Rosario sin secretos: entre Mafalda y Victoria, “escribimos” la historia
El entrañable personaje de Quino cumple 60 años, el mismo día que el inventor de la birome. En Rosario también se cumple un aniversario de la parroquia San Miguel Arcangel, y, además, recordamos Santiago Buratovich.
- Ciudad
- Por Graciela Molina
- Sep 29, 2024
Mafalda, esa entrañable niña contestataria que vio la luz de su vida de historieta en la revista Primera Plana, hoy cumple 60 años. Su creador, el mendocino Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, alcanzó a celebrar su cumpleaños número 56 y falleció un día después, el 30 de septiembre, a los 88 años, cerrando un ciclo de superlativo talento.
Si alguna vez Quino hizo sus dibujos con birome, ¿habrá advertido que también un día como hoy nació en Budapest, en 1899, el inventor, periodista, pintor, escultor, agente de bolsa e hipnotizador húngaro Ladislao Biró, quien junto a su hermano Gyorgy, que era químico, y en sociedad con su amigo Juan Meyne, inventaron la Biro-Me, marca comercial de la esferográfica o bolígrafo que nos permite seguir escribiendo la historia?
Su propia hija, Mariana Biró Sweet, en una entrevista lo describió como “un hombre equilibrado emocionalmente, con mucha paciencia y fiel a la idea de que las cosas deben compartirse”. ¡Y vaya que lo hizo! No sólo revolucionó la manera de escribir sino que patentó más de veinte inventos, entre ellos, el cambio automático para autos (que adquirió la General Motors), una boquilla antitóxica, perfumes y un perfumero que luego se adaptó a lo que hoy conocemos como desodorante a bolilla, una cerradura inviolable y hasta un lavarropas para su esposa Elsa Schick.
Por él, la Argentina celebra el Día del Inventor. Y ya que estamos, ¿sabías que la palabra invento viene del latín inventus y significa «idea que viene hacia dentro de uno, creación, descubrimiento, hallazgo». Sus componentes léxicos son el prefijo in (hacia adentro) y ventus (venido).
Dicen que la mayoría de los inventos nacen de una casualidad. En este caso podríamos agregar el estar atento a los acontecimientos y los detalles, porque se asegura que Biró vio a unos chicos de Hungría jugando en la calle con unas bolitas que, al atravesar un charco, salían trazando una línea de agua en el piso seco. O sea, como diría el rey Salomón en el Eclesiastés: ¡no hay nada nuevo bajo el sol! Sólo hay que prestar atención a las corazonadas…
¡Qué mejor que un 29 de septiembre, Día Mundial del Corazón, proclamado por la Federación Mundial del Corazón con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud y la UNESCO!
Y como los pasos van donde el corazón nos lleva, llegamos a la parroquia San Miguel Arcángel, en el corazón del barrio Echesortu (en euskera, idioma vasco, significa “La Casa del Huerto”). Lo hacemos por dos motivos: hoy es el santo de todos los que llevan el nombre Miguel (¿quién no tiene a alguno para saludar?) y un día como hoy, 112 años atrás, se colocaba la piedra fundamental de este hermoso templo construido en terrenos donados por el ingeniero austríaco, luego croata, Santiago Buratovich.
La plaza que está enfrente -también cedida al municipio- y que hoy lleva su nombre, este 2024 ¡cumple 100 años!
Toda esa zona era parte de la chacra de este ingeniero y soldado que había participado de la construcción del canal de Suez en Egipto al mando de 3.000 operarios y que, con 22 años, llegó a Buenos Aires para realizar un estudio de sondeo en los ríos de la Plata y Paraná. Incorporado al Ejército, alcanzó el grado de sargento mayor y, en 1870, arribó a Rosario para proyectar el puerto. Dos años después se enamoró y casó aquí con Maria Victoria Sofía del Sagrado Corazón de Jesús Ansaldi, con quien tuvo seis hijos.
A este joven prodigio que es convocado por el gobernador Iriondo para proyectar las primeras líneas de ferrocarriles en Santa Fe, le tocó también dirigir las primeras líneas de tranvías para Rosario, Paraná y San Nicolás y ser instructor del Telégrafo Nacional, participando en la construcción de la línea Rosario-Córdoba-Tucumán del telégrafo militar, y todo su tendido en la inconmensurable y árida Patagonia, luchando con propios y extraños para lograrlo.
Distinguido con diplomas al mérito militar por los presidentes Pellegrini y Roca, el Batallón de Comunicaciones 181, en Bahía Blanca, también lleva su nombre.
El dueño de las tierras que, loteadas, dieron origen en Rosario a un antiguo barrio denominado La Victoria, en honor a su esposa, decidió que en los terrenos donados debía levantarse un colegio y una iglesia bajo la advocación de San Miguel, arcángel y jefe de los ejércitos de Dios por ser el patrono del Arma de Comunicaciones.
En su día, y en el de Gabriel y Rafael, los otros arcángeles que lo acompañan, nos despedimos hasta nuestra próxima comunicación en esta, nuestra Rosario Sin Secretos. ¡Feliz domingo!