JUEVES, 21 DE NOV

La ropa de marca es un 35% más cara en la Argentina que en el exterior y siete veces más cara que en la informalidad

El precio de la indumentaria sigue estando entre los más altos del mundo. Se lo atribuye al alto peso de los impuestos que afronta el sector textil.

 

El precio de la ropa en la Argentina alcanza cifras sorprendentes. En un contexto de elevados impuestos, barreras arancelarias y un mercado fragmentado entre lo formal y lo informal. Entre las principales causas se encuentran las fuertes barreras a la importación y el alto nivel impositivo que afronta el sector textil, generando que los consumidores paguen precios más altos y dispongan de menos opciones de compra.

Un relevamiento del Instituto de Economía (INECO) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) revela que una remera de primera marca puede costar hasta siete veces más que una vendida en mercados informales como Avellaneda, y un 35% más que en países como Estados Unidos y España.

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El reporte consignó que “bajo estas condiciones, aquellos que se mueven dentro de la informalidad obtienen mejores márgenes de ganancia respecto a los que intentan sostener su actividad en la formalidad. El sector textil es una de las industrias con la mayor tasa de informalidad de Argentina, con aproximadamente el 65% del empleo en negro”.

«Con $100.000 se pueden comprar diez remeras en Avellaneda, cinco en un local de barrio y una de primera marca», indicó el trabajo. Existen cuatro condiciones principales que caracterizan al sector: mercado atomizado en la producción y venta, gran número de consumidores, extensa diferenciación de producto y alto nivel de informalidad.

El informe señaló que «estas pautas deberían generar un marco para que los precios en el mercado sean muy competitivos. Sin embargo, en los últimos años los precios de la ropa son significativamente altos, en términos internacionales y también respecto de otros bienes nacionales».

Advirtieron que este fenómeno impacta en la fase de comercialización con una fuerte segmentación del mercado en diversos puntos de venta como Once, La Salada, Avellaneda, locales de barrio y shoppings con diferencias abismales en las condiciones comerciales y laborales, dando como resultado una extensa oferta de precios y de variedades de producto.

Desde la Cámara de la Indumentaria señalan que la macroeconomía argentina tiene una distorsión de precios globales. Insisten en que “no es un país normal para analizar fácilmente; las subas y bajas del dólar marca oscilaciones permanentes. Es un problema general, ni siquiera es sólo de esta industria, es de todos los sectores”.

 

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