«El neoliberalismo siempre produjo destrucción de producción y empleo»
Así lo manifestó el cooperativista y primer presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas José Abelli, quien recuperó gran cantidad de empresas en el país y la región.
- Economía
- May 22, 2016
Por Aldo Battisacco
No se resignaron a ver a sus empresas quebradas y las defendieron con pasión para no convertirse en víctimas de un proyecto de país que los descartaba. Comprendieron que con la lucha sostendrían sus fuentes de trabajo. Así nacieron las cooperativas que se conocieron como «empresas recuperadas». En Rosario fueron más de cien. Comenzó así el camino de la reconstrucción, desafiando la propia historia y la distorsión cultural que introdujo un discurso que estigmatizó a los trabajadores como incapaces para autogestionar colectiva y horizontalmente una empresa. La historia les dio la razón. Son cientos los ejemplo para mostrar y más de 20 mil las familias que se desarrollan alrededor de este tipo de empresas. Esto marcó el triunfo de un nuevo concepto que se abrió paso y que se bautizó como economía social y democrática.
Jose Abellí, primer presidente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas y cofundador junto a los trabajadores de decenas de ellas, dialogó con Conclusión y compartió su visión sobre la historia que tuvo que protagonizar y que percibe en este presente de horizontes «inquietos».
Frente a algunas aparentes similitudes, que más que tales, como reza un tango son «crueles ironías del destino», se lo consultó a Abelli sobre qué percibe en estos momentos en materia política y económica de Argentina. Y el «Vasco», como lo llaman cariñosamente sus compañeros. contestó: «Hay una percepción generalizada, muy marcada por la historia y el 2001, que el proceso de recuperación de empresas se da solo en un marco de crisis, como la que esta generando el neoliberalismo encarnado por Macri. La Unión Industrial de Santa Fe dijo que 6 mil Pymes están en riesgo por aumento de la tarifas, y por la retracción del consumo en el mercado interno. A pesar que hasta 2011 Argentina crecía a tasas chinas se siguen recuperando empresas. La macro economía ejerce una incidencia directa y aún con mayor actividad, se puede precisar que hay distintos tipos de crisis empresarias. Pueden ser sectoriales, aunque se apliquen medidas contracíclicas de defensa de la producción nacional y el salario. Ejemplo de esto son los frigoríficos, o el sector textil que creció durante el periodo 2002-2012, sin embargo hoy están en crisis, más aún si son pequeñas y medianas empresas. También hay crisis de administración, por conformación societaria, o por ser quiebras fraudulentas. Pero si la macro economía crece a tasas del 8% son menos las empresas a recuperar».
—¿ Y cómo se llegó a visualizar que por medio del cooperativismo se daba respuesta a situaciones tan acuciantes ?
—Como trabajadores llegamos al cooperativismo de una forma muy distinta a la de otros sectores. Hay ciclos históricos muy marcados en el cooperativismo, a partir del Grito de Alcorta donde los campesinos pobres disputaban el poder con la oligarquía latifundista que los expulsaba como agricultores, se organizaron y estructuraron su actividad económica por medio de las cooperativas, dando lugar a la Federación Agraria como organismo gremial y y también crearon AFA (NdR: Agricultores Federados Argentinos), que son cooperativas de base que disputaron una parte del mercado para comercializar granos. Con el advenimiento del peronismo las políticas en favor de los trabajadores marcaron una menor necesidad de crear cooperativas. Con la instalación del Estado de bienestar el acceso a los servicios públicos estaba presente con teléfonos, luz y agua en los grandes conglomerados urbanos y en las pequeñas localidades de la pampa húmeda llegó por medio de cooperativas. Otro gran momento del cooperativismo fue la creación de las cajas de crédito en la década del 60. Por primera vez en los 90 con el auge del neoliberalismo irrumpieron los trabajadores en el mundo cooperativo, no por provenir de este sino como necesidad para dar vida a una empresa de economía social para conservar puestos de trabajo dando lugar a una forma de organización productiva y de lucha como política de clase, porque cuando una empresa quiebra, los mecanismos convencionales desarrollados por el movimiento sindical no tienen razón de ser, no hay negociación porque no hay dueños. Por lo que es necesario apropiarse de los medios de producción, generar riqueza y repartirla de manera igualitaria. Esta experiencia dio una nueva conciencia a los trabajadores, fue duro porque nos reprimían, pero a poco de andar impactó en la sociedad porque los cierres de fabricas se daban día a día. Así nació el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. No fue ofensivo, nos defendíamos de la miseria, no pedíamos planes y bolsones queríamos trabajo y estábamos dispuestos a hacer lo que no hacían los patrones ni el Estado, levantar las persianas de la fábricas.
—¿Tuvo un aspecto ideológico la creación de estas herramientas? Porque tanto el comunismo, el capitalimo y el peronismo tienen su propia visión de como se articula una cooperativa.
—Los sectores del sindicalismo más duros nos decían zurdos, por su lado los partidos de izquierda -como muchos éramos peronistas- opinaban que lo que hacíamos no era socialismo y otros desde afuera nos planteaban estatización con control obrero porque la cooperativa presuponía no romper con la forma de producción capitalista. En una reunión con la CGT en Córdoba, expusimos qué hacíamos y fue un paso adelante y comprendieron que no eramos una competencia para la organización sindical. Y fue la UOM la primera en darnos entidad. El Barba Gutiérrez, de Quilmes, y la UOM San Justo, de Córdoba, con el compañero Almada, fueron claves y así recuperamos Pauny-Zanello (tractores). Explicamos que no éramos un soviet de obreros revolucionarios sino que era política de clase porque en una fábrica de 10 o 500 empleados éramos trabajadores, radicales, peronistas, socialistas o comunistas, y si reparábamos en esto nunca nos hubiéramos organizado. Y así avanzamos, incluso hasta con la doctrina social de la Iglesia, de hecho el papa Francisco, hoy promueve un encuentro para discutir con el movimiento cooperativo y los trabajadores el tema de las empresas recuperadas».
—Siendo que éste es un fenómeno argentino, ¿que otros ejemplos se pueden rescatar en el mundo?
—Si uno analiza la ley de quiebras en Estados Unidos, el capítulo 11 que fue sancionado luego de la crisis del 30, plantea la posibilidad que los trabajadores se organicen para gestionar una empresa, de hecho American Airlines es una empresa recuperada. En la doctrina liberal no la neoliberal que fue la que expresó Cavallo en Argentina con la modificación de la ley de quiebras, las posturas son distintas. Acabamos de conformar la federación Actra (Asociación de Cooperativas de Trabajo de Argentina), en homenaje a la primera federación que surgió de una convocatoria del presidente Perón a un congreso de cooperativas de Trabajo en el año 54, que le dio los lineamientos con los que también nos identificamos. Esta no es una cuestión ideológica partidaria, porque abrevamos en distintas vertientes, tenemos en claro que los trabajadores logramos nuestra independencia sin explotación, siendo capaces de generar riqueza y repartirla igualitariamente, porque en una empresa recuperada nadie puede ganar más de tres veces que el que menos gana. Y si uno analiza los sueldos de las multinacionales y compara el sueldo de los directores con el de los trabajadores esa diferencia se ha multiplicado hasta por 900 veces. Creemos que poner en términos ideológicos partidarios una necesidad es una mezquindad. Para nosotros quienes proponen eso es porque quieren que nunca nos organicemos, nuestras empresas recuperadas que conforman Actra son propiedad de los trabajadores, mayoritariamente se ha multiplicado por 10 el nivel de actividad económica y de puestos de trabajo. Por eso estamos dispuestos a discutir la eficiencia no en términos de capital porque el capitalismo habla de esto cuando mayor cantidad de ganancia se apropian los menos. Eso es mayor explotación. Nosotros pretendemos ser eficientes en términos sociales y básicamente a un precio justo en relación con la comunidad.
—¿Qué se hace frente al temor que se percibe ante una realidad que parece ir hacia los 90?
—El temor de la sociedad no es infundado, aparecen señales muy parecidas, se han transferido gran cantidad de recursos hacia sectores concentrados de la economía, los fondos que provenían del sector agrícola en un momento de súper ganancias permitían subsidiar políticas públicas, a nosotros nos importaba cuanto pagábamos de electricidad o de gas para producir, que es la verdadera esencia de la transferencia de recursos. Anteriormente el excedente de la renta agrícola se transfería al sector industrial, a las netbooks, a los programas de intervención social. Hoy Macri invierte la ecuación. La quita de las retenciones no impactó como beneficio en el pequeño productor que sigue estando mal porque le aumentaron todos los insumos y no obtiene ganancias. Con el ejemplo Cresta Roja lo dicen todo, es una vergüenza que sostengan que recuperaron la empresa cuando de los 5.000 trabajadores dejaron 900 y con la mitad del salario. Se puede ver también con Mc Donalds.
—Actores y discursos se repiten. Desde el 76 se escucha mercado, eficiencia, inversión, derrame de la copa, competitividad y siempre terminó mal. ¿Que sensación tiene?
—Recuerdo que cada vez que se escuchó este tipo de discursos se multiplicaban los llamados para recuperar una empresa. Por eso tomamos la iniciativa y nos reunimos con el secretario de Industria de este gobierno, Martín Etchegoyen, para hablarle de nuestra preocupación y nos manifestó que había una política de protección que lo preocupaba a él. Le preguntamos por las importaciones de productos que atacan la producción Pyme y de empresas recuperadas, contestó ‘reconviértanse y hagan otra cosa’. Frente a esto nos queda recobrar las banderas de ocupar, resistir y producir. No quiero catalogar a esta ceocracia que gobierna el país. Más allá de lo que yo diga los trabajadores ya están sintiendo el efecto de esta políticas gubernamentales, y visualiza a quienes son los más beneficiados con las medidas adoptadas. Como se tuvieron que negociar paritarias, y de que forma con el correr del tiempo esto también lo sufrirán los patrones de la economía real no los de la especulación. Somos conscientes que estamos en condiciones de colaborar, sé que los trabajadores hoy no permitirán fácilmente vaciar una empresa y cerrarla. El panorama es muy difícil. No quiero recuperar más empresas, detrás de ese trabajo hay meses y años de retraso salarial, no me hace feliz hacerlo pero me siento útil, hay mucho sufrimiento detrás de esto. Ojalá no tenga que recorrer este camino, pero el neoliberalismo siempre produjo destrucción de la producción y empleo, se ve en Europa y otros países. Los números están a la vista. Respetamos el voto popular pero seguiremos solidarios con los trabajadores porque nos han comenzado a consultar acerca de que hacer si algo sucede. Ya me están llamando».
Algunas empresas recuperadas por José Abelli
Frigorífico Lumbrera y Parisi de San Lorenzo; Lácteos 3 de Diego de Alvear; Bauen; Vitrofin de Cañada de Gómez; Jabonera de Cañada Rosquín; Electromecánica Barrancas de Barrancas; Frigorífico JJ Gómez de General Roca; Empresa de Transporte de Petróleo de Cutral Co; Textil Pigüé; La Cabaña lácteos de Rosario; Acoplados del Oeste en Buenos Aires; Arrocera Mocoví; Frigorífico Yaguané; Cooperativa gastronómica Lo mejor del Centro; y sigue la lista.