Rosario sin secretos: una piedra fundamental en 1909 y una cuadriga contra el delito

Por esas contradicciones que tiene la historia (y lo que afirman los hagiógrafos), en el día que nació María de Nazaret, 70 veces nombrada en el Corán y que aparece tangencialmente en el testimonio de Marcos, el más antiguo de los evangelios, nos disponemos a traer a la memoria al mayor estadista que tuvo Rosario: José o Nicasio Victorino Oroño, impulsor de la primera ley de matrimonio civil de la que se tiene noticias en el país y por la cual las tropas de Patricio Rodríguez sitiaron la ciudad al grito de: “¡Viva Dios, mueran los masones!” y el obispo José María Gelabert y Crespo pidió su excomunión.

Hoy lo recordamos especialmente porque el 8 de septiembre de 1909 se colocó la piedra fundamental del Palacio de Policía construido en la manzana de Santa Fe, Moreno, San Lorenzo y Dorrego, entre 1912 y 1916, y como adoramos ir al origen, fue Oroño quien en su carta del 4 de julio de 1854 le pidió a Urquiza la organización política con Municipalidad y Policía:

“Cuando esta ciudad era apenas una Villa de Campaña podía ser gobernada por un juez de paz, pero hoy que se ha hecho una ciudad de importancia, que su población e intereses materiales se desarrollan de un modo asombroso, hoy que su puerto y aduana son nacionales debiendo venir aquí a proveerse las provincias interiores de la Confederación, y que esta ciudad es también sede del Banco Nacional, es un delirio creer que puede continuar el antiguo orden de cosas en la parte gubernamental y económica del Departamento”.

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Visionario, Oroño también le escribió al entrerriano: “Al formarse una ciudad donde abunda el terreno, es preciso pensar en el porvenir, dejando calles y plazas espaciosas teniendo presente lo que va a ser más tarde esta ciudad. Al principio nada cuesta esto. Después costará muy caro y los gobiernos tendrán que gastar millones para dar espacio a las poblaciones establecidas con estrechez por imprevisión”.

Para la seguridad pedía, 170 años atrás, “una brigada de gendarmes, compuesta de hombres honrados y afianzados para desempeñar este destino de confianza”, a la que sugería dividir con policías como vigilantes de día y serenos de noche.

Tras la carta con la insistencia en las necesidades de la pujante ciudad y considerando “el estado de prosperidad, el rápido aumento de la población y el gran desarrollo comercial del pueblo y departamento de Rosario”, el gobernador y capitán general de la provincia, acuerda y decreta la creación de la figura del Jefe Político, designando al general Benjamín Virasoro.

Y ya que estamos viajando en el tiempo, posicionamos el marcador de nuestro DeLorean en 1578 y retrocedemos 446 años para encontrarnos con las actas del Cabildo de Santa Fe que nos cuentan que el primer cargo policial institucional, con el título de Alguacil Mayor, fue detentado por el regidor Don Bernabé de Luxán.

Volvamos a Rosario Sin Secretos, recorramos de norte a sur el magnífico bulevar Oroño (antes Santafesino), crucemos la avenida Pellegrini (antes bulevar Argentino) y en el Parque de la Independencia encontrémonos con la Biblioteca del Museo Histórico, esa obra de Ángel Guido al que le dio vida el inefable Julio Marc.

Allí se atesora el álbum del fotógrafo G.H. (que no es Gran Hermano pero sí nos permite curiosear nuestros orígenes) o George Heinrich Alfeld y hallaremos la huella de este fotógrafo alemán, un verdadero cronista gráfico de la época quien también, como escribió otro imprescindible de nuestra historia, Wladimir Mikielievich, en 1869 era dueño del café, salón de billares y de juegos de bolos Casino de la Bolsa, poco antes de irse a vivir a La Rioja.

Supo Alfeld capturar la imagen de la Comandancia que existía desde 1842, en el mismo solar donde hoy podemos admirar ese bellísimo edificio que es el Correo Central, en la esquina de Córdoba y Buenos Aires, en diagonal a la Catedral Nuestra Señora del Rosario, la misma Virgen que hoy celebra su nacimiento y le dio nombre a nuestra amada ciudad.

Mientras tanto, y aprovechando que es un hermoso domingo, cuando pasemos por la ex Jefatura de Policía, Santa Fe 1950, sede de Gobernación, elevemos la vista para mirar la majestuosa cuadriga del escultor italiano Guillermo Gianninazzi, en la que colaboró nuestro Erminio Blotta, y a su carro de guerra romano. Hallaremos a la Justicia conduciendo hacia el triunfo de la Paz y la seguridad.