Condenan a Alan Funes por el crimen de una amiga, cuya madre se negó a vender drogas para él
El jefe narco preso en Ezeiza fue sentenciado a prisión perpetua, como instigador del crimen. Ya cumplía pena por narcotráfico y por otros homicidios.
- Policiales
- Oct 21, 2024
Alan Funes, uno de los miembros del violento clan narcocriminal de barrio Tablada, fue condenado este lunes a prisión perpetua al ser considerado el instigador del asesinato de Mariel Lezcano, una joven de 21 años ocurrido en octubre de 2021, luego de que la madre de la chica se negara a vender drogas para el joven criminal.
Con apenas 26 años de edad, el joven ya acumula una condena a 35 años de prisión por asociación ilícita y tres asesinatos -dos en calidad de instigador- y una a 9 por narcotráfico.
Junto a Funes, el tribunal integrado por los jueces Ismael Manfrin, Fernando Sosa y Silvana Lamas, condenó este lunes a Iván Ariel Gutiérrez como autor del homicidio, también a perpetua, mientras que sentenció a Luis David Chapire a 20 años, como partícipe necesario del asesinato de Lezcano.
El crimen
La tarde del 13 de octubre de 2021 Mariel Lezcano estaba en su casa de Ayacucho al 4300 cuando sonó el timbre. Vivía allí con su hija de tres años y no podía salir de la vivienda: cumplía prisión domiciliaria en una causa en la que había sido condenada por narcotráfico. Por ser madre de una menor de 5 años, obtuvo el beneficio. Lo último que vio al atender la puerta fue el caño de una pistola Browning calibre 9mm. Según la investigación de los fiscales Gastón Ávila y Lisandro Artacho, un hombre le dio un tiro en la cabeza y otro en el tórax.
Los fiscales reconstruyeron por medio de cámaras de videovigilancia, y otras evidencias reunidas en la investigación, que Chapire y Gutiérrez llegaron alrededor de las 18.20 hasta un pasillo ubicado en Ayacucho al 4300 en una moto Honda Wave. Conducía el primero, el otro iba como acompañante.
La investigación determinó que Gutiérrez se bajó de la moto con el arma en la mano y dejó a Chapire como conductor. Ingresó al pasillo, fue hasta la vivienda de Lezcano y tocó el timbre. “Sin mediar palabra, le efectúa un disparo en el cráneo y en la zona del tórax, provocándole el fallecimiento”, dice la investigación.
Los fiscales pudieron establecer que Chapire disparó y Gutiérrez fue su cómplice. Pero gracias a la declaración de familiares de la víctima y a un teléfono secuestrado a una hermana de Funes, que era la novia de Gutiérrez, pudieron advertir que se trataba de un crimen por encargo.
De las conversaciones recuperadas del teléfono celular, se desprendía que desde la cárcel federal de Ezeiza donde cumplía una codena, Alan Funes había ordenado el asesinato, por el que les ofreció a los sicarios $100.000. También les proveyó el arma y la motocicleta, según la investigación.
Infancias compartidas
Una hermana menor de edad de la víctima declaró ante los fiscales que miembros de la banda de los Funes habían amenazado a su madre, conocida por el alias de “Paquete”, para que comerciara estupefacientes para la banda.
“A mi mamá la amenazaron con que si no vendíamos droga para ellos nos iban a volar la gorra«, contó la niña en la Justicia. A su vez, la madre declaró que Jorge “Gordo” Funes, padre de Alan, la visitó en su casa y le dijo: “Alan está tirado, no tiene quién le maneje el búnker» de venta de drogas.
Según la declaración de la mujer, luego la amenazó: “Te va a volar la gorra”. También contó que el propio Alan Funes la llamó desde la cárcel de Ezeiza para decirle: «¿Vos qué onda que no me querés agarrar el negocio? Te voy a salir con la más loca”. Unos días después, según la investigación fiscal, Gutiérrez y Chapire asesinaron “por error” a Lezcano, porque el objetivo era su madre.
Alan Funes y Mariel Lezcano se conocían de niños. Habían compartido su infancia en ese pasillo de Ayucucho al 4300, donde la familia Funes residió hasta que debió dejar el lugar tras el asesinato de Mariel Mirando, la madre de Alan y sus hermanos. Ese crimen, atribuido al clan Camino, que conducía el también asesinado jefe de la barrabrava de Newell’s, Roberto “Pimpi” Camino, fue la génesis de una veintena de crímenes por venganza entre los dos grupos narcorciminales de Tablada y Barrio Municipal, en el sur de Rosario.
Tal era el vínculo entre ambos jóvenes, que la prisión domiciliaria que cumplía Lezcano cuando fue asesinada por orden de Funes, fue en una causa en la que ambos habían sido condenados por narcotráfico.
En agosto de 2021, el Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario condenó a Lezcano a 6 años de cárcel como un eslabón menor de una banda narcocriminal liderada por René Ungaro, sentenciado a 12 años mientras que Alan Funes recibió una pena de 9 años en el mismo juicio oral.