SáBADO, 28 DE SEP

Las banderas que marcaron el sentido existencial de Belgrano y la denuncia periodística que pocos recuerdan

Los reduccionismos no suelen ser inocentes. Circunscribir el legado belgraniano a una tela palpable permite evadir el flamear de sus ideas. En un ejercicio por pantenerlas presentes, Conclusión dialogó con Carlos del Frade, periodista de investigación y autor del libro "Los caminos de Belgrano".

Por Lautaro Zeballos

Manuel Belgrano marcó senderos que los pies del presente no recorren. Por eso, este 20 de junio de 2024, los ojos de la historia se posan en caras que eligen reducirlo a la tela celeste y blanca. La independencia, la revolución y la igualdad, las banderas que erigió en el mástil de sus días, son dejadas de lado por las voces gobernantes.

En un intento por mantener presente el recuerdo de este histórico abogado, periodista, economista y político argentino, Conclusión dialogó con Carlos del Frade, autor del libro «Los caminos de Belgrano», quien resaltó que en esta figura se condensa «el sueño colectivo inconcluso de la Argentina: que en el trono de la vida cotidiana reine la noble igualdad».

«La igualdad era una palabra que había enamorado a Belgrano cuando inventó la bandera acá en Rosario el 27 de febrero de 1812, por eso peleó tanto. Generó tanta producción de sentido contrario a los dueños de la tierra que terminó muriéndose en la pobreza, porque lo condenaron políticamente a terminar así. Su gran bandera no era la celeste y blanca; eran la independencia, la revolución y la igualdad», destacó el periodista de investigación y actual diputado provincial santafesino.

Esas tres palabras, para Del Frade, «marcan el sentido existencial de Belgrano», quien murió cuando apenas había cumplido los 50 años, el 20 de junio de 1820, razón por la que dicha fecha fue elegida como el Día de la Bandera.

Los reduccionismos no suelen ser inocentes. Circunscribir el legado belgraniano a una tela palpable permite evadir el flamear de sus ideas. Razonamientos ligados al desarrollo de la industria; a la distribución de la tierra; la rotación de los cultivos; la incorporación de las mujeres a la educación; y al cuidado de los árboles para las generaciones futuras, son solo algunos de los pensamientos de avanzada que esgrimió.

«Me gustaría que la correspondencia de Belgrano sea de lectura obligatoria en las escuelas secundarias. Ahí hablaba de un gran mal, una minoría que vivía a costa de la mayoría, que era utilizada de forma casi esclava. Ese era el problema que el detectaba en estas tierras, algo que empezaba a descubrir porque era una de las mentes más luminosas de Hispanoamérica. El piensa ya en ese entonces que debe constituirse un Estado soberano, con desarrollo del comercio ligado a la cuestión de la tierra y tiene una concepción de unidad de los puertos, que se anticipa casi 200 años a esto que hoy seguimos llamando Hidrovía», remarcó el legislador.

Del Frade sostiene que repasar los textos de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano -como era su nombre completo- es leer un proyecto de nación que todavía no ha sido consolidado.

La denuncia periodística como herramienta de cambio

La faceta menos conocida de Belgrano es la periodística, pero la práctica del oficio también se constituyó como una trinchera para denunciar a quienes acumulaban riqueza a costas del bienestar de las grandes mayorías.

El autor de Los caminos de Belgrano contó que el prócer fue el primer gran periodista de investigación que tuvo la Argentina. Un español llamado Francisco Cabello y Mesa fundó en 1801 un periódico de extenso nombre, llamado El Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata.

«Ahí le paga para que escriba en ese lugar al entonces secretario del consulado Manuel Belgrano. Es el primer trabajador de prensa pago. Recordemos que Buenos Aires era entonces una aldea de 40.000 habitantes, de los cuales solamente sabían leer y escribir 4.000. Bueno, en ese contexto, escribe una nota sobre el mal imponderable de los pueblos, que son los usureros», repasó.

«En ese texto -continuó- pone dos puntos y da 20 nombres con direcciones de los usureros que explotan la sangre del labrador. Pone dos puntos y da 20 nombres con direcciones de los usureros que explotan la sangre del labrador. Eso es periodismo de investigación actual, contemporáneo. Ni una palabra de más. Economía de conceptos, ausencia de adjetivos. Periodismo con nombre y apellido de los multiplicadores del dolor. Investigación periodística pura. Ese es el Belgrano periodista que era un tipo tan excepcional que cuando hacía periodismo sabía que tenía que desarrollar algo distinto a sus escritos teóricos sobre la política y la economía, algo concreto, directo y simple. Sin vueltas, periodismo en estado puro».

El libro completo «Los caminos de Belgrano»:

Los Caminos de Belgrano – C… by Conclusión TV

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