El poder adquisitivo de las jubilaciones cayó casi un 30% en los primeros siete meses del año
La Oficina de Presupuesto del Congreso informó que julio cerró con superávit, pero indicó una fuerte caída en los gastos de Nación destinados a sostener universidades nacionales, seguridad social y asignaciones familiares.
- Economía
- Ago 9, 2024
Las jubilaciones perdieron casi el 30% de su poder adquisitivo entre los primeros siete meses de este año e igual período del 2023, según señaló un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
En concreto, el poder de compra de las jubilaciones cayó un 29,2% en el período enero-julio –con respecto a los primeros siete meses del año pasado–, medido en términos reales. En los haberes mínimos la baja fue del 18,5%: aquí se siente el impacto de los bonos, que minimizaron la caída, aunque permanecen estables desde marzo.
Si bien los ingresos no acompañaron la inflación, lo que provocó que caiga su poder adquisitivo, con respecto a diciembre 2023, los haberes jubilatorios superiores a la mínima mostraron una recuperación de 9,2% en términos reales, mientras que los haberes mínimos (con bonos) cayeron 4,9% real.
El informe de la Oficina de Presupuesto contempla que la caída en el poder de compra de las jubilaciones se dio como “consecuencia de la actualización de haberes por debajo de la inflación, parcialmente compensado por la aplicación de bonos otorgados a los jubilados y pensionados de menores ingresos”.
Al observar qué pasó con las prestaciones sociales en general, se advierte que en julio –y con respecto al mismo mes del año pasado– el Gobierno Nacional gastó, en términos reales, un 17,4% menos. En los primeros siete meses del 2024, en tanto, la baja fue del 22,7%.
En julio, los gastos para abonar jubilaciones y pensiones cayeron un 13,8% interanual, mientras que la baja en el período enero-julio fue del 22,1%. En las asignaciones familiares la tendencia es diferente: en el séptimo mes se gastó un 4,4% más que el año pasado, mientras que en el acumulado anual se registró una caída del 4,2%.
El informe recordó que, si bien hubo una diferencia entre la actualización de las asignaciones y la inflación, la misma se logró compensar parcialmente con el incremento de algunas partidas y con la ayuda escolar que se reforzó en marzo.
“El valor promedio de las prestaciones de pago mensual se incrementó 139,9% en siete meses, mientras que la inflación promedio fue de 274,1%%, resultando una pérdida de poder de compra de 36,6%”, detalló el estudio.
La Asignación Universal por Hijo (AUH) fue la única partida que registró crecimientos tanto en la medición interanual como en el acumulado anual: los porcentajes fueron del 25,6% y del 18,6%, respectivamente. Cabe recordar que el valor de estas prestaciones se duplicó en enero, y hubo incrementos en marzo, junio y julio.
“El valor promedio de la AUH tuvo una suba de 379,9%, mientras que la inflación promedio fue del 274,1%, resultando un incremento del poder de compra del orden del 26,8%”, sostuvieron desde la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Superávit, a costa de ajuste a universidades y jubilados
El informe precisó que en los primeros siete meses del año la Administración Nacional gastó menos de lo que recaudó y tuvo un superávit de $1,18 billones.
Entre el ajuste de gastos que hubo dentro del Estado, sobresale el recorte de las transferencias a las provincias, las cuales cayeron un 83,5%. Además, los recursos destinados a la Seguridad Social tuvieron una reducción del 16,4%, a causa de la reducción del empleo y la caída del salario real.
A esto se suma que, entre enero y julio, los fondos girados a las universidades nacionales tuvieron una caída del 31%, con fuertes recortes a los salarios de docentes y no docentes y a las partidas destinadas para que las casas de altos estudios afronten sus gastos de funcionamiento.