MARTES, 26 DE NOV

«La música es producto de la vida, no de un conservatorio»

El acordeonista Chango Spasiuk, una de las grandes influencias de la música popular argentina, presentará "Otras Músicas" el viernes 12 en el Teatro El Círculo, y antes habló con Conclusión.

Por Santiago Fraga

De Apóstoles al mundo: el Chango Spasiuk continúa demostrando por qué es una de las grandes influencias en la música popular argentina de los últimos tiempos y llega al Teatro El Círculo con «Otras Músicas», una apuesta distinta enmarcada en un disco de 14 canciones propias más dos versiones (Seguir viviendo sin tu amor, de Spinetta, y Gloomy Sunday, de Billie Holliday) que originalmente han sido utilizadas en películas o series de televisión.

Con una paz y una humildad que, prácticamente, permiten ver la nobleza de su alma, Spasiuk dialogó con Conclusión sobre las novedades en su música que se ven en este nuevo disco; sobre el chamamé, que considera «una gran música y una tradición inmensa» que le da «la seguridad» de poder pararse «en cualquier lugar»; sobre su paso de Misiones a Buenos Aires; sobre Pequeños Universos, su ciclo en Encuentro; y sobre las diferencias entre la música con palabras y la música instrumental, a la que considera simplemente «otra manera de expresar un mundo de ideas».

También fue muy crítico con la organización del Festival de Cosquín asegurando que el hecho de que «una pequeña comisión, que está en un pequeño lugar de poder, te haga sentir que lo tuyo es prescindible en ese contexto, genera como un cierto malestar o te pone un poco de mal humor», asegurando además que no quiere que le cierren esa puerta y que se está desviando la tradición del festival.

El Chango se presentará el viernes 12 de agosto a las 21.30 en el Teatro El Círculo (Laprida y Mendoza), e invita a todos a seguirlo en sus redes sociales, donde compartirá información y «cositas» sobre el disco y los shows.

¿Qué fue lo que buscaste reflejar con Otras Músicas?

Los últimos años venía escuchando esta música, que hice para películas, documentales, teatro o TV. En mi casa tenía como un back up de esto, algunas veces compartí algunas de esas canciones, pero el hecho de escuchar ese material o chequearlo, o tenerlo en un pendrive y ponerlo en el auto, y a veces en un viaje me encontraba con esto y decía “Ah, mirá qué lindo”, “Ah, esto suena bien”, y la mayoría, el 80% de esta música, nunca la toqué en vivo y no formó parte de ningún disco conceptual de los últimos que he grabado. Entonces dije: ¿Porqué no compilarlo? Porque por un lado me gusta como suenan, y por el otro en algún lugar tendría miedo de que quedaran en el olvido, que desaparezcan, y que nadie se dé cuenta que estaban esas canciones o esas músicas.

Salvo algunos temas, te alejas un poco del chamamé en este disco. ¿Otras Músicas es una conjunción de todo lo que has incorporado en estos años?

Casi se llama Otras Músicas porque en algún lugar es “otras músicas” con respecto a lo que venía tocando anteriormente. Aunque hay un par de temas que están muy conectados con la tradición donde nací, hay otros como Nazareno, o Canción de los Hermanos, o Seguir Viviendo Sin Tu Amor que es un cover de Spinetta, o Gloomy Sunday, de golpe son como un montón de otras canciones que de alguna manera se escapan a la estética más conocida pero que forman parte de todos estos 12 años de trabajo y proyectos en los que me he involucrado.

chango2 Hay una frase que has dicho: “La música es una porque es infinita y está habitada por todas las diferencias”. ¿Eso es Otras Músicas?

En el fondo la necesidad del sonido es la misma, sea el tradicional chamamé con el cual arranqué, con el que más se me conoce en los últimos tiempos, o mi manera de entender esa música. De alguna manera un proyecto no anula todos los demás, sino que los completan, se suman, y el abanico estético con el que yo toco en vivo ahora es más amplio y no genera ningún conflicto. Es simplemente decir “esto también hago”, “esto lo comparto con ustedes” y “esto voy a tocar en vivo”.

¿Se puede decir más con la música instrumental que con palabras?

Es mejor salir de esa discusión de qué dice más. Lo que sí es bueno es aprender a que no solamente hay una narración en la música que tiene poesía, y que a veces, en algunos lugares uno parece que escucha o se da cuenta que hay gente que piensa que la música instrumental es como un soporte, un marco a esa poesía que nos está diciendo algo, y me parece algo muy infantil. En la música instrumental también hay una narración y hay algo que está siendo expresado. No es ni mejor ni peor, es simplemente otro lenguaje y es otra manera de expresar un mundo de ideas, y que obvio que uno trata de decodificarlo de una manera diferente, pero son herramientas para crear y para buscar un estado del corazón. El que trabaja con la poesía va a hacer hincapie en el valor de las palabras, el que trabaja con el sonido va a hacer hincapie en la fuerza del sonido, pero el sonido también es el que le da significado a las palabras.

Sos alguien que cuando toca cierra los ojos y siente la música. En alguna ocasión has dicho que al cerrar los ojos ves momentos de tu infancia. ¿Te acordás qué veías al principio y qué es lo que ves ahora?

Ahora de grande trato de ver momentos de mi infancia porque en realidad yo quiero ser como ese niño que empezó a tocar. Porque cuando era niño no había imágenes, era pura intensidad. Te sorprendías por el sonido, te conmovías por el sonido. Con el tiempo eso es un poco más difícil. Entonces, a veces busco esas imágenes de la infancia porque en realidad lo que busco es no tener ninguna en mi cabeza. Por momentos es abstraerme hasta de cualquier imagen y sonar con el acordeón y sonar con la música que está sonando alrededor mío.

chango spasiuk

¿Te costó tu llegada a un lugar como Buenos Aires, trayendo toda la cultura que vos tenías incorporada de tu lugar de la infancia? ¿Cómo fue convivir ese opuesto tan grande?

Costar cuesta, pero a veces me pongo a pensar en lo que le ha costado a los pioneros. Ahí sí que, como decía Atahualpa: “Buenos Aires, ciudad gringa, la gente se te hace a un lado como cuerpo a la jeringa”. Lo que habrá sido para Tarragó (Ros), para (Ernesto) Montiel, para Cocomarola ir a Buenos Aires. El contexto lo que habrá sido para esos hombres. Algo (no mucho) habrá cambiado la sociedad para cuando yo llegué, y así y todo al principio era un poco duro, pero después de vivir tantos años en la ciudad y tantos años en Buenos Aires no puedo dejar de decir que hay tanta gente solidaria, tantos provincianos, tanta gente amable y considerada, y que no todo es violencia en las grandes ciudades. Pero sí cuando recién me tomaba el Gran Capitán y el tren entraba ahí en Federico Lacroze y vos te bajabas como bola sin manija… Es toda una experiencia, y que por suerte el coraje era más que el miedo, porque el miedo a veces hace que te escondas y quieras volver a tu casa, pero el poder moverte me ha hecho avanzar y conocido mucha gente que me ha ayudado muchísimo.

¿Y musicalmente cuánto te influyó?

Cuando hay gente que te influye te influyen muchas personas, pero la música es producto de la vida, no es solamente producto de un conservatorio o de un maestro de música. La música es algo que está directamente relacionado con toda la vida de uno, con la manera de entenderla, con lo que uno lee, con lo que uno se relaciona, con lo que uno se pregunta, con las expectativas que uno tiene, con lo que busca. No es solamente lo que sucede cuando estás sentado con tu instrumento o con el maestro que te enseña algo del lenguaje de la música, pero sí he encontrado maestros de piano, de acordeón, y maestros que me han enseñado sin haber tomado una clase con ellos.

¿Cuánto aprendiste vos haciendo Pequeños Universos?

Montón. He aprendido tanto como el que ha visto esos programas por primera vez. Estoy aprendiendo con ustedes, con los que ven Pequeños Universos. Porque por más que yo sabía esas tradiciones sonoras, porque viajo por la Argentina desde fines de los 80′, pero otra cosa es viajar y quedarte tres días ahí, y tratar de contaminar lo menos posible esas situaciones y observar, y ponerme a disposición de qué manera puedo encajar como para poder contar un poco de todo ese mundo sonoro. Entonces ese es un regalo, más que un aprendizaje. He hecho más de 70 viajes. Creo que La Pampa es la única provincia de Argentina que aún no visite. Pero haber estado en esos patios y que esas familias me hayan abierto las puertas de sus casas es algo para agradecer, y disfruto mucho de que las personas puedan disfrutar también de un programa que comparte tantos contenidos que tienen que ver con la historia de nuestro país.

Últimamente has tenido algunas palabras críticas con el Cosquín, y hace varios años se siente tu ausencia. ¿Qué opinión te merece?

Yo nací en Cosquín. Me gustaría volver más seguido. No porque lo necesite en términos del desarrollo de mi música, sino simplemente lo necesito como manera de poder expresar mi gratitud hacia la gente que va al Cosquín. Yo quiero tocar para ese público y en ese contexto, porque yo amo ese espacio, porque es un espacio en donde se encuentra toda la gente que ama esa tradición y la música folclórica. Entonces, como que una pequeña comisión, que está en un pequeño lugar de poder, te haga sentir que lo tuyo es prescindible en ese contexto, genera como un cierto malestar o te pone un poco de mal humor. Porque de alguna manera no te dejan llegar ahí y compartir tu música. Pero es cuestión de saber esperar, y ya vendrá el momento en el cual esa puerta que ahora hace años está cerrada por ahí se abra y pueda volver y tocar mi música. Pero no es “¡Hey, yo merezco tocar acá!”, sino “¡Yo quiero tocar acá!”. No me cierren esta puerta, yo quiero tocar para esta gente porque es mi gente. Entonces, es como cuando hablábamos con Mercedes Sosa cuando ella vivía, y a veces me invitaba a tocar y compartíamos, me decía: “No nos van a arrancar tan fácil de algunos lugares donde hemos empezado”.

chango3Simplemente se trata de eso. A veces ves humor de mal gusto, o escuchas música que me parece que está fuera del contexto de los motivos por los cuales se fundaron esos espacios. Entonces no es que yo soy como un crítico que voy a decirle a todo el mundo qué tiene que haber y qué no tiene que haber, sino que supongo que la seriedad y la disciplina con la que vengo caminando hace más de 30 años, ese entusiasmo, no se ha perdido. Y yo quiero estar ahí también. Mi punto de vista crítico es mi manera de pedir para volver y para poder hacer mi música ahí también. Si se da, bien, y sino seguiré haciéndola de la misma manera que vengo haciéndolo y siempre agradecido. Pero me parece que es un espacio en común y en donde uno se siente con autoridad de hablar y de hacer una lectura de ese espacio, porque cuando yo no voy a tocar me siento en mi casa a verlo, y veo que faltan un montón de cosas, siendo que es un espacio para que se exprese toda la diversidad folclórica nuestra. Me encantaría ir, pero ya se dará, la vida ha sido muy generosa conmigo. Nunca, y menos estos últimos años, he sido motivado por el resentimiento. Es una mirada crítica y constructiva de como esos espacios pueden ser más plurales y más ricos por el bien de la circulación de nuestra música popular.

 

Cámara: Kevin Trumper

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