DOMINGO, 03 DE NOV

Trump contra el Estado profundo: ¿cambiaría el expresidente la política exterior estadounidense?

En la última década se produjo un cambio radical en la forma de abordar las cuestiones de política exterior. El ex presidente Donald Trump habló con especial descaro sobre temas que se suponía que estaban fuera del debate político en Washington, como la tensa relación de EEUU con Rusia y el papel del país como autoproclamado "Policía del mundo".

 

Por John Miles – Agencia Sputnik –

Los miembros de las élites del establishment de la política exterior estadounidense llevan los últimos años intentando volver a meter al genio en la botella, regresando a una época cuando no se especulaba y comentaba abiertamente sobre las prerrogativas del «Estado profundo», pero la influencia de la candidatura de Trump y de su tumultuoso paso por la Casa Blanca se sigue notando años después.

El ex diplomático ucraniano, Andrii Telizhenko, sugirió que es más probable que Trump trace un rumbo diferente en la política exterior estadounidense a través de sus relaciones con líderes extranjeros como el primer ministro húngaro, Viktor Orban.

«Es más probable que sea independiente de la situación», indicó a Sputnik Telizhenko sobre el ex presidente.

«Por lo que veo, tiene un camino claro sobre un acuerdo de paz y creo que esa fue la razón por la que el primer ministro Orban de Hungría estuvo viajando por el mundo. Tenía el plan de paz de Trump en el bolsillo y por eso mantuvo reuniones con el presidente (ruso, Vladímir) Putin, Xi Jinping de China, y luego básicamente regresó a Washington [y] se reunió con Trump casi inmediatamente después de la convención de la OTAN y habló con Zelenski en este viaje», aseguró.

«Creo que eso es lo que Trump estaba tratando de impulsar a través de Orban en este momento – reunir a todo el mundo en el escenario mundial, entender lo que piensan y poner las cosas (en marcha)», enfatizó.

Mientras la vicepresidenta Kamala Harris consolida su posición como aparente heredera demócrata del presidente Biden, han surgido especulaciones sobre la posible política exterior de su administración y en qué se diferenciaría de la de un segundo mandato de Trump.

«Todo el mundo lo veía venir», comentó Telizhenko la decisión de Biden de poner fin a su candidatura a la reelección el 21 de julio en medio de la preocupación por su edad y su agudeza mental.

«El Estado profundo en el Partido Demócrata lo usó y usó sus problemas dentro de su familia (con) su hijo Hunter para mantenerlo en su lugar, para usarlo a él y a su salud para mantener a Estados Unidos en su lugar, para traer esta guerra con Rusia (…). Ya no le necesitan. Por eso hicieron el cambio de un pato cojo por otro pato cojo que va a ser totalmente controlable», señaló.

Los republicanos suelen alegar que el apoyo del presidente Biden a Kiev está influido por los lazos financieros de su hijo con el país como antiguo miembro del consejo de la problemática empresa energética ucraniana Burisma. Otros sugieren que simplemente es demasiado mayor para llevar a cabo la tarea de supervisar asuntos complejos de política exterior.

Harris, que fue fiscal general del estado de California antes de ocupar un escaño de cuatro años en el Senado de Estados Unidos, es conocida por su relativa falta de experiencia formal en política exterior. Algunos comentaristas se han fijado en su defensa de la política de inmigración bajo la presidencia de Biden para intentar descifrar su visión más amplia de los asuntos mundiales. Otros expertos afirman que inicialmente se apoyaría en el equipo de política exterior de Biden, mientras que otros sugieren que mantendría el firme apoyo de su predecesor a Volodímir Zelenski, que gobierna Ucrania sin mandato electoral desde que finalizó su mandato en mayo.

Biden suele ser considerado un neoconservador, término utilizado para describir una política exterior estadounidense musculosa que tradicionalmente ha encontrado el favor de los dos principales partidos políticos de Estados Unidos. Su promesa de restaurar un enfoque más tradicional de los asuntos internacionales queda quizá mejor ejemplificada por su confianza en figuras como el secretario de Estado, Antony Blinken, y la exsubsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland.

Nuland ocupó uno u otro cargo en la administración de todos los presidentes estadounidenses desde Bill Clinton, a excepción de los cuatro años de Trump en la Casa Blanca. Nuland provocó la ira del Gobierno ruso y de otros observadores por su abierto apoyo a los disturbios en Ucrania que condujeron a la dimisión forzada del expresidente Víktor Yanukóvich en 2014.

Telizhenko advirtió que Trump se enfrentaría a la oposición contra cualquier intento de cambiar de rumbo sobre Ucrania por parte de personas que rodean al exsecretario de Estado y director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Mike Pompeo.

«Veo que esa tensión está ocurriendo ahora mismo», declaró, advirtiendo de que los intereses neoconservadores dentro del Partido Republicano presionarían a favor de una política exterior militarista.

La aparente división en el seno del Partido Republicano quedó patente durante su reciente convención en Milwaukee, con figuras de línea dura como Pompeo y antintervencionistas como el periodista Tucker Carlson.

Carlson provocó desconcierto durante su anterior etapa en Fox News al alegar la influencia encubierta de Estados Unidos en el cambio de régimen de Ucrania en 2014, rompiendo un poderoso tabú al hablar abiertamente de los métodos de las «revoluciones de colores» respaldadas por la CIA.

Telizhenko afirmó que el futuro de Ucrania debería ser decidido únicamente por los ucranianos, sin la interferencia de quienes desean utilizar Kiev como «ariete» contra los adversarios percibidos por Estados Unidos.

«Quiero un acuerdo de paz en Ucrania. Quiero un cambio de gobierno. Quiero una Ucrania libre de la OTAN. Y eso es lo que creo que busca mucha gente, incluso en Estados Unidos, porque es la única salida para la situación ucraniana en estos momentos», expresó.

«Nosotros tenemos que decidir qué hacer a continuación, no alguien en Washington o Bruselas, y espero que Trump lo entienda», concluyó.

© AP Photo / Julia Nikhinson

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