Desactivaron dos fiestas clandestinas en Rosario: advierten que no estaba garantizada la seguridad
Los desalojos se realizaron de forma pacífica y sin que haya detenidos. Una de las fiestas tuvo lugar en Fisherton y contó con la presencia de unas 400 personas, mientras que la otra se llevó adelante en la zona norte y fue presenciada por más de mil ciudadanos.
- Ciudad
- Abr 22, 2024
La Municipalidad de Rosario desactivó durante este domingo dos fiestas clandestinas que se realizaron en las zonas norte y noroeste de la ciudad. Una tuvo lugar en Fisherton y contó con la presencia de unas 400 personas, mientras que la otra ocurrió en inmediaciones de Camino de los Granaderos y Ciudadela y tuvo más de mil participantes.
En declaraciones a Conclusión, el secretario de Control de la Municipalidad, Diego Herrera, indicó: “El domingo hubo dos fiestas que se desactivaron. Una a la madrugada, cerca de las 2.30, en Fisherton. Acudimos al lugar por denuncias de vecinos por ruidos molestos, y nos encontramos con cerca de 400 personas en una casa particular. Había mucha gente afuera enojada porque no podía ingresar, habían pagado una entrada para poder acceder”.
Más tarde, cerca de las 11, los agentes se dirigieron al límite entre Rosario y Granadero Baigorria para desalojar un “after”. Según indicó Herrera, esta vez se trató de una fiesta electrónica de la que participaban más de mil personas.
Ambas fiestas fueron desalojadas de forma pacífica y sin que haya detenidos. Por pedido de los fiscales que intervinieron en los casos, se labraron actas a los propietarios de las viviendas donde tuvieron lugar las celebraciones y, en el festejo de zona norte, también se notificó al organizador del evento.
El funcionario municipal aclaró que estos festejos son considerados “clandestinos” ya que no están habilitados por la Municipalidad ni disponen condiciones de seguridad. Al respecto, Herrera ejemplificó: “Había equipos de sonido abajo del agua, es un riesgo”.
Por último, desde la Municipalidad aclararon que los menores de edad que concurrieron a las fiestas debieron ser retirados por sus padres. Para resguardarlos, los agentes de la Secretaría de Control permanecieron junto a ellos hasta que todos volvieron con sus tutores.