DOMINGO, 03 DE NOV

Hallan restos de un gliptodonte en Buenos Aires con marcas de origen humano

El descubrimiento sitúa la llegada de los primeros pobladores al continente hace 21 mil años atrás, cinco mil años antes de la etapa histórica de lo que se creía.

 

Investigadores del Conicet y el Museo de La Plata identificaron marcas de origen antrópico, es decir hechas por humanos, en el esqueleto de un gliptodonte hallado a orillas del río Reconquista, cerca del Dique Roggero, en el límite entre las ciudades bonaerenses de Merlo y Moreno, que datan de 21 mil años atrás, esto es unos 5 mil años antes de la etapa histórica en la que está aceptado que llegaron los primeros pobladores al continente americano. El hallazgo se configura como la primera evidencia de interacción temprana entre los primeros habitantes y la megafauna que habitó en el Cono Sur.

La conclusión de los expertos surge de una serie de detallados y exhaustivos estudios desde múltiples enfoques que se realizó sobre el esqueleto incompleto de un gliptodonte perteneciente al género Neoesclerocalyptus –pariente de las mulitas y peludos actuales y extinto hace 10 mil años– con partes articuladas, compuesto por las vértebras y el tubo caudal, o estuche de la cola.

El fósil fue hallado por Guillermo Jofré, autodidacta de la paleontología que tiene a su cargo el Repositorio Paleontológico Ramón Segura de Merlo, a quién le llamaron la atención las singulares características que presentaba: múltiples rayitas en los huesos y osteodermos –placas óseas– que no parecían ser aleatorias, como pueden ser las marcas del ataque de otro animal o la acción de roedores sobre los huesos fosilizados, sino que seguían patrones uniformes.

En vida, el animal era un acorazado de mediano a grande, con un peso de alrededor de 400 kilos, 90 centímetros de alto y un largo total, contando cráneo, coraza y tubo caudal, de 1,30 metros. “El esqueleto estaba panza arriba y, si bien no sabemos el contexto, es decir si fue producto de la caza o del aprovechamiento oportunista, los patrones de las marcas sugieren un claro origen humano”, detalla el experto.

“La mayoría de las marcas de corte están hechas en el tren trasero, entre la cadera y la cola, donde estos especímenes tenían la mayor cantidad de carne. Primero sacaron una parte del anillo caudal, luego cortaron los tendones. Es decir, siguieron una serie de pasos intuitivos con el objetivo de sacar los músculos más prominentes y comerlos”.

Además del patrón de desposte, el equipo halló otros patrones, como la forma de las marcas y la fuerza usada según la mayor o menor dureza de los huesos.

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