Bersuit Vergarabat: “Ellos no son los dueños de la libertad ni de lo que eso significa”
Los integrantes de la banda dialogaron en exclusiva con Conclusión y detallaron los procesos que acompañaron la creación de su último material discográfico. Además, contaron en qué quedó la carta documento que le enviaron al presidente Javier Milei y analizaron la actualidad de la escena musical.
- Conclusion TV
- Por Lautaro Zeballos
- Oct 13, 2024
“Que nadie se equivoque, esta sigue siendo de ustedes”, dice Daniel Suárez, mientras suenan las primeras notas de Se viene sobre el escenario de La Sala de las Artes, un tema de Bersuit Vergarabat que el presidente Javier Milei utiliza en varios de sus actos, generalmente mientras salta y lo corean sus seguidores. Horas antes, en una entrevista exclusiva con Conclusión, el cantante y su compañero Carlos Germán “Cóndor” Sbarbati dirán algo similar al hablar de la canción Decime: “Ellos no son los dueños de la libertad ni de lo que eso significa”.
Bersuit atraviesa -como afirman entre risas sus integrantes- su momento más joven. Cocoliche Life, el disco que los tiene de gira y que los hizo pasar por Rosario el pasado 4 de octubre, expone la vitalidad de lo diverso. Celebra que un rock, una cumbia y una balada puedan transitar por las mismas venas y respetar la esencia del ADN.
Pepe Céspedes, otro de los músicos bersuiteros, asegura que las primeras medias horas de cada ensayo son únicas. Que si alguno de la banda pusiera a grabar esos minutos tendrían para compartir mucha más música que se pierde en el éter, pero este último disco que salió a la cancha en enero es la conjunción de ese calentamiento previo de íntima familiaridad, algunas anécdotas personales y -sobre todo- la voluntad de estar atentos a lo que ocurre alrededor. Ese observar lo que pasa permite que aparezcan canciones con halo premonitorio, como Víctimas -escrita por Alberto Verenzuela– que meses antes de las elecciones ya pedía «dejar de darle de comer al chancho» porque, de lo contrario, el odio iba a vencer. Y venció, pero la insistencia puede ser el epitafio de la derrota.
Lo ratifica Tadeo, el ave que protagoniza el videojuego que acompañó el lanzamiento de Cocoliche Life: el pájaro escapa de su bosque prendido fuego y vuela por distintos lugares para encontrar un espacio donde tirar sus semillas, con el fin de que todo vuelva a florecer para las futuras generaciones. A través de varios niveles, va capturando diferentes notas musicales que le sirven de aire para seguir el viaje. Bersuit está en ese oxígeno que se hace combustible al momento de vibrar al ritmo del presente.
—¿Por qué esta idea de presentar un disco después de tantos años sin sacar uno con canciones inéditas y por qué Cocoliche Life?
Cóndor Sbarbati — Pasaron un montón de cosas. Nuestro último disco fue uno doble, en vivo, con canciones de toda la vida. Pasó un tiempo y después vino la pandemia. De ahí en adelante se compusieron muchísimas canciones. Había muchas ganas de sacarlas y acá está, nació Cocoliche, un disco hermoso con 14 canciones inéditas grabadas en estudio, que ya la gente adoptó con muchísimo amor.
— Daniel, te escuché decir que este disco recupera el ADN de Bersuit. ¿De qué está hecho ese ADN?
Daniel Suárez — (Se ríe) de un cocoliche de nosotros mismos. En realidad no recupera porque nosotros no perdimos nunca ese ADN. Sí podríamos decir que representa mejor ese ADN bersuitero, que es diverso; que la palabra ‘cocoliche’ un poco pinta: gente en pijama, arriba de un escenario, haciendo una cumbia, después un rock y, atrás de eso, una balada. Es un poco una mezcolanza. Representa muy bien este momento de Bersuit, que es le momento más joven. Como decía el Cóndor, es un disco necesario después de siete años sin salir con uno, también porque estábamos de festejo de los 25 años de Libertinaje. Ahora se vienen los 25 años de Hijos del Culo. Entonces, estábamos en agradecimientos y festejos, pero con muchas ganas de sacar un disco. El nombre creo que nació antes de que lo tengamos, pero porque nos sentimos bastante identificados con ser un poco cocoliches.
—Es un disco también muy actual. Digo, arranca fuerte con Me la pego; después baja con El Cumbión; vuelva a subir con El Beat; y después pasa a Decime. Este es un tema que parece uno de los últimos que se escribieron para el disco, pero fue el primero. Pasa eso porque la letra dice «Decime hasta dónde llega tu libertad; si pisotea la mía». ¿De qué habla?
CS — Habla un poco de eso…
DS — Claro, no son los dueños de la libertad; ni de la no libertad; ni de lo que eso significa. De hecho, como decías vos, el tema fue hecho en 2017, cuando todavía este personaje impresentable que tenemos de presidente no existía básicamente. Y, fijate cómo son las canciones que después terminan pintando algo que uno adopta y dice ‘uh, habrá sido escrita para esto’. Eso es lo lindo que tiene la música, la temporalidad de las canciones, así que ahí lo tenemos a Decime. Es un disco super potente, con cosas para decir, están también La biyuya; Europa, con esa parte irónica pero que también pinta esa idiosincrasia nuestra.
CS — Y canciones con vuelo como Yendo o Invenciones. La verdad que es un disco homogéneo. Se deja escuchar entero, porque tiene un viaje hermoso. La verdad, es un disco que queremos mucho.
DS — Un orden desordenado, pero orden al fin.
—Entre los temas que parecieron mirar al futuro tenemos también Víctimas. ¿Cómo hicieron para encontrar tan temprano la esencia de lo que vendría tan temprano?
DS — Lo tenemos atrás al escritor, Alberto Verenzuela. Creo que es un poco esa responsabilidad que tenemos, en este caso los artistas, los músicos y más que nada los que escriben, los autores y compositores. Uno, ante lo que sucede en el día a día tiene que tener las antenas puestas y observar lo que pasa, ya sea en tu barrio; en tu país; o con tus amigos. Tenés un montón de cosas. Si estás afilado en la observación, después aparecen perlas como Víctimas, que fue también un poco premonitor. Digamos, el tema también fue escrito meses antes de las elecciones y de todo lo que parecía que se podía venir, pero nadie creía que podía llegar. Ahí apareció Víctimas, promulgando eso de «no seamos víctimas de lo que está por venir». Bueno, ahí estamos.
—Hablando de lo que se vino y del uso de la canción Se viene por parte de Javier Milei, tuvieron una acción legal contra el presidente por la utilización de la canción. ¿En qué quedó eso?
CS — En nada, se limpió el culo con la carta documento y no pudimos hacer nada. (ambos se ríen)
DS — Yo creo que más que nada fue para dejar en claro la parte del daño mora. Y es tan gracioso, bizarramente gracioso, es parte de esta cosa de no entender nada, que también termina siendo un cocoliche. Es esto que estamos viviendo. Hoy en día, ¿qué más cocoliche que un libertario cante El estallido?
CS — Que es una canción que se hace en contra del menemismo, que es algo que el apaña.
DS — Claro, es bien cocoliche eso también. En lo personal, al principio me chocó. Después me dio ese cringe, una especie de vergüenza ajena y también dije «uy, qué habré hecho mal yo en todo este tiempo, con una canción así». Después dije «no me hago cargo de lo que pude haber hecho mal yo, están quienes malinterpretan y cada uno interpreta lo que quiere de las canciones». Pero en este caso fue tan aberrante ver a Milei saltando con una canción como El estallido y a sus seguidores coreándola como si fueran todos bersuiteros… Nada, espero que aprendamos pronto.
—Hace pocos días se conoció una versión de Negra murguera cantada por Milo J y Agarrate Catalina. ¿Cómo lo recibieron? Hay gente joven que sigue cantando a la Bersuit.
CS — Es hermoso, tanto lo que pasa con él; como con Luck Ra también.
DS — Lo mismo con los pibes de La T y la M; con Catriel; Trueno; o Wos mismo. Yo creo que la juventud sí hizo un cambio en eso. Son más unidos y cohesionados entre los diferentes artistas. Se apoyan entre sí. Vinieron a tocar con nosotros. Esto de Milo J es hermoso.
CS — Es una gran versión, que seguramente ya vamos a compartir.
—Cóndor, escuché una entrevista que es aproximadamente de 2011 o 2012 en la que les preguntan a varios de ustedes que están ahí por la frase que afirma que «ya no hay grandes bandas de rock», a lo que respondés: «Decir eso es un síntoma de vejez». ¿Doce o trece años después, sostenés eso?
CS — Sí, claro, la verdad que queda mucho por delante. La música me sigue sorprendiendo gratamente. Los artistas me siguen sorprendiendo gratamente y el rock no va a morir nunca.
DS — Y, aparte, pongámosle un granito de confianza, amor, voluntad y un montón de cosas a que las bandas que se están formando se transformen en grandes. Eso de que «ya no hay» es, como decía él, un síntoma de vejez. Esto está en constante crecimiento y evolución. Quizás él que preguntó entonces se refirió a otras cosas que sí no hay más, que tenían que ver con las bandas y la música en los 90. La parte competitiva; la parte más futbolera de ‘sos de este o del otro’; ‘o sos de Cerati y Soda o sos del Indio y los Redondos’; ‘sos de La Renga o sos de Bersuit’; ‘Sos de Divididos o Las Pelotas’. Esa estupidez obtusa de pensamiento que teníamos con esas grandes bandas de rock de aquella época. Creo que por suerte se creció y se evolucionó en forma favorable con eso. Yo deseo que todos estos que están surgiendo ahora se transformen en grandes artistas y bandas de rock. Muchos ya lo son desde el principio mismo de su carrera.
CS — Pero ojalá que trasciendan en el tiempo.
DS — Claro, ojalá que sí.