Puma reemplaza producción local por importaciones y 200 empleados van a la calle
Unos 200 trabajadores de la fábrica de calzado deportivo Herzo, en San Luis, proveedora de Puma, quedarán sin trabajo desde agosto próximo debido a la caída en ventas que se producirá por la apertura de importaciones.
- Gremiales
- Jun 14, 2016
La apertura de importaciones sigue ocasionando graves perjuicios en la industria nacional. Se conoció que la firma de indumentaria deportiva Puma suplantará parte de su producción con productos importados. Esta decisión afectará directamente a 200 trabajadores que quedarán en la calle.
Se trata de trabajadores de la fábrica de insumos de calzado deportivo Herzo, radicada en San Luis, proveedora de la alemana Puma, que perderán sus puestos trabajo en agosto debido a la caída en ventas.
Herzo, es un Pyme radicada en la localidad de Concarán (San Luis), funciona desde hace tres décadas y llegó a producir 1.400 pares de zapatillas que eran terminadas en la planta de Puma en La Rioja, y otros 1.600 pares para salir al mercado.
Marcelo Iglesias, apoderado de Herzo, explicó que se hace “bastante difícil competir ante los productos de China y Brasil”, donde hay salarios más bajos, y aclaró que no tienen “problemas financieros ni económicos, pero no nos podemos sostener”.
El empresario advirtió que “las importaciones que se abrieron a partir de diciembre” próximo afectaron significativamente a la empresa, en especial por la llegada de productos desde China y Brasil.
El directivo señaló que a partir de la última paritaria que regirá desde junio, en la que se pactó una mejora del 22%, el sueldo de un trabajador del sector «pasará a ser de 1.500 dólares, cuando en Brasil es menos de 600 y en China, apenas 240».
«Acá hay 194 personas trabajando, son 200 familias que dependen de la fábrica en un pueblo de 5.000 habitantes, y todos los empleados saben que vamos a cerrar, hablo con ellos como hablo todos los días», indicó el directivo.
Además, subrayó que «desde 1999 no tenemos promoción industrial, nosotros no necesitamos plata, lo que necesitamos es trabajar, y el gobierno parece que no lo entiende».
También se refirió a las cuestiones salariales, resaltando que un trabajador argentino, con los últimos aumentos, cobra 1500 dólares, frente a los escasos 240 de un obrero chino.
«Tratamos de ver cómo hacíamos para transformar la planta pero no llegamos a tiempo porque Puma desde agosto no tiene plan para nosotros», remarcó Iglesias.