yo temía que esto iba a pasar, hace años que vengo luchando para que me devuelvan a los chicos. El los obligó a declarar en mi contra y la Justicia me investiga por maltratos. Los chicos le tienen miedo y hacen todo lo que él les dice”.

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La Justicia como en muchos otros casos llegó tarde, por negligencia, desidia o por no coordinar correctamente la función de los distintos organismos del Estado para tratar de evitar que ocurran un hecho aberrante como el que tuvo que sufrir Ariadna.

En las últimas horas se conoció una resolución judicial donde le restituyen la tenencia de los chicos a la madre. Un poco tarde.

Nota: Las fotos que se publican en esta nota son a expreso pedido de la madre de la víctima y consideramos que lejos de alimentar el morbo de las personas, hacen un aporte objetivo para que se tome conciencia de la dimensión de esta problemática que afecta a muchas mujeres, niños, niñas y adolescentes y puedan tomar decisiones a tiempo.

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