LUNES, 02 DE DIC

Tragedia en una boda cristiana en Irak

"Una verdadera masacre", dijo el patriarca de Bagdad, cardenal Louis Sako. Fue tras acudir a Qaraqosh, el centro cristiano más importante del país, donde durante una celebración se produjo un incendio mortal.

El patriarca de Bagdad de los Caldeos, cardenal Louis Raphael Sako describió “Una verdadera masacre”, la terrible tragedia que se produjo ayer por la tarde (martes 26) en Qaraqosh, el centro cristiano más importante de la llanura de Nínive, en el norte de Irak. El desastre ocurrió durante la celebración de una boda, cuando de improviso estalló un gran incendio en el interior del edificio, sorprendiendo a los presentes.

“El balance todavía es provisorio, explicó el cardenal a la agencia AsiaNews, por ahora hay al menos 114 muertos y más de 200 heridos (algunas fuentes hablan de 500), pero seguramente serán más, porque algunos de los heridos se encuentran en condiciones muy graves”.

“Estuve personalmente en el gran salón donde tuvo lugar la fiesta -contó el cardenal Sako- y no quedó nada, todo estaba destruido, pero es evidente que la construcción no respetaba las normas”.

El patriarca relató que habló con un sacerdote, Petros, “que perdió a 10 miembros de su familia en el incendio. Murieron varios nietos entre sus miembros, todos niños, y también hermanos, una tragedia».

«Lo ocurrido es una catástrofe», siguió diciendo el primado, que quiso mostrar personalmente su solidaridad y cercanía a las víctimas y a sus familias en un momento problemático para la Iglesia caldea, que ha afectado a toda la comunidad cristiana.

“Los heridos están siendo atendidos en los hospitales de Mosul y Erbil, pero lo más impresionante -afirma el cardenal- es el número de víctimas, que es muy elevado. Es la primera vez que hay un número tan elevado de muertos en nuestra comunidad; en la masacre de la catedral, en 2010, hubo cerca de cincuenta muertos, y aquí han sido más del doble”.

El vicegobernador de Nínive, Hassan al-Allaq, explicó que el incendio se produjo alrededor de las 22.45 del martes, hora local, y tomó por sorpresa a la gente que se hallaba reunida para los festejos de la boda. El accidente conmocionó al centro cristiano más importante del norte de Irak, y toda la ciudad de Qaraqosh pasó de un ambiente festivo a un silencio mixto de dolor y condolencia, mientras se intentan rastrear las causas que provocaron el incendio.

El fuego afectó y destruyó parcialmente el salón de fiestas. En una nota, la Defensa Civil iraquí informó que el origen del incendio fue el material pirotécnico que se iba a utilizar durante la celebración, y posteriormente el fuego se extendió a todo el edificio.

El uso de pirotecnia es una práctica común en las fiestas de boda en Irak y, según las primeras informaciones, cuando se produjo el incendio había cerca de mil personas en el interior del edificio. Lo que agravó la situación fue el hecho de que el edificio estaba construido con material inflamable y no contaba con las medidas de seguridad adecuadas, como salidas de emergencia para los casos de accidente, como el que ocurrió posteriormente. Otros de los elementos que alimentaron las llamas fueron los paneles prefabricados colocados en el interior del salón, que eran «altamente inflamables», en «clara violación» de las normas de seguridad más elementales.

En la tragedia que se ha producido, cuyo alcance todavía no se puede traducir en cifras, el patriarca caldeo señala también un elemento de esperanza: «Estoy viendo -dijo a AsiaNews- la solidaridad de los iraquíes, de todos los iraquíes: cristianos, musulmanes, kurdos y árabes, que han expresado su cercanía, que se ofrecieron a acoger a los que necesiten, que enviaron ayuda».

En los próximos días, el cardenal Sako debe viajar a Roma para el Sínodo, pero decidió permanecer por ahora en Qaraqosh «para asistir a los funerales de un primer grupo de personas, al menos cuarenta, aunque todavía es difícil identificar a las víctimas, porque los cadáveres están carbonizados. En este momento ni siquiera sabemos qué ha sido de los novios».

La comunidad cristiana en Irak está integrada por entre 200.000 y 500.000 personas, según diversas estimaciones, y se concentra principalmente en el norte del país, siendo Nínive el principal bastión de esta minoría religiosa.

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