Rosario Sin Secretos: había una vez un barco… 63 primaveras atrás!

Nuestro hermoso Paraná (Pariente del Mar), al que hasta el nombre le han cambiado… “hidrovía” lo llaman ahora, fue testigo un día como hoy, 63 años atrás, de una espléndida noticia para los rosarinos. Habemus barco!

 

Eran las 9.45 cuando zarpó de Villa Constitución al mando del capitán de corbeta Eduardo Gentile. Allí cargó a los casi 1.500 invitados especiales que tuvieron el privilegio de hacer el viaje inaugural. Venía desde el primer puerto argentino en el estuario del río de La Plata, en Ensenada, Buenos Aires, adonde había arribado procedente de Baltimore, Estados Unidos, con el nombre de Boston Bellm, que nunca pudieron nacionalizar.

Costó 1.850.000 dólares (en ese entonces unos 50 millones de pesos), comprado por el intendente Luis Cándido Carballo, para fomentar el turismo, especialmente el estudiantil, quien subió a recibirlo alrededor de las 12.10 del mediodía cuando ancló en la Estación Fluvial, acompañado por autoridades civiles, militares y eclesiásticas.

La algarabía popular llenaba todas las calles desde las que se podía divisar la ribera rosarina y miles de pañuelos saludaron su paso al tiempo que los buques allí anclados acompañaban con sus sirenas, confundiéndose con los altisonantes sones de la Banda de Policía que, con bombos y platillos, recibió la buena nueva.

¡Esa primavera de 1961 Rosario era una fiesta!

Al día siguiente, con su clásico estilo, el Decano de la Prensa Argentina titulaba “Cálida recepción tributóse al buque Ciudad de Rosario”. En esas mismas páginas el intendente Carballo, a quien acusaban de traer contrabando (un auto, pianos, televisores, ropa y calzado para mujeres, máquinas fotográficas, grabadores, juego para niños, una máquina tragamonedas y hasta las lámparas a gas de mercurio que se encendían con la oscuridad y se apagaban con la luz del día para instalar en la plaza Sarmiento), hizo todas las aclaraciones pertinentes al periodismo, y ofreció pruebas y documentos para darle transparencia a su gestión.

Tres años después, y luego de haber hecho apenas un puñado de viajes solidarios, la administración de Beltramo y el Concejo, en el que el joven de 23 años Horacio Usandizaga consideraba que el barco no era “útil, necesario ni conveniente”;  la motonave con capacidad para 3.000 pasajeros, se vendió por 15 millones de pesos más de lo que se la compró, a la Compañía Transatlantic para hacer el recorrido Colonia (Uruguay) Buenos Aires.

Otro barco, homónimo, construido íntegramente en Rosario, en los Astilleros Righetti, S.R.L., tristemente disuelto en 2008 por decisión unánime de sus socios, empezó luego a surcar las aguas de nuestro caudaloso Paraná.

Pero esto será tema para otro capítulo de Rosario Sin Secretos, en el que subiremos Todos a Bordo!

 

Últimas Noticias