«A propósito de las críticas francesas a la Selección Argentina»
Para el autor del trabajo, Carlos Andrés Ortiz, el cántico que pudo molestar, es el que se refiere "a la heterogeneidad de orígenes nacionales de los miembros del seleccionado francés de fútbol, eso no evidencia per se ideas racistas".
- Opiniones
- Jul 26, 2024
Por Carlos Andrés Ortíz*
No parece casual que desde Francia se haya montado una campaña para desprestigiar a nuestro seleccionado múltiple campeón, pues hubo evidencias de silbatinas y otras muestras de desagrado profundo, en particular contra nuestro arquero Dibu Martínez, después de la muy disputada final del último mundial de Qatar.
A las potencias colonialistas les resulta muy difícil aceptar una derrota, así sea en el plano deportivo, el cual siempre tiene connotaciones políticas.
Previo al mundial, el referente del seleccionado galo de fútbol, Kylian Mbappé, había tenido comentarios con cierto tinte despectivo respecto a la supuesta superioridad futbolística de Europa respecto a Sudamérica o a toda Íbero América, lo cual no fue acorde a los resultados finales del mundial, ni a la propia historia de dichos torneos, con títulos mundiales repartidos entre ambos continentes.
Si el cántico que pudo molestar (con muy dudosa fundamentación), es el que se refiere a la heterogeneidad de orígenes nacionales de los componentes del seleccionado francés de fútbol, eso no evidencia per se ideas racistas.
Esa variedad de orígenes se refiere a las nacionalidades, no a los aspectos raciales…salvo que se tenga un sesgo mental muy acentuado, el que posiblemente tenga que ver con la prolongada y muy negativa historia de racismo muy acentuado de Europa, cuyas potencias llegaron a repartirse el continente africano, a fines del siglo XIX, en la Conferencia de Berlín de 1884-1885, como si fuera un conjunto de bienes mostrencos, sin importar para nada sus pueblos y sus derechos como tales.
Tampoco les importó nada, a los hoy supuestamente anti racistas europeos, utilizar a los nativos de sus muchas colonias como carne de cañón, en las dos guerras mundiales.
El saqueo de riquezas de África, por parte de los “civilizados” europeos, retrasó mucho las independencias de los países que hoy componen a ese sufrido continente, en procesos arduos que en casi todos los casos eclosionaron después de la segunda guerra mundial.
Y las ex colonias africanas subordinadas a potencias europeas, continuaron en casi todos los casos tuteladas o fuertemente influenciadas por las potencias colonialistas.
La miseria crónica que afecta a Haití, excolonia de Francia, es consecuencia directa de las leoninas condiciones impuestas a la nación insular, para que la potencia colonialista acepte la independencia haitiana, previamente conquistada por las armas por los bravos combatientes caribeños, quienes también fueron claves para las luchas independentistas de Simón Bolívar. Pero esto raramente se explica y difunde.
La subordinación implícita o directamente explícita de casi toda África, respecto a las metrópolis colonialistas, puede interpretarse -con fuertes argumentos-, como la causal principal de la pobreza crónica que afecta a las naciones africanas.
Esa pobreza crónica, en muchos casos con caracteres de miseria acentuada, además de los entornos de violencia interna que soportan muchos de los países africanos, evidencia ser la causa motivante de las sucesivas oleadas de personas que intentan llegar a Europa atravesando el Mediterráneo en busca de mejores condiciones de vida.
Esto tiene un alto costo en vidas humanas, que se pierden en la azarosa travesía. Pero llegar a Europa no implicaría, según muchas referencias, ser automáticamente aceptados como inmigrantes legales. Y si lo fueran, eso no significaría el fin de las penurias, por distintos tipos de limitaciones, de muy trabajosas y eventuales superaciones, en procesos de integración que pueden ser prolongados o difícilmente concretables.
Claro está que los pocos inmigrantes o descendientes recientes de inmigrantes procedentes del África Subsahariana, que demuestren buenas aptitudes deportivas, en especial futbolísticas, llegan a tener el camino allanado al bienestar económico y a la integración a estructuras deportivas. Y es muy posible que, en los casos de evidentes muy buenas aptitudes deportivas, se les facilite la obtención de ciudadanía a recientes inmigrantes, para integrarlos a clubes relevantes y a la selección nacional respectiva. Algo similar, pero con mucha menos prensa, y seguramente en escalas menores, sucede con las migraciones europeas internas, provenientes del este mucho más pobre, en particular de Albania, los países de la ex Yugoeslavia, y unas décadas atrás de Turquía. Pero esto parecería ser otro tema.
Los propios procesos independentistas de África, en casi todos los casos tuvieron ribetes muy violentos y sangrientos, como en el Congo y en Argelia. En este último país, los colonialistas franceses, “perfeccionaron” sus métodos de torturas, alcanzando niveles de crueldad monstruosos. Algunos años después, los militares franceses fueron convocados para enseñar dichos “conocimientos” a sus pares de Argentina…tecnologías aplicadas en el “proceso”.
Evidentemente, aunque la aun muy poderosa Europa, en especial las grandes potencias del Occidente del viejo continente, no lo quieran mencionar, son acentuadas las diferencias entre las “aceptaciones selectivas” de inmigrantes que parecen ser usuales en Europa (incluyendo a Francia), respecto a la amplia y generosa acogida a inmigrantes, que caracterizó a Argentina, integrando rápida y efectivamente a las oleadas inmigratorias europeas y otras, incluyendo a las también numerosas provenientes de naciones vecinas y hermanas de nuestra Sudamérica.
En nuestro país, la integración de los inmigrantes fue tan profunda, que la historia muestra muchos casos de hijos directos de aquellos, que alcanzaron a ocupar cargos relevantes y desempeñar funciones muy importantes, sin discriminaciones de ningún tipo.
Las “aceptaciones selectivas” de inmigrantes y de descendientes directos de ellos, parecen ser muy evidentes en la integración de seleccionados nacionales del viejo continente. Poner ese hecho en evidencia, no indica connotaciones raciales. Argumentar racismo parece ser una excusa para omitir el hecho evidente de las “nacionalidades por conveniencia” que se extienden como práctica en la vieja Europa, y parecen ser más acentuadas en Francia.
Con más fundamentos fácticos, podrían considerarse prácticas neocolonialistas con sutiles (o no tanto) prejuicios racistas, las explotaciones de riquezas naturales que Europa en general, y Francia en particular, operan en sus excolonias africanas. El accionar conjunto de Níger, Mali y Burkina Faso, plantándose con dignidad en defensa de obtener precios justos por sus exportaciones de materias primas estratégicas, que Francia pagaba a valores de miseria, demuestra la persistencia de prácticas colonialistas, teñidas o no de prejuicios racistas, de los europeos, en detrimento de los sufridos pueblos de África.
Esa realidad de explotación política y económica en detrimento de las naciones africanas excolonias de Europa, es muchísimo más relevante, que un simple cántico al que se le pretendió dar connotaciones de racismo que no parecen haber existido.
Claro está, que analizar el tema desde una visión geopolítica con una perspectiva de defensa de Lo Nacional, les resulta intolerable a los que están operando claramente para destruir nuestra nación, buscando involucionarnos a una simple factoría que opere bajo propiedad y órdenes del extranjero.
* Mgtr. Carlos Andrés Ortíz, Analista de Temas Económicos y Geopolíticos