La ultraderecha ganó las elecciones parlamentarias en Austria

El Partido de la Libertad (FPÖ) de la ultraderecha ganó este domingo las elecciones parlamentarias austríacas consiguiendo la mayor cantidad de votos por primera vez desde la era nazi. Con un 29,2% de los sufragios, superó al gobernante Partido Popular de centroderecha (ÖVP) del canciller Karl Nehammer, que quedó en segundo lugar con el 26,5%.

Mientras que el partido opositor Socialdemócrata obtuvo su peor resultado histórico (21 %), mientras que el liberal NEOS logró alrededor del 9 % y los Verdes, socios menores de la coalición de gobierno, obtuvieron el 8,3 % de los votos.

Como en, Holanda, Francia y Alemania, el ascenso de la ultraderecha y sus éxitos electorales sin precedentes se deben al profundo descontento popular con los gobiernos centristas y socialdemócratas que no lograron abordar la descontrolada inmigración y el aumento del costo de vida.

El FPÖ, que se benefició del auge de la derecha en muchas partes de Europa y tomó como modelo al húngaro Viktor Orbán, aprovechó los temores del pueblo en torno a la migración, el asilo y la delincuencia, acentuados por la cancelación en agosto de tres conciertos de Taylor Swift en Viena debido a un frustrado complot terrorista islamista, la creciente inflación, el débil crecimiento económico y el resentimiento persistente por las estrictas medidas gubernamentales durante la pandemia de COVID-19.

Pese a su victoria, el FPÖ – anti-islam- no ha conseguido una mayoría absoluta; el parlamento tras las elecciones está muy fragmentado: la ultraderecha es la primera fuerza política, con 57 escaños, el Partido Popular segundo con 51, los socialistas terceros con 41, los Verdes con 16 escaños y los neoliberales, 18.

Este lunes comenzaron las negociaciones para la formación de un posible gobierno que durarán semanas: se necesitarán 92 escaños para alcanzar la mayoría mínima de los 182 escaños del parlamento nacional. El Candidato principal y polarizador del FPÖ, Herbert Kickl, que hizo campaña utilizando el apodo de «canciller del pueblo», usado en su día para describir a Adolf Hitler, nacido en Austria, dijo que estaba dispuesto a formar un gobierno con «todos y cada uno» de los partidos en el parlamento en el que lidere.