LUNES, 11 DE NOV

Policía le quiso hacer un chiste a un amigo y lo terminó matando de un balazo

El juez de la ciudad de Neuquén, Mauricio Zabala, descartó el pedido de detención domiciliaria que realizó la defensa e impuso la prisión preventiva por cuatro meses.

 

Un policía de Neuquén mató de un balazo a un amigo que trabajaba en un taller, tras quererle hacer un «chiste» al gatillarle su arma en el pecho, por lo que quedó detenido por «homicidio», informaron este sábado fuentes judiciales.

El hecho ocurrió el jueves último, alrededor de las 15.20, en el local ubicado en 12 de Septiembre al 800, en el centro-oeste de la capital provincial, donde la víctima, identificada como Diego Escobar (28), estaba trabajando junto a dos primos y otro empleado.

Fuentes judiciales informaron que, según la acusación de la fiscal de Homicidios, Eugenia Titanti, el policía Nicolás Leopoldo López (29), con aproximadamente dos años de antigüedad en la fuerza, se acercó al negocio luego de haber terminado su servicio.

En ese momento, uno de los primos de Escobar salió del taller para realizar unas compras y se topó con López, quien portaba su arma y, sorpresivamente, le apuntó en el pecho y apretó el gatillo, sin que saliera el proyectil.

“Asustado, le dijo que no hiciera eso, que no era un juego. Pero haciendo caso omiso, López ingresó al taller, dónde estaba la víctima junto a su otro familiar”, señaló la fiscal en la audiencia de imputación de cargos.

La representante del Ministerio Público afirmó que, en ese instante, el imputado reiteró la maniobra: apoyó el arma en el pecho de Escobar y volvió a apretar el gatillo pero esta vez, el disparo se efectuó, por lo que la víctima murió casi de inmediato.

Según los voceros, Titanti encuadró el hecho como un «homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, en calidad de autor» ya que el acusado no se encontraba de servicio (lo había estado hasta el mediodía), por lo que no se aplica en este caso el agravante de la función policial.

El asistente letrado de la fiscalía, Bruno Micciulo, quien es parte del equipo que interviene en el caso, sostuvo que López actuó con “total desprecio por la vida y por la capacitación e instrucción que recibió”.

De acuerdo al funcionario judicial, el acusado “entró al taller bromeando y usando su arma a modo de chiste”.

“Un testigo le dijo que dejara de hacer esas bromas, ya que no era la primera vez que lo hacía”, agregó y aclaró que “este desprecio por la reglamentación y por su función nos hace pensar que si no pudo acatar eso, menos se someterá al proceso penal”.

Por ello, la fiscalía solicitó la imposición de una medida cautelar para garantizar la realización del juicio, por considerar que en el hecho se presentan los dos peligros procesales que habilitan la posibilidad de que una persona que no está condenada sea privada de su libertad: el riesgo no sometimiento al proceso y el de entorpecimiento de la investigación.

Para sostener el pedido de la medida cautelar más grave, como es la prisión preventiva, también argumentó que la pena en expectativa en caso de una condena es alta, con un mínimo de 10 años y 4 meses de prisión, y que ante esa situación, el imputado podría evadir el proceso.

Finalmente explicó que, como López tenía una relación de amistad tanto con la víctima como con los testigos, la prisión preventiva era necesaria para evitar que pudiera influenciar a estos últimos y, efectivamente, entorpecer la investigación.

Tras escuchar a las partes, el juez de garantías Mauricio Zabala tuvo por formulados los cargos tal como los presentó la fiscal, fijó el plazo de investigación en dos meses y, tras descartar un pedido de detención domiciliaria que realizó la defensa, impuso la prisión preventiva por cuatro meses.

En tanto, los restos de Escobar fueron velados desde este viernes por la tarde hasta la mañana de este sábado, cuando iban a inhumarlos en el cementerio local.

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