MARTES, 26 DE NOV

Javier Madanes Quintanilla: «Hay que atacar, hay que unirse para reclamar condiciones de competitividad razonables»

El dueño de las empresas Fate y Aluar sostuvo que el sector pyme está en franco retroceso, con una caída por encima del 50% de la actividad. Criticó el desenvolvimiento de los líderes empresariales y se desentendió de la definición "empresario": "Yo soy industrialista".

 

La crisis económica hace mucho más que sólo dejar en jaque a las empresas y a los trabajadores. El baibén de épocas entre modelos que elevan la total centralidad del Estado en la cadena de producción y otros que rechazan su más pequeña participación hace necesario el debate sobre cómo salir del atolladero.

En ese sentido deben ser encuadradas las palabras del industrialista Javier Madanes Quintanilla, quien se desmarcó de la definición de «empresario» para autodenominarse «industrialista»: «Soy un industrial, no soy empresario. Son dos categorías distintas», sostuvo en diálogo con «La Fábrica Podcast» y explicó: «El empresario es una entidad que se fija como objetivo la ganancia de capital. El industrial trata de buscar un equilibrio en una renta operacional, y extenderla en el tiempo«.

«Hay que generar una matriz de trabajo equilibrada, esa es la tarea que tiene que mancomunar al sector privado, a los gremios y al Estado nacional. Hay que tener un proyecto de país, que se perdió hace muchos años y eso no está«, dijo Javier Madanes Quintanilla.

El dueño de las empresas Aluar, la única fabricante de aluminio del país, y Fate, histórica fábrica de neumáticos, señaló que «cada país va a tener que tejer un modelo en función de sus necesidades» y añadió que no : «Tengo que reivindicar lo que hago. Yo no voy a ser el verdugo que va a renegar del sector industrial de movida. Mi rol es otro. Que me convenzan de que tengo que ceder mi lugar, pero mientras tanto lo voy a defender con uñas y dientes».

«No me cabe la menor duda de que si trabajáramos a libro abierto mejoraría la economía», en relación a la política tan mentada por el ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno de «hacer costos».

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Entre otras de sus mordaces declaraciones, el hombre afirmó que la dirigencia industrial «no existe» y criticó el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (Rigi): «La desnacionalización de la economía argentina en las últimas cuatro o cinco décadas ha sido monstruosa, lo cual para mi es un problema. Respeto muchísimo la inversión extranjera, pero es muy diferente la conversación con un CEO de una compañía multinacional con alguien que tiene una trayectoria de larga data en Argentina y que ha vivido todos sus procesos de cambio. Si sólo fomentamos ese proceso de desnacionalización, es una responsabilidad que al menos yo no quiero asumir».

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Así mismo, el hombre destacó que el rol del a los dirigentes empresariales es «prácticamente insignificante» y agregó que «me gustaría asignarle un rol mucho más protagónico. Hay un error en las agrupaciones empresarias que viene de larga data», a los cuales describió como «directorios de asiento, ya tienen definido quién va a ir y por cuántos años de su vida va a ir, entonces se transforma más en un geriátrico que en algo pujante. Es peor que la casta, porque la casta por ahí tiene algunas virtudes… esto apunta a que las mismas personas se eternicen. No transmite ningún entusiasmo eso».

Madanes Quintanilla fue taxativo al sostener que el sector de las pymes está «mal» y afirmó que el retroceso en el sector de la fundición, sostuvo que es «más del 50%. Con un fenómeno que es muy difícil de determinar, porque había una sobreacumulación de stocks intermedios en función de la dificultad de asegurar el patrimonio, sobre todo el año pasado. El sector Pyme se ha protegido comprando insumos». El titular de Aluar y Fate señaló que el mercado actual del sector industrial «es un mercado recesivo y de stock de insumos muy elevado. Entonces, lo que está funcionando es en función de la caja existente. Eso es perverso», definió.

Al ser consultado sobre lo que diría a sus clientes para sostener la situación de derrumbe, Madanes Quintanilla enfatizó que «no hay que aguantar. Esto es como tener una situación de defensa frente a un ataque demoledor. Hay que atacar, hay que unirse para reclamar condiciones de competitividad razonables. Si nos quedamos con una condición simplemente de resistencia, nos va ir muy mal«.

«Reivindico el rol del sindicalismo», dijo el empresario y añadió que «el sindicalismo en argentina ha servido para de alguna manera ordenar la situación laboral. No veo que en las próximas décadas se pueda prescindir del sindicalismo o demonizarlo. Me parece un error gravísimo».

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