JUEVES, 21 DE NOV

Rosario sin secretos: La Comedia, de galpón a circo criollo, de teatro a cine y viceversa

Una institución emblemática nacida en las postrimerías del siglo XIX, como Comedia, siempre ubicada en el mismo lugar, Mitre (antes Progreso) y cortada Ricardone. Dejó de ser cine en 1998 para, cuatro años después, ser recuperada por la gestión municipal.

 

Los herederos de los hermanos Francisco y José Erausquin, que habían adquirido en 1909 los terrenos donde se levantara el teatro, en el que habían actuado, entre otros, Lola Membrives, Enrique Muiño, Pepe Arias, Pedro López Lagar, Margarita Xirgú, Tita Merello y hasta el mismísimo Armando Discépolo, uno de los dramaturgos más relevantes del país y creador del grotesco criollo, transfirieron el inmueble en el que funcionaba una sala cinematográfica, a la Municipalidad.

Transitando este año el aniversario 130, este magnífico ámbito de la cultura rosarina, arrancó siendo un humilde galpón donde se desarrollaron espectáculos circenses.

Justo el año en el que se inauguró el parque de la Independencia, con árboles plantados por los niños de las escuelas públicas y laguito excavado por presidiarios, 1902, se estrenó allí la obra de Florencio Sánchez, “Canillita”, nombre que bautizara desde entonces a los niños vendedores ambulantes de los diarios, cuando aún el trabajo infantil no estaba penado por la ley, y luego al gremio en su conjunto.

Estuvo a cargo de la compañía de zarzuelas dirigida por Enrique Llovet, un imprescindible en la escena teatral española, con música del uruguayo Cayetano Alberto Silva, el mismo que compuso la música de la Marcha San Lorenzo y dirigió la Banda de Policía y al que negaron inhumar en el panteón de la institución por ser negro.

Había nacido en Uruguay de una esclava africana y recibió el apellido de la familia a la que ella servía. ¡La historia lo honró con creces! Su maravillosa marcha se toca hasta en el cambio de guardias del Palacio de Buckingham, en Londres.

Zarzuelas, obras costumbristas, teatro gauchesco, hicieron las delicias de nuestros padres y abuelos durante casi cien años como sala teatral. Al convertirse en cine funcionó hasta un día como hoy, 28 de octubre, de 1998.

Hoy se ha convertido en una de las tantas maravillas de la dispone la ciudad con 362 butacas en platea baja, 262 en platea alta, 50 en palco balcón pares e impares, y otras 50 en palco alto.

¡Arriba el telón!

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