DOMINGO, 03 DE NOV

Prisión preventiva para un imputado por los ataques contra el Sindicato de la Carne y frigoríficos

La Fiscalía le atribuyó al procesado, junto a Cristian Nicolás A y otras personas ya imputadas, en conjunto con otras aún no identificadas, haber formado parte del grupo que ideó y perpetró en abril hechos delictivos contra el Sindicato de la Industria de la Carne y contra empresas de la industria frigorífica de la región.

 

En una audiencia imputativa realizada este lunes, en el Centro de Justicia Penal de Rosario (CJP), el fiscal Franco Carbone solicitó la prisión preventiva para Sergio R. por los delitos de intimidación pública, encubrimiento por receptación dolosa, daño y resistencia a la autoridad, todos ellos en calidad de coautor y en concurso real entre sí.

La Fiscalía le atribuyó al imputado, junto a Cristian Nicolás A y otras personas ya imputadas, en conjunto con otras aún no identificadas, haber formado parte del grupo que ideó y perpetró en abril ataques armados e incendiarios dirigidos contra el Sindicato de la Industria de la Carne y contra empresas de la industria frigorífica de la región.

El comienzo de la trama delictiva surge cuando Cristian Nicolás A. ordenó desde su lugar de alojamiento, en la cárcel de Ezeiza, una serie de ofensivas contra los frigoríficos Paladini, Swift, Mattievich, Coto y Sugarosa, y la sede del referido gremio.

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Para ello, se valió de la colaboración de Miranda E. y Gladys R., quienes al estar autorizadas por el Complejo Penitenciario para comunicarse telefónicamente con el involucrado, triangularon las llamadas para que el mismo pueda impartir órdenes a sus subordinados desde un teléfono fijo.

En cumplimiento de las instrucciones recibidas, Fabricio H., alojado en ese momento en el pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria Nº 6 de Rosario, fue el encargado de escoger a quienes llevarían a cabo los ataques encomendados por Cristian A.

Así, seleccionó para realizar parte de esos «trabajos», bajo promesa de recibir una suma de dinero, a Sergio Luis R. y a otras personas aún no identificadas. Familiares del primero colaboraron para que éste pudiera ejecutar las órdenes recibidas tanto de Fabrizio H. como directamente de Cristian Nicolás A., en referencia concreta al ataque incendiario contra el frigorífico Coto.

Por su parte, el 14 del mismo mes, Nair Joana A. tomó una foto de la imagen remitida vía Whatsapp y se la envió a Cristian Nicolás A., con el objetivo de que él mismo redactara la nota, con un mensaje intimidatorio, para dejar en Coto tras lanzar una bomba molotov hacia el interior de la empresa.

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El imputado contó con la colaboración de su hermana Milagros Aylen A., quien fue la encargada de brindar las botellas de vidrio necesarias para la fabricación de las bombas molotov utilizadas en el ataque incendiario, con pleno conocimiento del destino que su hermano le iba a dar a esas botellas.

Asimismo, una vez perpetrado el ilícito, concurrió al lugar del hecho para tomar filmaciones del accionar policial, con el propósito de remitírselas a su hermano para que con ellas pudiera acreditar el cumplimiento de la orden recibida de Fabrizio H. y así recibir el pago por la labor  realizado.

Cronología de los hechos

Los acontecimientos se encuentran vinculados no solo por la modalidad empleada para la comisión de los mismos, sino también porque en cada uno de los ataques se dejaron notas con inscripciones similares, con una misma e idéntica finalidad.

Primer ataque: el 3 de abril, en Fausta al 5300, dos hombres a bordo de una moto Guerrero GR6 300, sin dominio colocado, prendieron fuego la puerta de la sede del Sindicato de la Industria de la Carne y efectuaron cuatro disparos con una pistola calibre 9 mm, Luego, dejaron una nota con amenazas.

Segundo ataque: ese mismo día, en San Luis y Libertad, en Villa Gobernador Gálvez, un grupo de persona no identificadas arrojaron una bomba molotov contra un bicicletero ubicado en el interior de la empresa Paladini, lo que provocó el incendio de cinco motocicletas. Posteriormente, concluyeron su accionar arrojando un cartel con una inscripción.

Tercer ataque: cuatro días después, personas aún no identificadas incendiaron un camión que se encontraba estacionado en la puerta del Frigorífico Swift, ubicado en Juan Domingo Perón y Lavalle de Villa Gobernador Gálvez.

Cuarto ataque: el 9 de abril, en San Luis y San Diego de Villa Gobernador Gálvez, dos hombres no identificados en moto dispararon al menos cinco veces contra el portón de ingreso del Frigorífico Mattievich. Perpetrada la ofesnvia, dejaron una nota con un mensaje.

Quinto ataque: el mismo día, en Lamadrid al 300bis, dos hombres en moto dispararon dos veces contra el Frigorífico Coto y dejaron una nota amenazante tras el hecho.

Sexto ataque: el 14 de abril, en el mismo domicilio, en calle Lamadrid al 300bis, Cristian Nicolás A. arrojó una bomba molotov hacia el interior del Frigorífico Coto y luego dejó una nota con un mensaje.

Séptimo ataque: el 16 de abril, en Filippini y San Diego de Villa Gobernador Gálvez, a metros del Frigorífico Sugarosa, el Comando Radioeléctrico trató de identificar a Cristian Damián R. y Sergio R., quienes circulaban en moto y llevaban consigo los elementos necesarios para perpetrar ataques incendiarios contra las empresas frigoríficas Sugarosa y Paladini, como así también contra el Sindicato de la Industria de la Carne, como bombas molotov y tres carteles con notas intimidatorias.

A raíz de ello, se produjo una persecución por calle Filippini, la cual finalizó al llegar a las vías férreas, cuando los masculinos perdieron el control del rodado. Allí detuvieron a Cristian Damián R. y secuestraron los elementos antes referidos, mientras que su acompañante pudo escapar.

Asimismo, se le atribuyó a Sergio R. y Cristian Damián R., haber recibido esa moto a sabiendas de su procedencia ilícita, ya que sobre la misma pesaba un pedido de secuestro activo por robo ocurrido en marzo. Además, dicho rorado fue utilizado para perpetrar los ataques armados e incendiarios contra la sede del Sindicato de la Industria de la Carne y contra los frigoríficos Coto y Mattievich.

 

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