Duterte envía a Obama «al infierno» y a la Unión Europea «al purgatorio»
El presidente de Filipinas, habitué a declaraciones picantes, fue crítico con el primer mandatario yanqui y con el organismo del Viejo Continente por los ataques que recibió a la campaña que lleva contra las drogas.
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- Oct 4, 2016
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, afirmó hoy que su homólogo estadounidense, Barack Obama, se puede «ir al infierno» y la Unión Europea «al purgatorio» por sus críticas a la polémica campaña contra las drogas emprendida por su gobierno.
En esos duros términos se refirió el jefe de Estado filipino durante una conferencia de prensa en la que mostró nuevamente su molestia por las críticas de Washington y Bruselas ante su controvertida campaña antidrogas por la que más de 3.500 personas murieron en operaciones militares y ejecuciones extrajudiciales desde que asumió el pasado 30 de junio, informó la agencia de noticias EFE.
Duterte ha tenido numerosos desencuentros con EE.UU., el más sonoro cuando, en una conferencia de prensa celebrada antes de despegar hacia Laos para asistir a una cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), trató a Obama de «hijo de puta».
Hace casi dos semanas, el jefe de Estado filipino anunció que Manila comprará armas a Rusia y China y cesará las patrullas conjuntas con Estados Unidos, como parte de una política independiente de los intereses de Washington.
La semana pasada, Duterte se enredó en una nueva polémica al comprarse con Adolf Hitler y afirmar que le gustaría matar tres millones de drogadictos, en el marco de su «guerra total» contra las drogas.
«Hitler masacró a tres millones de judíos. Ahora hay aquí tres millones de adictos. Me gustaría masacrarlos a todos», dijo Duterte según la información difundida por la propia Presidencia filipina.
«Si Alemania tenía a Hitler, Filipinas tendrá mis víctimas, que querría que fueran todos los criminales para acabar con el problema de este país y salvar a la próxima generación de la perdición», afirmó el mandatario.
En esa diatriba, cuestionó a Estados Unidos y la Unión Europea a quienes les adjudicó una posición hipócrita entre las críticas a la violación de Derechos Humanos en Filipinas y la respuesta a la crisis de los refugiados sirios.
«Cierran sus puertas, es invierno y ellos son inmigrantes escapando de Medio Oriente. Permiten que se pudran, ¿pero están preocupados por la muerte de 1.000, 2.000 o 3.000 personas?», se preguntó.