El peso de las tarifas de luz y gas se triplicó en las familias de menores ingresos
“A septiembre, ningún segmento de usuarios cubre el 100% del costo de la energía”, apuntó un informe de la Fundación Encuentro, que cuestionó las políticas energéticas del gobierno de Javier Milei.
Un informe de la Fundación Encuentro alertó que una familia de bajos ingresos debió destinar en agosto tres veces más de lo que gastaba a fines del año pasado para afrontar las tarifas de luz y gas.
El organismo detalló que en julio el costo de la generación de energía aumentó a 95,5 dólares por megawatt hora, el mayor valor desde el séptimo mes del 2023, y superior al promedio que se pagó entre 2013 y 2023.
“El peso del pago de los servicios públicos de gas natural y energía eléctrica en relación con los ingresos para las familias de menores ingresos pasó de ser del 3,9% en noviembre de 2023 al 12,8% en agosto de 2024”, señaló el documento.
Además, se alertó que “se pasó de un sistema que focalizaba subsidios en las familias de ingresos medios y bajos, a uno que subsidia a todos los hogares residenciales”. Una situación que preocupa es que, ante los aumentos costos de producción de energía, el gobierno de Javier Milei aún no informó cómo continuará la asignación de subsidios.
“A septiembre, ningún segmento de usuarios cubre el 100% del costo de la energía. Los consumidores de altos ingresos (N1) cubren solo el 55% de la tarifa de gas, mientras que los de ingresos bajos (N2) y medios (N3) cubren apenas el 20% y 25%”, detalló el informe.
“En cuanto a la electricidad, los N1 cubrieron el 86% del costo, y los N2 y N3 apenas el 24% o 38%. Los aumentos de hasta el 600% en las tarifas de electricidad en 2024 han empeorado la situación económica de las familias, sin resolver el problema de fondo”, expresó el organismo.
La Fundación Encuentro, vinculada al Partido Renovador, calificó como “una falacia” la afirmación de que los usuarios deben pagar “lo que realmente cuesta la energía” porque las tarifas reflejan la sumatoria de cuatro componentes claves: los costos de generación, de transporte, distribución y los impuestos.
Por eso, consideraron que el valor de esa energía “no viene dado, sino que está íntimamente relacionado con las decisiones de política que se tomen desde el mismo Gobierno” en cada uno de esos componentes.
Para la Fundación es necesario que la política energética se concentre en la “reducción de costos del sistema” y tome decisiones para “que la energía cueste menos y, por lo tanto, el traslado a los usuarios tenga un menor impacto”.
“¿Cómo puede ser que a la vez que subieron las tarifas, se les dejó de pagar a a las empresas? Los aumentos tarifarios han sido ineficientes e innecesarios, escondiendo bajo el lema de ‘pagar lo que sale la energía’ la mala gestión de la Secretaría de Energía”, cerró el documento.