Galicia y el País Vasco votan con España pendiente de los resultados
Las elecciones regionales adquirieron una gran trascendencia nacional, ante el impacto que pueden tener los resultados frente al bloqueo político que vive España, con un gobierno interino desde hace nueve meses.
- Internacionales
- Sep 25, 2016
Este domingo se realizan las elecciones generales que adquirieron una gran trascendencia nacional. Las urnas abrieron en ambas regionales a las 9 hora local (4 de Argentina) y cerrarán a las 20 horas, y los resultados se conocerán aproximadamente dos horas después.
Un total de 2,2 gallegos y 1,7 vascos están llamados a elegir a los representantes de sus Parlamentos regionales, cada uno con 75 diputados, quienes a su vez deberán elegir al nuevo Jefe del Ejecutivo regional.
Las encuestas pronostican que el conservador Alberto Núñez Feijóo validará su tercera mayoría absoluta en Galicia, último feudo del Partido Popular (PP) del presidente del gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, mientras el nacionalista moderado Íñigo Urkullu tiene garantizada la reelección en el País Vasco.
El panorama se presenta sombrío para el Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez, que sería superado por Podemos en el País Vasco y por la coalición En Marea, -en la que está integrada la formación de Pablo Iglesias- en Galicia.
De confirmarse estos resultados a nivel regional, Rajoy ganaría oxígeno en detrimento de su máximo rival a la Presidencia del gobierno de España.
Por otro lado, la magnitud del triunfo de Iñigo Urkullu en el País Vasco será otro asunto clave, puesto que determinará qué apoyos necesitará para gobernar y si le alcanzará con los socialistas, que han sido históricamente los socios preferentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV), o tendrá que buscar respaldo en el PP, lo que abre una vía para un intercambio en el Parlamento de Madrid que podría hacer presidente a Rajoy.
Mientras que en Galicia, la ventaja de los nacionalistas sobre sus rivales no deja mucho margen para las sorpresas, pero si Núñez Feijóo fracasara en su objetivo de alcanzar la mayoría absoluta (38 de los 75 diputados), algo que no se puede descartar, se produciría un vuelco, ya que las fuerzas de izquierda (En Marea, socialistas y nacionalistas gallegos) pueden intentar formar un gobierno alternativo, como se propone Sánchez a nivel nacional.
A pesar de las expectativas que rodean estas elecciones regionales, salvo sorpresas o que se confirme esta hipótesis en Galicia, la doble cita no parece que vaya a tener un efecto revulsivo sobre las posiciones que mantienen las principales fuerzas políticas españolas, cuyos vetos cruzados sitúan al país a las puertas de unas terceras elecciones generales consecutivas en un año.
De ahí que Rajoy pasó de referirse a ese escenario como algo catastrófico para España a desafiar a sus rivales y advertir que se volverá a presentar y ganará con más votos.
El líder del PP espera que el eventual batacazo de los socialistas en Galicia y el País Vasco desencadene una guerra interna en el PSOE que lleve a Sánchez a replantearse pasar del veto a la abstención ante un nuevo intento de investidura de Rajoy.
Sin embargo, Sánchez parece dispuesto a seguir con su plan al margen de estos resultados, ya que después de los comicios convocará al Comité Federal de su partido para comunicar oficialmente que intentará formar «un gobierno alternativo al del PP» a pesar de que cuenta con una dura oposición interna ante la dificultad que plantea esa apuesta, que necesitaría de un pacto que incluya a Podemos y Ciudadanos y también a nacionalistas vascos e independentistas catalanes.
Las elecciones de Galicia y el País Vasco son las primeras regionales en las que se presentan Podemos y Ciudadanos, por lo que ambas fuerzas también harán una lectura en clave nacional.
La expectativa de Pablo Iglesias, el líder de Podemos, está puesta en la posibilidad de que la coalición de izquierda en la que están integrados en Galicia, En Marea, logre adelantar a los socialistas después del retroceso electoral sufrido a nivel nacional con la pérdida de un millón de votos en las últimas generales de junio en relación con las elecciones de diciembre pasado.
En el País Vasco, Podemos se encuentra en una buena posición, prácticamente empatado con los independentistas de EH Bildu, detrás del PNV, y muy por delante del PSOE y el PP, los llamados partidos constitucionalistas que han quedado relegados.
En tanto, el partido Ciudadanos, de Albert Rivera, afronta estos comicios sin grandes aspiraciones, puesto que las encuestas le otorgan como máximo un diputado tanto en Galicia como en el País Vasco, lo que lo convierte en un actor irrelevante. A raíz de esta situación, no obstante, los liberales son el partido que menos riesgo de desgaste sufrirían ante esta nueva cita con las urnas.