DOMINGO, 17 DE NOV

«La hipocresía de la Unión Industricida Argentina»

Para el especialista en temas geopolítico y energéticos, Carlos Andrés Ortiz, la crisis del sector eléctrico y el caos general se debe a las políticas libertarias y sus socios neolibelares.

 

Por Carlos Andrés Ortiz

Entre la sumatoria de irracionalidades intencionalmente perpetradas, en el marco de la total inacción positiva y la destrucción sistemática social y económica general, la total falta de gestión en el muy estratégico Sector Energético, en particular el Eléctrico, tendrá muy severas consecuencias -ya en el corto plazo-, las que pueden llegar a ser catastróficas.

El sincericidio del incontinente verbal que es el actual presidente, fue muy claro y preciso: su objetivo es la destrucción del Estado Argentino, el cual precisamente dirige…¡Vaya gruesa incoherencia, por parte de quien dirigiendo al Estado, debería velar por el desarrollo, aberrante realidad, la cual es confirmada por las acciones destructivas perpetradas día tras día!

Las destrucciones sistemáticas que en forma constante perpetran las acciones (o la falta total de ellas) de los libertarios, con sus cómplices neoliberales, en contra del tejido social argentino, son por mucho las más dolorosas desde lo estrictamente humano, causando muertes por frío, desnutrición y falta de provisión de medicamentos esenciales, además de severos casos de exclusión total, aumentando en forma geométrica los cuadros de marginación social muy agravados.

Pero cabe enfatizar que la intencional inacción adrede paralizante en el muy sensible y estratégico Sector Energético, tendrá consecuencias muy serias, potencialmente catastróficas, aumentando las lesivas condiciones generales que, a los empujones, nos llevan a la involución acelerada a un contexto de subdesarrollo brutal, con claros visos de desastre general, intencionalmente perpetrado. Y ese cuadro dantescamente grosero lo prueban todos los indicadores sociales y económicos, además del deplorable accionar diplomático, propio de una colonia dócil y no de un Estado digno y soberano.

En el contexto de desguace socio económico general, parece pasar inadvertido el muy preocupante cuadro de severísima crisis energética, el cual es previsible en el corto plazo, con previsibles efectos multiplicadores muy negativos en toda la estructura social y económica nacional, operando como fuerte inductor de mayor destrucción generalizada.

Un correcto manejo del estratégico Sector Eléctrico Nacional, requiere una planificación muy cuidadosa a un mínimo de 10 años, período que a diferencia de otros sectores socio económicos, es considerado casi el corto plazo para el correcto accionar de la Matriz Eléctrica Nacional.

Ello es así, pues a diferencia de otras áreas de la compleja realidad socio económica nacional, un decenio es el plazo factible que requieren las grandes obras, para completar adecuadamente las etapas de planificación, licitación, concreción efectiva e integración al SADI (Sistema Argentino De Interconexión).

Más allá de las imprevisiones que suelen caracterizar a países subdesarrollados, las naciones que se encaminan con seriedad hacia el desarrollo socio económico, llevan sus planificaciones energéticas a varias décadas vista, incluso medio siglo adelante. Esas naciones, sean ya Potencias Consolidadas, o Potencias Emergentes, poseen Estados Nacionales fuertes, y activamente participantes en todas las áreas estratégicas, entre ellas el Sector Eléctrico.

Esa cuidadosa planificación, técnicamente muy bien respaldada, en el marco del respectivo Estado Nacional muy activo, incluso de bien basados roles empresarios del propio Estado, es la que permite vislumbrar alternativas técnica y económicamente factibles, cuando suceden cambios estructurales o “cisnes negros” de problemas imprevistos, los que suelen acontecer a veces, por motivos técnicos específicos, o en los marcos de las complejas realidades geopolíticas.

En el caso de los países de la Unión Europea, casi imprevistamente, ante las presiones anglosajonas y la realidad de la “guerra indirecta” de la OTAN contra Rusia en Ucrania, debieron adaptarse a suplantar la provisión del económico gas natural ruso y el petróleo del mismo origen, por otras fuentes de abastecimiento energético, que resultaron ser más costosas y técnicamente más complejas, pero que de algún modo impidieron males mayores como hubieran sido deficiencias en el servicio eléctrico por carencias de capacidades de generación.

En todas las grandes potencias, así como en las potencias emergentes, y en las naciones proyectadas a fortalecer el desarrollo socio económico, los respectivos Estados Nacionales tienen roles muy activos, y eso se verifica preponderantemente en todo lo vinculado con La Energía.

Exactamente lo opuesto a lo pregonado y en perpetración, por parte de los libertarios y sus socios neoliberales, en Argentina. Y para añadir más perjuicios potenciales, que más antes que tarde se transformarán en dolorosas realidades, es evidente que el “parate” presupuestario total (la promocionada “motosierra” que muchos desinformados crónicos y/o nulos mentales aprobaron), también se paralizaron o disminuyeron drásticamente, las muy necesarias tareas de mantenimiento, en las diversas áreas (Generación, Transmisión, Distribución), del complejo Sector Eléctrico Nacional.

Existe un combo de irracionalidades, basadas en el cerrado dogmatismo interpretativo de la ultra privatista Escuela Austriaca de la Economía; lo que parecería llevar al contexto “perfecto” de caos eléctrico de potenciales desastrosas consecuencias

Como siempre es bueno comparar, para tener datos referenciales, en los doce años del período 2003-2015, se construyeron más de 5.800 Km. de líneas de alta tensión, interconectando por primera a todas las provincias continentales; se terminaron dos grandes usinas que estaban con sus obras paralizadas o muy ralentizadas (Yacyretá y Atucha II); se instalaron varias usinas térmicas de grandes potencias; se dio impulso a la Central Carbonífera de Río Turbio (esencial para esa población en el extremo sur, y valiosa para dar soporte al Sistema Interconectado); se comenzaron las obras de las hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en el río Santa Cruz; se comenzó la cuarta central nuclear Atucha III y se dio fuerte impulso a la Central Nuclear CAREM de avanzada tecnología; se reestatizó la mayoría del capital de YPF, con lo que se pudo dar fuerte impulso a la explotación del mega yacimiento de gas y petróleo de Vaca Muerta y el listado no se agota en esa acotada síntesis.

En clara oposición a ese vasto plan de obras energéticas, el gobierno neoliberal de Macri, suspendió sin motivo alguno la construcción de la Central Nuclear Atucha III y frenó todo el Plan Nuclear, incluyendo el proyecto CAREM; además de evidenciar el claro propósito de desguazar el muy importante y estratégico Sector Nuclear, al paralizar el funcionamiento de la Planta Industrial de Agua Pesada, insumo estratégico para nuestras centrales en operación; se frenaron todas las obras proyectadas o en curso de ejecución, e incluso se descuidaron gravemente las imprescindibles tareas de mantenimiento, lo cual se indicó y/o supuso como causa del mega apagón del año 2019.

En el gobierno del “albertismo”, prosiguieron las obras de las dos grandes hidroeléctricas en Santa Cruz, y se volvió a comenzar la Central Nuclear Atucha III, con el formato técnico de uranio enriquecido, todo esto con respaldo técnico y financiaciones blandas provistas por China; lo cual fue destacado en el marco de la pandemia mundial que paralizó casi todo a nivel planetario.

El medio año largo del gobierno libertario paralizó abruptamente y sin justificativo técnico alguno, todas las obras licitadas y/o en ejecución, sin tener en cuenta que esas paralizaciones pondrán al SADI (Sistema Argentino De Interconexión) en un contexto crítico, pues se pasará -previsiblemente- a operar sin reservas técnicas en el sector eléctrico, lo cual ante cualquier imprevisto o eventual pico de consumo, se estará en serio riesgo de cortes masivos del servicio; sea eso por falta de capacidad de Generación, o por deficiencias en los sistemas de Transmisión y/o de Distribución, lo cual parecería ser una consecuencia buscada por las destructivas tareas perpetradas por los libertarios.

Si se dudara de la afirmación precedente, es de recordar, entre las muchas mediocridades expresadas por la impresentable Canciller Mondino, quien – sonriendo ampliamente como si fuera “gracioso” el caos energético al cual vamos, recomendó comprar grupos electrógenos.

Ese accionar destructivo y paralizante de todas las obras, ya nos está costando muy caro, pues al paralizar las obras ya licitadas y en marcha, para duplicar la capacidad de transporte del troncal Gasoducto Néstor Kirchner, y por dejar de invertir 40 millones de dólares, se debió comprar de apuro combustibles importados por 500 millones de dólares, ruinosa operación que tuvo muy poca difusión, acorde al cerco mediático establecido por el establishment que respalda a neoliberales y libertarios.

En el colmo de la irracionalidad destructiva, se volvieron a paralizar las grandes usinas hidroeléctricas en Santa Cruz y la central nuclear Atucha III, pese a que todo ello contaba con financiación de China (o por ese motivo, ante las abiertas presiones del Bloque Atlantista, y en particular de EEUU).

También se frenó el proyecto CAREM y la instalación del Reactor de Investigación RA 10, ambos de tecnologías y manufactura nacional.

Sin importar (o desaprensivamente), se cancelaron las licitaciones de varias usinas termoeléctricas, que iban a estar en operaciones en el corto plazo, y que iban a aportar muy necesarios 3.340 MW adicionales de Potencia Instalada.

Todo un combo de irracionalidades, basadas en el cerrado dogmatismo interpretativo de la ultra privatista Escuela Austriaca de la Economía; lo que parecería llevar al contexto “perfecto” de caos eléctrico de potenciales desastrosas consecuencias.

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

 

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