JUEVES, 14 DE NOV

Los comedores comunitarios se transforman en merenderos por la falta de envíos de alimentos

Tras el descubrimiento de 5 millones de kilos de mercadería pronta a vencerse en poder del Estado Nacional que estaban destinados a comedores y merenderos de todo el país, los militantes sociales y los vecinos pasaron de dar porciones de comida caliente a copas de matecocido una o dos veces a la semana.

POR MANUEL PAROLA

Las barriadas más humildes no se quedan quietas ante la posibilidad de que el hambre marchite a sus vecinos y Rosario no es la excepción en ese sentido. La falta de envío de alimentos por parte de Nación desde el mes de diciembre, sumada a la intermitencia con la que la gestión anterior terminó su mandato, convierte la crisis alimentaria de la que nunca salieron los barrios populares en una situación mucho más grave y profunda.

Sobre la resolución que dictó el juez federal Sebastián Casanello para la creación de un esquema de reparto de las 5.000 toneladas de alimentos almacenados en los depósitos ubicados en las localidades de Villa Martelli, Vicente López, provincia de Buenos Aires, y Tafí Viejo, provincia de Tucumán y destinados a comedores comunitarios de todo el país, el portavoz presidencial Manuel Adorni anunció que el Gobierno apelará la resolución “porque esto no es una cuestión de índole judicial, sino una definición de política pública. Y la Justicia no se puede entrometer en la política pública”.

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“Estos alimentos son reservados de forma preventiva para emergencias o catástrofes. No es algo que ocurre sólo en la Argentina…. Imaginen repartir todos los alimentos y que el día de mañana tengamos una catástrofe que amerite la inmediata entrega de alimentos. Uno no puede no tener stock”, espetó el vocero.

En medio de la puja entre el Poder Judicial y el Gobierno nacional, los comedores tienen como única opción tener que buscar un escape para así lograr darle de comer aunque sea a los más pequeños. La falta de elementos para cocinar y la duplicada demanda de comida es una combinación explosiva. 

Nación no nos mandó absolutamente nada desde diciembre. Eso era lo principal que recibíamos y lo complementábamos con las compras que hacíamos con las asignaciones del Gobierno provincial y con eso comprábamos lo que no venía en los envíos de alimentos de parte de lo que era Desarrollo Social. Si no se podía conseguir aceite o azúcar, completábamos ahí”, contó el dirigente Eduardo Delmonte en diálogo con Conclusión.

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No obstate, en la actualidad el único aporte real significativo es lo de Provincia, que cuando lo recibimos nos permite cocinar algunas veces al mes. La Municipalidad nos da prácticamente 40.000 pesos por mes por olla y 28.000 al que tiene copa de leche. Es decir que las copas de leche en realidad están dado mate cocido, leche prácticamente no hay porque es carísimo el kilo de leche en polvo y si se compra leche, no se compra ni arroz ni fideos ni nada más que leche”.

“No hay análisis posible” respecto de las decisiones del Gobierno nacional. Así dijo la dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) Victoria Clerici, al aire en el noticiero “Apuntes y Resumen” de Radio Universidad, que destacó que la desinformación que circuló sobre los comedores y las organizaciones sociales y diferentes herramientas destinadas a los sectores vulnerables “es crueldad, cinismo y ya ni siquiera torpeza. Cuando tenes la comida guardada en un depósito y tenés a 500 metros a la gente haciendo fila para buscar un plato de comida es crueldad y cinismo”.

En este sentido,la gente va resolviendo como puede. Estamos salvando la situación a gatas con los convenios que tenemos con el Gobierno provincial, que ha mantenido de alguna manera el nivel de asistencia que tenía el Gobierno anterior. Lo que pasa que al caerse el convenio con Nación, se ha generado un hueco tremendo que hace que todo lo que da la provincia termine siendo insuficiente, describió Delmonte a este medio.

La solidaridad y la voluntad como única salida

Esta situación provocó un ascendente en la cantidad de gente que venía a buscar comida por el tipo de proyecto económico que está llevando adelante el Gobierno nacional. Me refiero al ajuste y al aumento en los precios de los alimentos y del desempleo”. Así lo cuenta Nelson Mansilla, referente del Movimiento Evita dentro de la zona oeste de la ciudad.

El militante barrial señaló que los comedores que antes repartían raciones de comida ahora no tienen recursos para cocinar y reparten meriendas y tazas de mate cocido: “Estas suban provocaron que en los comedores donde estábamos repartiendo 100 raciones diarias, hoy repartimos 300 o 400 raciones. Se nos está resultando imposible poder llevar adelante la actividad de los comedores.

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Otra arista que también se modificó en la vida de las barriadas fue la frecuencia con la que los comedores y merenderos abrían sus puertas para dar lugar a los vecinos con hambre: “Los comedores que estaban dando cinco veces a la semana pasaron a dar uno o dos con suerte. Los merenderos los estamos llevando adelante tres veces a la semana, pero también depende de la cantidad de mercadería que nos llegue o que vamos consiguiendo en lo diario, dijo el referente del Movimiento Evita.

Mansilla dijo a Conclusión que la situación de los comedores fue decayendo de a poco, pero que sólo gracias a la mano que prestan solidariamente los vecinos es posible armar bolsones de comida para repartir al menos una vez al mes o juntar los materiales para hacer una copa de leche para aquellos que se acercan a almorzar un pan con una taza de algo caliente. “Todos los comedores que teníamos o que se llevaban adelante pasaron a ser copas de leche. Todas las actividades solidarias que se hacían antes para juntar fondos como ser rifas, un bingo, un torneo de fútbol, hoy tampoco se puede llevar adelante. Estamos en una etapa de tratar de sobrevivir a esta situación, lo cual es lamentable por el nivel de insensibilidad que tiene el Gobierno por la vuelta de cara que le da la sociedad, a los últimos de la fila, lamentó.

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