Emanuel Filelfi presenta el libro de su historia de vida: “Siempre traté de superarme”

Por Juan Manuel Martellotto

Emanuel Filelfi presenta su libro “No todo está perdido” el jueves 13 de junio a las 19.30 en la sede de Gobierno de la UNR (Maipú 1065). Luego de la presentación, el autor firmará ejemplares.

Como persona con discapacidad y creador de una fundación, Emanuel es un gran ejemplo de resiliencia, superación e inspiración para todos. Su capacidad visual disminuída no le ha impedido desarrollar importantes actividades políticas, culturales y deportivas, entre las que se destaca como jugador de golf, y también su incursión en la literatura con su flamante obra.

“Yo nací en el sur de Rosario, hace cuarenta años atrás exactamente. Éramos tres hermanos y perdí una hermana en una cesárea que me dejó dos sobrinos de legado, de los cuales, el más grande tiene discapacidad visual. Después pierdo a mi vieja, luego a mi viejo, a mi cuñado lo matan los narcos. Viví un montón de situaciones. Hasta que en el año 2015 armé la Fundación Argentina de Baja Visión que actualmente sigue estando activa, en la que trabajamos con pacientes y familiares de personas con discapacidad visual. Para ese entonces yo ya estaba en pareja. Mi esposa se llama Carolina, y tengo dos hijos: Gino se llama el mayor y Clara mi hija menor”, cuenta en diálogo con Conclusión, el escritor del nuevo libro, Emanuel Filelfi.

“Previo a todo eso, para que Gino venga al mundo, tuvimos cuatro años para poder ser papá. Pasaron un montón de cosas. Y en el 2022 me junto con Juan Manuel Cepa que es un abogado, un tipo desconocido del mundo del golf, con quien hacemos un acuerdo de amigos para poder viajar a Europa a representar a la Argentina en el Abierto de Madrid, donde terminé en quinto lugar y generando el mejor score de toda mi vida. Haciendo un verde natural que es un gol de abajo del par. Todo esto se logra con la formación y la capacitación en el deporte a nombre de Fernando Gazzola que es el profesor a quien conozco hace veintidós años antes de que pasara todo esto”, relata el también deportista, quien agrega: “Yo me recibo de técnico Radio Operador, Radio Telegrafista Internacional en la Técnica número 2 y él era mi profesor de comunicaciones. Yo sabía que él jugaba al golf pero después de veintipico de años nos volvimos a reencontrar en un club de ese deporte, él siendo ya profesor de golf y yo siendo un alumno. Sacamos el Handicap Nacional. Tuve la posibilidad de conocerlo a Domingo Latela quien fue el presidente de FADEC más reconocido y que fundó y armó Los Murciélagos, el seleccionado de fútbol para ciegos en Argentina”.

El libro cuenta con la edición de Daniel Molero y el diseño e ilustración de Pamela Balbiani. En cuanto al orígen del nombre, ‘No todo está perdido’, es “porque tengo un hermano de tres años mayor que yo con discapacidad visual, al igual que un sobrino al que crié. Por eso nace la fundación. Porque en el medio lo cuidaba a mi hermano, a pesar que yo era el menor, yo todavía no sabía de mi enfermedad porque aún no se detectaba. Y yo me la descubrí a los doce años en el viaje de Córdoba de séptimo grado. Fuimos a hacer un juego en el bosque y la enfermedad tiene varios síntomas. La primera era la ceguera nocturna completamente. La segunda, la pérdida del campo visual. Entonces, cuando salimos a jugar al bosque en Córdoba quedé ciego completamente. Estaba tan nervioso que no podía ni siquiera la linterna. Y eso me trajo consecuencias después de grande, porque ¿qué pasó? Al pasarme tantas cosas de chico hacia grande, tuve que generar un personaje para poder sobrevivir”.

Tuve que generar un personaje para poder sobrevivir

Emanuel se ha capacitado en diferentes oficios y estudios. También está tratando de terminar el secundario gracias a la UNR: “Estoy a días de terminar mi primer año. Con discapacidad visual, me recibí de técnico en refrigeración, de acompañante terapéutico, terminé terciario en comunicaciones con muy buenas notas, en la Técnica Nº 2 a cargo de Fernando Gazzola. Hice un montón de cosas y siempre traté de superarme. Pero ese  ‘No todo está perdido’, esos casilleros que me iban borrando o me hacían retroceder en el juego, fue lo que me costó hoy llegar a donde llegué. Y hoy estoy orgulloso y contento de mis logros y de los que vendrán. Al principio yo pensé que era la llave de un candado. Y hoy me di cuenta que soy una de las ganzúas. Que abrimos candados que eran imposibles de abrir”.

Al ser consultado acerca de lo que más destacaría de su obra literaria, Filelfi expresa: “El final es lo más lindo de todo. Lo que pasó en España… la verdad es que llegué tres días, la concentración no fue buena, los cambios de horario, no encontraba a la pelota y parecía que estaba todo perdido. Y terminamos siendo a las 72 horas los mejores de Sudamérica”.

Al principio yo pensé que era la llave de un candado. Y hoy me di cuenta que soy una de las ganzúas.

“Tiene que ser un material y cuando nosotros podamos dar las charlas motivacionales a los pibes o al adulto que tiene algo en las manos que lo recuerde y que cuando esté bajoneado o mal, que busque esa ayuda de memoria porque yo puedo ir a una charla motivacional a un centro de rehabilitación de adictos, puedo ir a un club de barrio, puedo ir a cualquier lado, pero en la charla a lo mejor a algunos les quedó el mensaje pero muchos otros se lo olvidaron. La idea es dejar un material y que ese material sea accesible. El tamaño será enorme, y aparte hiper económico, $ 7.000 pesos. No existe un libro hoy en día con tapa full color y todo, en ese precio. Y la realidad que es eso, poder dejar un legado. Yo ya no tengo que demostrar más nada como deportista, sí quiero seguir abriendo puertas y dejar ese legado. Nada más”, concluye el activo emprendedor con respecto al libro que presentará el jueves 13 de junio en la sede de gobierno de la UNR.