Tabaré Cardozo: “No soy un artista muy aconsejable para intolerantes puristas”

Por Santiago Fraga

Generalmente, en Argentina se suele notar un amor enorme por los artistas uruguayos. En la música; el candombe, el rock, la murga y la cumbia (entre otros) de la república oriental es capaz de despertar pasiones y conseguir sus adeptos de este lado del charco, y con Tabaré Cardozo no sucede la excepción.

El cantante, guitarrista y murguista montevideano, que saltó a la fama por su participación estelar en la murga Agarrate Catalina, presenta su nuevo material solista “Malandra” este jueves 29 en la Plataforma Lavardén de Rosario. Un disco en el que se abordan las problemáticas sociales que nos rodean todos los días con un potente rock fusionado con murga y todos los géneros que él ha incorporado a lo largo de su trayectoria. En el tema homónimo al álbum, por ejemplo, se percibe además una base de cumbia, acompañada con la voz inconfundible de León Gieco.

Conclusión pudo acceder a un intercambio de palabras con Tabaré Cardozo, quien habló sobre su nuevo material, con el que busca “jugar a ponernos en los zapatos del otro”, y también sobre el rol que juega la música en la sociedad y la inseguridad que atraviesa Rosario, aunque, por respeto, desde una visión más generalista.

“No soy un artista muy aconsejable para intolerantes puristas”, bromeó a la hora de referirse al amplio espectro de géneros que este material incorpora en relación con los anteriores, asegurando también que está en su “segunda adolescencia” y volviendo a sus orígenes, cuando estaba en bandas de rock.

Otro ejemplo palpable en “Malandra” de esta visión social que impone Tabaré en muchas de sus letras (algo que lo ha caracterizado a lo largo de su carrera solista y con Agarrate Catalina) se da en el track número 5, “Miss Universo”:

https://www.youtube.com/watch?v=wHorH7HCKEQ

—¿Cuántos estilos se combinan en el disco Malandra? ¿Porqué surge la idea de volcarse a esta variedad y cómo lo tomó tu público?

—A mí me gusta meterme en todos los estilos musicales, siempre con respeto por los diferentes géneros pero con la inquietud de ampliar la paleta de colores y los diferentes posibilidades que brindan todos los estilos y ritmos. El público que me escucha desde siempre sabe que en todos mis discos puede encontrar una multiplicidad estilistica muy vasta. No soy un artista muy aconsejable para intolerantes puristas. Jaja!

—¿Sentís que es una etapa distinta de tu carrera o está todo relacionado?

—Tal vez esté volviendo a mis orígenes, cuando en el secundario integraba un par de bandas de rock. Se ve que de viejo, estoy en mi segunda adolescencia.

—¿Cómo describirías la situación reflejada en la letra de la canción Malandra? ¿Es ese el mensaje principal que querés dejar con el disco?

—Trato de apelar a la empatía social. Jugar a ponernos en los zapatos del otro.

—En Rosario en las últimas semanas se ha abierto una polémica muy fuerte respecto del tema de la “inseguridad”. A lo largo de tu carrera se encuentran muchas letras que reflejan la problemática de la pobreza y cómo la gente toma (con prejuicio y bronca) al pobre. ¿Cuál sería tu reflexión, desde ese punto de vista, para estos momentos agitados?

—No estoy muy interiorizado de los pormenores de la política Argentina. Y aunque lo estuviera por respeto y delicadeza prefiero no opinar… De cualquier manera a manera de reflexión genérica me quedo con las palabras del Sabalero: «al final siempre es una cuestión de clases». Pobres contra ricos. Y eso es una lástima.

—¿Cuál sentís que es el rol que juega la música en la sociedad?

—Fundamentalmente de entretenimiento y esparcimiento. Si además se le puede adicionar una pizca de reflexión y conciencia, mejor!

—¿Cómo te sentís cada vez que venís a la Argentina al ver que tu música (y creo los músicos uruguayos en general) es tan bien recibida?

—Tenemos la fortuna de ser muy queridos en Argentina. ¡Espero que nunca se termine ese amor!