MARTES, 26 DE NOV

Conmemoran los 40 años del primer acontecimiento mariano en San Nicolás

Con motivo de cumplirse, el próximo 25 de septiembre, 40 años de la primera aparición, el obispado y el Santuario preparan conjuntamente una agenda de actividades para todo el mes.

Con motivo de cumplirse, el próximo 25 de septiembre, 40 años de la primera aparición de la Virgen María del Rosario en San Nicolás, el Obispado y el Santuario preparan conjuntamente una agenda de actividades que se desarrollarán durante todo el mes, con vistas al aniversario de ese importante acontecimiento mariano, cuyo origen se remonta a 1983.

La procesión por la ciudad con la imagen de Santa María del Rosario de San Nicolás tendrá lugar el 16 de septiembre a las 10.30; y el 17 será la peregrinación a pie desde Rosario. Ese mismo día, a las 14, tendrá lugar la procesión de la imagen de la Virgen por el «campito».

En tanto, el miércoles 20 a las 19, se realizará la celebración eucarística con Unción de los Enfermos.

El Rosario de antorchas hacia la catedral se hará el sábado 23 a las 20, y el domingo 24 habrá misa, también a las 20, para recibir a los fieles de la peregrinación a pie desde Buenos Aires.

A las 21.30 de ese día se iniciará la vigilia de oración; y el lunes 25, a las 00, se realizará la primera misa del aniversario, presidida por monseñor Hugo Santiago. Habrá noche de oración desde las 2 hasta las 5 de la madrugada y se rezarán misas a cada hora.

A las 11 del día 25, el obispo de San Nicolás de los Arroyos brindará una conferencia de prensa en la secretaría del Santuario y, a las 15, tendrá lugar la misa central en el «campito«.

La historia de las apariciones

Estos importantes acontecimientos marianos comenzaron el sábado 24 de septiembre de 1983, cuando una vecina nicoleña, Gladys Herminia Quiroga de Motta, comenzó a recibir mensajes de una aparición, a la que después identificó como la Virgen del Rosario.

En la primera oportunidad, Gladys, una mujer muy religiosa, vio iluminarse el rosario colgado en su habitación y rezó. Primero con vecinos que estaban presentes, quienes vieron el fenómeno, y luego sola. Al día siguiente, domingo 25, mientras rezaba, se le apareció la Virgen María con el Niño Jesús en brazos y un rosario. Según contó Gladys, la aparición fue silenciosa: solo hizo ademán de darle a la mujer su propio rosario.

«Vi a la Virgen por primera vez», escribió más tarde la mujer, que en ese entonces tenía 46 años. Tres días después, ocurrió la segunda aparición, exactamente igual a la anterior. Y el 5 de octubre ocurrió lo mismo.

Pero el 7 de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, Gladys se animó a preguntarle a la aparición: «¿Qué espera de nosotros?». En ese momento, la imagen se borró y apareció la visión de un templo.

El 12 de octubre Gladys se animó a contarle acerca de las apariciones a su confesor, el padre Carlos Pérez, por entonces presbítero de la catedral de San Nicolás. Y al día siguiente, 13 de octubre, la Virgen le habló por primera vez: «Has cumplido. No tengas miedo, ven a verme; de mi mano caminarás, y muchos caminos recorrerás».

En 1983, el 27 de noviembre, día de la Medalla Milagrosa y primer día de la Novena a San Nicolás, el padre Pérez se dio cuenta de que la imagen de Nuestra Señora del Rosario, que por largo tiempo había estado en la catedral y que actualmente se encontraba en el campanario, coincidía con la descripción de Gladys.

En ese momento, se le apareció la Virgen María frente a la imagen, diciéndole: “Me tienen olvidada, pero he resurgido. Ponedme allí, porque me ves tal cual soy. No os apenéis, ya me tendrán. Quiero estar en la ribera del Paraná. Poneos firmes. Allí viste mi luz. Que no flaqueen tus fuerzas. Gloria al Altísimo Padre”.

El Padre Pérez hizo entonces reparar la imagen y colocó en sus manos y en las del Niño Jesús un nuevo rosario.

Ante la pregunta de Gladys acerca de si el templo debía ser una capilla o un santuario, la Virgen le dio una respuesta a través de las Sagradas Escrituras. Le dijo que lea Éxodo, capítulo 25, versículo 8, que dice: “Me harán un santuario y habitaré en medio de ellos”.

Una vez aprobado el proyecto del templo por parte de la Santísima Virgen, y comenzada su construcción, la imagen fue trasladada al nuevo santuario en 1989, construido gracias a numerosas donaciones, el cual recibe 1.500.000 peregrinos anuales; y San Nicolás se convirtió así en «la ciudad de María».

La Virgen hizo acuñar a Gladys una medalla con la advocación de María del Rosario de San Nicolás y, en el reverso, la Santísima Trinidad con siete estrellas. “Hija mía, el significado de las siete estrellas son siete gracias que mi Hijo Jesucristo concederá a quien la lleve sobre su pecho. Alabado sea el Señor”.

Gladys recibió más de mil ochocientos mensajes de la Virgen, desde el 13 de octubre de 1983 hasta el 11 de febrero de 1990, día del último mensaje.

El obispo de San Nicolás de aquel entonces, monseñor Domingo Castagna, lejos de tomar distancia de ese fenómeno vital que ocurría en su diócesis, lo aceptó, lo guió y lo nutrió, sin dejar de lado la prudencia ni el discernimiento. De manera ejemplar, alentó a los peregrinos que, desde el primer momento, comenzaron a afluir a San Nicolás. Las procesiones empezaron a sucederse todos los meses, los días 25, siendo siempre la más importante y numerosa el 25 de septiembre de cada año, en recuerdo del día de la primera aparición.

El sucesor de monseñor Castagna, monseñor Héctor Cardelli, realizó la inauguración total del templo, la coronación en 2009 de la imagen, la apertura de los mensajes y la declaración de sobrenaturalidad del fenómeno, en el último período de su episcopado. La gente lo recuerda como “el obispo de la Virgen María”. Con el actual obispo, monseñor Santiago, se cerró la publicación de mensajes.

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