Al final, Argentina masticó bronca
Argentina perdió 1 a 0 con Portugal en un promocionado duelo entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo que no fue tal, ya que ambos salieron del campo al finalizar el primer tiempo luego de sendas modestas actuaciones, lo que envolvió de tedio a un partido al que el magnífico escenario de Old Trafford le quedó […]
- Deportes
- Nov 18, 2014
Argentina perdió 1 a 0 con Portugal en un promocionado duelo entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo que no fue tal, ya que ambos salieron del campo al finalizar el primer tiempo luego de sendas modestas actuaciones, lo que envolvió de tedio a un partido al que el magnífico escenario de Old Trafford le quedó demasiado grande.
El único gol de la noche fue obra de Raphael Guerreiro a los 45 minutos del segundo tiempo, luego de un desarrollo que no ameritó la victoria de ninguno de los dos equipos.
La imagen del público inglés haciendo la tradicional “ola” cuando promediaba el segundo tiempo, anticipo de una retirada masiva que sobrevendría poco después, fue el corolario de un partido que quiso despertar más expectativas de lo que evidentemente los protagonistas estaban dispuestos a arriesgar.
En el primer tiempo Argentina hizo mejor las cosas y se pudo observar parte de la idea que Gerardo Martino pretende impregnarle al equipo. Dentro de ese panorama, la prolijidad de Lucas Biglia y algunos chispazos de Javier Pastore, más las proyecciones de Cristian Ansaldi, fueron lo más destacado.
De todos modos, los minutos fueron pasando, Portugal emparejó las cosas y el partido cayó en un pozo sin salida.
Como condimento, Messi y Ronaldo se quedaron en el vestuario para el segundo tiempo y ya no había motivo alguno para que el juego mejorase.
Se notó demasiado las pocas ganas de los jugadores para dar el espectáculo acorde al mítico estadio inglés.
Pero cuando parecía que el 0 a 0 ofrecía el marco perfecto para una jornada demasiado amistosa, el ingresado Raphael Guerreiro rompió el pacto con un preciso cabezazo en soledad, tras un centro desde la derecha de otro relevo como Ricardo Quaresma y así Argentina terminó el año con una mueca de amargura.