VIERNES, 29 DE NOV

Obispos lamentaron allanamiento a convento de religiosas de clausura

La Conferencia Episcopal Argentina emitió un comunicado en el que cuestionan el modo de proceder de las autoridades con Las Carmelitas Descalzas. Los obispos afirman que “si se hubieran cometidos delitos, la Iglesia es la primera interesada en que se haga justicia”.

Autoridades judiciales y policías de Entre Ríos allanaron en la madrugada del 25 de agosto pasado en la ciudad de Nogoyá, el convento de las Hermanas Carmelitas Descalzas, tras la publicación de una investigación periodística que supone supuestas torturas y privación ilegítima de la libertad, así como el uso de cilicios, según declaraciones de ex-religiosas y familiares.

La Conferencia Episcopal Argentina emitió un comunicado en el que cuestionan el modo de proceder de las autoridades. Los obispos afirman que “si efectivamente se hubieran cometidos delitos, la Iglesia es la primera interesada en que se haga justicia”.

En tanto, señalan además su “estima, valoración y agradecimiento” hacia la vocación religiosa contemplativa, y concluyen deseando que la justicia “se expida con prontitud, y que lo haga en base a elementos objetivos y respetando en toda su amplitud la legislación vigente y la libertad religiosa de las personas y de la Iglesia misma”.

Texto completo del comunicado:

En las últimas semanas han circulado noticias y comentarios respecto de la investigación penal que involucra al monasterio de monjas carmelitas de la ciudad de Nogoyá (Entre Ríos). Consideramos oportuno decir una palabra al respecto.

En primer lugar, queremos dejar en claro que la Iglesia Católica no busca ningún privilegio frente a la legítima acción del Estado en la investigación y sanción de los delitos que puedan cometerse en cualquier ámbito. Si efectivamente se hubieran cometidos delitos, la Iglesia es la primera interesada en que se haga justicia.

Pero en este caso concreto llamó la atención el modo de proceder de las autoridades intervinientes. No había ni hay ningún motivo para presumir que un monasterio conocido y de extendida presencia necesitara ser allanado de ese modo. Esa forma de actuar, que sería igualmente poco adecuada en una casa de familia, ofende especialmente a la consideración que merece una casa de oración legítimamente constituida, y al sentimiento religioso de la comunidad católica.

La forma de vida de las monjas contemplativas, que se dedican a la oración y el trabajo silencioso, puede ser difícil de comprender en nuestro tiempo. Queremos reafirmar la especial estima, valoración y agradecimiento que los obispos y el Pueblo de Dios tenemos hacia la vida religiosa contemplativa. Se trata de un testimonio luminoso que nos ayuda a descubrir la presencia de Dios. Los monasterios son lugares de oración y de paz, que hacen mucho bien a la Iglesia y a la misma sociedad.

Esperamos que la Justicia se expida con prontitud, que lo haga en base a elementos objetivos y respetando en toda su amplitud la legislación vigente y la libertad religiosa de las personas y de la Iglesia misma. Acompañamos al obispo del lugar y exhortamos a los fieles a unirse en oración por todos quienes ejercen un grado de autoridad en este caso, para que lo hagan con los necesarios recaudos jurídicos que requiere un hecho que presenta instancias canónicas que deben ser tenidas en cuenta.

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