MARTES, 12 DE NOV

Segundo, Francia: España se quedó con el oro olímpico, en un partidazo en París

Con un fútbol de alto vuelo, La Furia superó 5-3 a Les Bleus, en un espectáculo que tuvo todo tipo de emociones en el Parque de los Príncipes.

 

Qué se le va a hacer. El fútbol es así. Parece que lo ganás. Parece que lo perdés. Y nada menos que en el Parque de los Príncipes, Francia se comió otra trompada de esas que duelen por mucho tiempo.

En la Copa del Mundo, lo empató agónicamente y lo perdió en la tanda de penales. En la Eurocopa, llevó a la Furia al alargue y lo perdió en el 120′. Y en estos Juegos Olímpicos en los que tuvo todo a favor para colgarse la medalla dorada, Les Bles volvieron a quedar en el segundo escalón.

La España de Santi Denia supo dar espectáculo en París y, a pesar de que atravesó momentos de turbulencia, superó 5-3 a Francia en una de las definiciones olímpicas más épicas de la historia.

Thierry Henry apostó a un 4-3-1-2, con las líneas bien juntas, un trinomio compacto en el mediocampo y Michel Olisé buscando su lugar a las espaldas de Alexander Lacazette y Jean-Philippe Mateta.

Tan bien le fue a Francia a lo largo de los Juegos Olímpicos con sus formas que no había ninguna necesidad de cambiar justo en el partido por el oro: no entretenerse mucho con la pelota, recuperar la posesión en la zona media y atacar los espacios en velocidad.

Del otro lado del campo, Santi Denia dispuso de un 4-2-3-1 en el que la premisa fue el buen trato de la pelota, la salida limpia desde su propio campo, los laterales desplegados en ataque, la búsqueda del tercer hombre para adelantar líneas y la llegada con paciencia al arco defendido por Guillaume Restes. A excepción de unos tramos de Les Bleus y otros de la Selección Argentina, no hubo equipo que despliegue un juego tan vistoso como el de España.

¿Qué iba a prevalecer? ¿El juego vertical de Francia? ¿El movimiento de la pelota de España? Lo cierto es que el amanecer del partido favoreció notoriamente a las pretensiones de Les Bleus: como ante Nueva Zelanda (3-0) y Argentina (1-0), poner rápido el 1-0 le dio la posibilidad de replegarse, esperar y decantarse definitivamente a esperar su oportunidad de lastimar.

En ese sentido, el arquero español Arnau Tenas contribuyó notablemente, con un error de cálculo que permitió que el remate débil y centrado de Enzo Millot termine en gol. El Parque de los Príncipes comenzaba a colgarse la de oro.

Pero la plata no era suficiente para una España que había dado claras muestras de merecer la dorada. Por más que enfrente haya estado Lacazette, Olisé, Matetá, Henry, la Torre Eiffel y la Mona Lisa.

Y en el momento más complicado de estos Juegos Olímpicos, la Furia no renunció a su idea, se afianzó a su fundamentalismo y dio un espectáculo. Tic, tac, tic, tac. Para allá. Para acá. Para atrás. Para adelante. Baena, Barrios, Fermín y Sergio Gómez se transformaron en Lennon, McCartney, Harrison y Ringo Starr.

Así, el combinado español no solo remontó una historia que había comenzado desfavorable, sino que lo hizo con formas muy elegantes, estéticas, dando gusto y brindando satisfacción plena a cualquier amante de este deporte que estuviera viendo el partido. Pese a que no siempre se aplica la lógica, y eso es lo que lo hace hermoso a este juego, mayormente el fútbol se termina imponiendo. Hoy fue una jornada de esas, para el deleite colectivo.

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