VIERNES, 15 DE NOV

Rosario sin secretos: ¿por qué la López se llama López?

La plaza ubicada en Pellegrini entre Buenos Aires y Laprida tiene una historia que muy pocos conocen. ¿Qué hubo allí? ¿Como llegó a constituirse como espacio público? Dejate lleva por los recovecos rosarinos y sus secretos de la mano de Graciela Molina.

Muchos hemos creído que a la entrañable plaza López, ubicada en Pellegrini entre Buenos Aires y Laprida,  se la llamó así por el brigadier Estanislao. Pero, hete aquí que, en realidad, su nombre se debe al gobernador de entonces, Juan Pablo López.

El “Picado de Viruela”, como se lo conocía al hermano del brigadier, un día como hoy, 4 de septiembre,  hace 166 años fue quien autorizó, por ley, la instalación de un Mercado de Frutos a la firma Casinelli y Compañia pidiendo, en compensación para la flamante “ciudad”, motorizada en su momento por Urquiza y Crespo en 1852, la cesión de un predio a perpetuidad de una manzana cuadrada entre las calles Real (Buenos Aires), pasaje Cullen (Alfonsina Storni), Comercio (Laprida) y el bulevar, aún sin trazado, Argentino (avenida Pellegrini). La cuestión es que el mercado no prosperó, pero la plaza sí, para alegría de los rosarinos.

Con el tiempo, en guerra contra el Paraguay, todas las fuerzas tenían su embarque en el cuasi puerto de Rosario, transformando a la López en corral de mulas y caballos para proveer al ejército de campaña. Desde allí, al río, un solo paso para embarcar los animales junto a la soldadesca, hacia la injusta y cruenta guerra fraticida.

La luego “Plaza de las Carretas”, a la que arribaban cargamentos de cueros, lanas, maíz, trigo, tuvo una corta hora “deportiva” con la Plaza de Toros y fue Julio Argentino Roca quien decidió concentrar pertrechos para el ejército en su “Campaña del Desierto” que, en verdad, no estaba tan desierto…

Llegó 1872 y se convirtió, entonces, en plaza pública y fue el 3 de noviembre (auguramos una gran fiesta recordatoria en el lugar), el empresario Alfredo de Arteaga, hermano de Leopoldo (quien construyó la fábrica y los aparatos necesarios para dotar la aldea de alumbrado a gas hidrógeno), inaugura un servicio de tranway a caballo, fuertemente resistido por el colega Deolindo Muñoz desde El Municipio, a razón del estado de los animales…

No obstante, se le había pedido al empresario, también para que quede en la ciudad, luces, bancos y arbolado, lo que convirtió a la plaza en Jardín de Arteaga. Fue en ese entonces que se dotó al lugar con especies de los cinco continentes, invalorable y maravilloso patrimonio natural que aún podemos disfrutar.

La Asociación Empleados de Comercio instaló allí un hito cuando recordó el primer 1º de Mayo “Día del Trabajador”, celebrado en 1890 y del que participó la increíble Virginia Bolten.

Y si nos remontamos a 1812 nos encontramos allí con el mismísimo descampado al que el pueblo había salido a recibir a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano aquel 7 de Febrero de 1812 cuando aún éramos capilla del Rosario del Curato de los Arroyos.

Vale recordar la hermosa fiesta realizada este año en el lugar a iniciativa de personas comprometidas con la historia urbana, integrantes de la Comisión Ciudadana Rosario por la Paz y vecinos del lugar.

Sin dudas, hay historias para llenar catálogos de interés turístico y coadyuvar al desarrollo y progreso de nuestra hermosa Rosario.

 

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