DOMINGO, 03 DE NOV

A 72 años de la muerte de Eva Perón: la mujer que disputó y conquistó la política

En apenas seis años de vida política, Eva Duarte de Perón logró conquistas monumentales: no solo fue un símbolo para el movimiento obrero, sino que además fue la impulsora de la ley de voto femenino, que permitió que en las elecciones de 1951 las mujeres puedan elegir y postularse a diferentes cargos.

 

La noche del 26 de julio de 1952 una voz le habló a todo el país en cadena nacional: “Cumple la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20.25 horas ha fallecido la señora Eva Perón, jefa espiritual de la Nación”. Si bien en los últimos 72 años se dijo mucho sobre el rol social de Evita, su figura como líder política quedó en un segundo plano, aunque es en esta esfera donde se observan monumentales conquistas –realizadas en apenas seis años– por parte de una mujer que se animó a pisar un terreno desconocido.

Eva Duarte de Perón nació en la localidad bonaerense de Los Toldos el 7 de mayo de 1919. Fue actriz e incursionó en la radiofonía de la época hasta que en 1944 conoció al general Juan Domingo Perón, con quien se casó poco después.

Uno de sus logros más destacados fue la promulgación de la ley de sufragio femenino. El 9 de septiembre de 1947, se sancionó la Ley Nº 13.010, también conocida como “la Ley Evita”, que le daba el derecho y habilitaba a todas las mujeres de la Argentina a votar. Este fue, además, el primer paso para la incorporación formal de las mujeres en el ámbito político.

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Con esta ley, su liderazgo político se proyectó a nivel nacional. El 29 de julio de 1949 se fundó el Partido Peronista Femenino (PPF), que, a sólo dos años de su creación, logró la incorporación de 133 mujeres al Congreso Nacional.

El voto femenino, una victoria con la firma de Eva

Eva Perón tenía una visión absolutamente anacrónica del rol de la mujer dentro de la sociedad y a esto no solo lo demostró con su discurso, en procura de una igualdad real entre hombres y mujeres, sino también en lo político y económico.

La ley de voto femenino estableció el derecho de las mujeres a elegir y ser elegidas para todos los cargos políticos nacionales. La sanción de la misma fue fruto de una meta política inamovible de Eva Duarte y el apoyo que su esposo y presidente, Juan Domingo Perón, proporcionó para que la norma finalmente fuera una realidad.

“La parición de Eva Perón no solamente transforma en una conquista real la ley, sino que convoca a un sujeto político popular, que tiene que ver con la mujer ama de casa y trabajadora, a las cuales nunca antes les habían hablado, ni los políticos, ni los feminismos”, observó la historiadora Julia Rosemberg en diálogo con Conclusión.

En este punto se puede citar, por ejemplo, la reivindicación que Evita hacia sobre las tareas del hogar y tareas de cuidado, a las que planteaba como un trabajo que merecía ser remunerado, algo que parecía hasta una locura en esos tiempos.

Las mujeres en disputa del poder político

La creación del Partido Peronista Femenino fue una acción absolutamente disruptiva, sobre todo si se llega a comprender la estructura monumental que adquirió y lo que significó para la vida política de la Argentina.

En noviembre de 1951, tan sólo dos años después de la creación del PPF, 133 legisladoras fueron elegidas para formar parte del Congreso Nacional. “En un plazo muy corto se desarrolla esta estructura nacional y territorial que tiene las 24 delegadas, una por provincia, pero que a su vez tiene a las subdelegadas (más de 3.000), porque la idea del Partido Peronista Femenino es que no quede mujer sin convocar, pasar un rastrillo por el mapa y que en cada pueblo, en cada casa, en cada lugar donde haya una mujer pueda ser convocada a participar de la política”, observó Rosemberg.

Reforma constitucional

La igualdad política de hombres y mujeres se complementó con el impulso que Eva dio a la reforma constitucional de 1949, la cual estableció la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida.

El golpe militar de 1955 abolió estos cambios, y, con ellos, la garantía de igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del hombre sobre la mujer. La reforma constitucional de 1957 tampoco reincorporó esta garantía constitucional, y la mujer argentina permaneció discriminada legalmente hasta que se sancionó la ley de patria potestad compartida en 1985, durante el gobierno de Alfonsín.

Relación con el movimiento obrero

El discurso de Evita reivindicó los valores e intereses de los trabajadores y las mujeres: esto la llevó a forjar un fuerte vínculo con los sindicatos, quienes impulsaron su candidatura a vicepresidenta en 1951.

La primera dama gestionó iniciativas y reclamos, organizó nuevos sindicatos, participó en las negociaciones colectivas, asistió a las asambleas en las fábricas y, todos los miércoles, acompañó a la delegación de la CGT que se reunía con el presidente.

Para la primera mitad de 1948, Evita ya era reconocida por los dirigentes sindicales como una gestora decisiva de las conquistas laborales y del poder alcanzado por el movimiento obrero dentro del Gobierno.

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