MARTES, 19 DE NOV

Cómo afecta la crisis en la salud mental y la respuesta, o falta de ella, por parte del Gobierno

El desempleo y aumento de la pobreza repercute directamente en la salud mental de la población, según expertas. Mientras que el Gobierno nacional decide recortar en hospitales dedicados a la especialidad.

 

El Gobierno nacional continúa con sus recortes en distintas áreas. En tal sentido, no tuvo reparos en cancelar servicios de internación y guardia en el hospital nacional «Lic. Laura Bonaparte» (Parque Patricios, Buenos Aires), un hospital referencia en salud mental en la zona. El momento parece haber sido escogido a propósito, ya que este 10 de octubre se conmemoró el Día de la Salud Mental en Argentina.

El Ejecutivo, en tanto, comunicó que comenzó un plan de reestructuración» con el objetivo de de “priorizar la asignación de recursos en los pacientes que lo necesitan”.

Sin embargo, en un contexto de crisis social y económica, que, según expertas afecta directamente en la cuestión de la salud mental de la población, la administración de Javier Milei, en lugar de sostener políticas de prevención y contención en ese sentido, parece tomar una postura de abandono a las poblaciones que requieren de asistencia psiquiátrica o psicológica. Una muestra de ello es la cancelación de Consejo Consultivo Honorario de salud mental y adicciones, que trataba modificaciones para atender la problemática.

De acuerdo a un informe de la Defensoría del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, el gobierno nacional ejecutó el 68% del presupuesto de este año para políticas de acompañamiento y apoyo en salud mental. Según detalla el informe, el gobierno de Javier Milei tenía asignado un presupuesto de $699,1 millones, el cual fue llevado a $482,8 millones, es decir casi un tercio menos. Además, al mes de septiembre de 2024 se ejecutaron $329,4 millones.

Por su parte, el Observatorio de Psicología Social de la Universidad de Buenos Aires, de acuerdo a los resultados del «Termómetro psicosocial y económico», el 72% de los encuestados indicó que los problemas de su economía afectan en gran medida a su salud mental. Los datos, además, el 41% teme perder su empleo, y el 37% teme no encontrar trabajo en su profesión.

En relación a esta situación, el diputado por la UCR y neurocirujano Facundo Manes, a través de sus redes sociales, consideró: “La mala salud mental no es solo la ausencia de trastornos. Se asocia con factores como el rápido cambio social, condiciones de trabajo estresantes, discriminación, exclusión social y modos de vida poco saludables”.

“La depresión y la ansiedad son dos de las principales causas de discapacidad, y las condiciones socioeconómicas adversas sólo agravan la situación. Para avanzar como país, es crucial entender que la salud mental es una parte integral de nuestra salud general. No es solo un problema individual, sino social”, continuó el médico y político.

 

Aumento de demanda en Rosario

En el Día de la Salud Mental, desde la Municipalidad de Rosario consideraron que “en un contexto de crisis, pobreza y múltiples sufrimientos, es fundamental profundizar la implementación de la Ley Nacional de Salud Mental”, ya que “la salud mental es una cuestión colectiva y pública”.

Es que, según información de la secretaria de Salud, en solo un año, las atenciones relacionadas a la salud mental en los centros de salud y hospitales municipales de Rosario crecieron un 30 por ciento.

En tanto, en Santa Fe también hay preocupación por falta de fondos para el hospital psiquiátrico de Oliveros. Desde ATE, Eleonora Salvatierra, secretaria de Salud laboral del gremio, meses atrás había denunciado ante este medio, que “va a quedar gente sin su puesto laboral y usuarios sin personas que los puedan cuidar. En Oliveros estaban funcionando dos servicios”.

Soluciones colectivas

La crisis económica, la pobreza, el desempleo, sin duda que afecta a la salud mental”, comenzó comentando Celina Pochettino, quien fuera directora provincial de Salud Mental de Santa Fe durante el Gobierno de Omar Perotti, en diálogo con Conclusión. “Es importante hablar de salud mental en términos poblacionales, sociales”, propuso la profesional, quien ratificó que “existe un aumento de la demanda desde hace algunos años”, lo que se traduce en mayor tasa de suicidios o intentos de ello, problemática de consumos o crisis subjetivas graves.

En cuanto a la actualidad del sistema en la ciudad, mencionó: “Hacen falta más espacios de atención en salud mental tanto públicos como privados. Hay que seguir multiplicando los espacios de cuidado, para que sean más cercanos a la comunidad. Es necesario transformar el sistema, un modelo que muchas veces no está a la altura para acompañar este tipo de sufrimientos”. Para todo ello, remarcó la necesidad de “avanzar en la implementación de la ley de salud mental”.

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Por su parte, Tatiana Moreno (psicóloga y docente de la UNR) coincide con el aumento de casos de salud mental, sobre todo en lo que respecta a consumos problemáticos en jóvenes, y denunció recortes presupuestarios de programas a nivel nacional y en la provincia de Santa Fe, donde se da una “revisión de dispositivos”.

En este sentido, detalló que “la ley de salud mental prevé el 10% del presupuesto de salud, lo que nunca se llega a completar”. “Estamos muy preocupados por cómo va a impactar este corrimiento del Gobierno en las cuestiones de salud mental. Con hambre no hay salud mental, sin trabajo no hay salud mental”, enfatizó Moreno.

Para la psicóloga, son imprescindibles las respuestas colectivas, “garantizando condiciones para una vida digna”. “Hay que pensar en dispositivos comunitarios, cómo reforzar los centros de salud en los barrios, pensar en los clubes, lo cultural, lo deportivo, eso también es salud”.

Aunque la posición del Gobierno nacional está “lejos de apostar a programas comunitarios, pensando en los jóvenes”, lo que “impacta en la salud mental y nos quita posibilidades para vivir en comunidad”.

Queda claro que cuando la situación económica de las familias pasa por un momento acuciante, las consecuencias en la salud mental se encuentran íntimamente relacionadas, con aumento de casos de depresión, ansiedad o consumos problemáticos. Y desde el Gobierno nacional no se vislumbran medidas. O mejor dicho sí, las respuestas son más recortes.

 

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