Willy Iturri vuelve a Rosario con lo mejor de G.I.T: “Estoy hecho un pibe”
El histórico baterista de Raúl Porchetto, Charly García y la agrupación que formó con Pablo Guyot y Alfredo Toth se presenta este sábado en la Retro Fest, y antes habló con Conclusión sobre su vida y su reencuentro con Charly.
- Espectáculos
- Oct 14, 2016
Por Santiago Fraga
Él no dice su edad, pero eso tampoco le importa demasiado; su apariencia, energía y vitalidad son las mismas que aquellas cuando allá por los 80′ le daba a los parches esos golpes tan característicos que forjaron el sonido «G.I.T«. Guillermo Willy Iturri es uno de los íconos del rock argentino, y este sábado regresará a Rosario después de 13 años fuera del país con «Es x amor tour«, su show solista que lo hará recorrer toda América.
El baterista, reconocido como uno de los mejores de Latinoamérica y que supo realizar trabajos con Charly García, Raúl Porchetto, León Gieco, Alejandro Lerner y Gustavo Santaolalla, entre otros, es solista desde 1997 y se fue de la Argentina en 2002, con lo cual el recital programado en el City Center le representa un «placer» en el marco de la gira argentina que comenzó en mayo en La Trastienda (Buenos Aires) y lo llevó por Corrientes, Entre Ríos, Córdoba y Mendoza, con la idea de completar todas las provincias.
En diálogo exclusivo con Conclusión, Iturri expresó toda su felicidad por regresar a la Argentina tras su vida en Chile y México, reencontrarse con sus viejos amigos (Porchetto lo invitó a tocar en el Teatro Coliseo), con el «cariño muy grande de la gente», su firme rumbo solista que lleva por todo el continente y su reencuentro en especial con Charly García, de quien reconoció que «está bárbaro», con «temas grabados para el próximo disco» y con quien recordó momentos como cuando surgió Yendo de la Cama al Living, o cuando estuvo a punto de ser el cuarto ‘beatle’ de Serú Girán.
— ¿Qué sentís de esta visita a Rosario y qué es lo que vamos a poder ver de vos en la Retro Fest?
— Para mí todo esto es algo muy importante. Viví trece años en Chile y estos dos últimos en México. Ahora estamos haciendo “Es x amor tour” por toda América, y por suerte le toca a Rosario, que para mí es un placer porque he ido a tocar en mi carrera con Raul Porchetto, con Charly García, con G.I.T, y ahora me toca esta fase de solista.
En sí la gente lo que va a ver son todos los clásicos de G.I.T (como “Es por amor”, “La calle es su lugar (Ana)”, “Siempre fuiste mi amor”, “Nena no te portes mal”, “Sólo tú”, “Más bien menos mal”, todos) pero un poco más modernizados, no de moderno sino que la guitarra ocupa un poquito más de lugar de rocanrol. Es un show muy interactivo y la idea es que venga todo el mundo que tenga ganas de volver a sentirse un pibe.
— ¿Es chocante que sea una “Retro Fest” o vos como lo tomas?
— Esto es para la gente que quiere sentirse un pibe. Yo me siento un pibe (risas). Retro Fest es un nombre simplemente. No me choca. Yo creo que si ofende de pronto que digan Retro Fest o algo así es medio como sentirse realmente viejo, y es una pena. Porque eso se lleva en el corazón.
«Es un show muy interactivo y la idea es que venga todo el mundo que tenga ganas de volver a sentirse un pibe»
— Te reencontraste con Charly García.
— El otro día estuve con Charly un buen rato, como amigos. Hacía mucho tiempo que no estábamos así prácticamente solos, y acordándonos, porque él tiene una memoria increíble, me dijo en un festival en La Falda, caminando por una montaña: “Vamos a tocar juntos”, y ahí nació la idea de hacer “Yendo de la cama al living”. Como eso también me mostró algunos temas del último disco que va a hacer, así que me puse muy contento porque está bárbaro. Le tengo un aprecio muy grande. Por eso también te digo que uno hace muchas cosas en la vida, pero me siguen diciendo “que estoy hecho un pibe”.
— ¿Cómo es esa historia de que podías haber estado en Serú Girán?
— Yo estaba tocando en Punta del Este con David (Lebón). Armábamos una banda y hacíamos covers, algunos conocidos y otros zapadas de blues y rocanrol. Fuimos a tocar a Punta, en algún boliche, y David me dice: “Mirá, me llamó Charly, me junto con él en Brasil, tenés ganas de tocar?”. Yo le dije que encantado, que claro que sí. Él se fue para encontrarse con Charly y comunicarle que había encontrado un batero. Se juntan y le dice: “Tengo el baterista para lo que hagamos”, que ahí todavía ni tenía nombre, y García le dice: “Justo ayer llamé a (Oscar) Moro”. Así que por un día… Igual quiero decirte que estuvo bárbaro, me encantó Serú Girán y a mí me encantaba como tocaba Moro. Sí, me hubiese gustado, pero estaba muy bien quien estaba.
«(Charly) me dijo en un festival en La Falda, caminando por una montaña: “Vamos a tocar juntos”, y ahí nació la idea de hacer Yendo de la cama al living»
— Sos considerado como uno de los grandes resopnsables del sonido del rock de los 80′ y 90′. ¿Cómo fue el proceso de aquellas primeras producciones? ¿Sentían que estaban haciendo algo nuevo, algo que iba a pegar?
— Con Charly las cosas estaban muy dadas. Él manejaba toda la parte armónica y yo toda la parte rítmica. Eso fue una cosa preestablecida desde un primer momento y nos llevamos genial. Uno sabe cuando está haciendo las cosas bien, y aparte que trabajábamos mucho. Nos encerrábamos en (el estudio) Panda y pasábamos horas y horas en llegar a terminar algún tema y sentir “este tema queda bien”.
Eso por un lado, después viene G.I.T donde ahí yo soy autor y compositor. Cada disco intentamos que tenga su propia personalidad, por eso las tapas eran: la primera era las caras, a propósito, para presentarnos; después fueron los relojes, o el disco negro; el tercero fue el disco blanco, porque la verdad que eran triángulos todos; el cuarto fue el único que tuvo título, Primera Sangre, porque hubo sangre en el camino; luego hubo una pequeña separación, me fui a España dos años, volví y grabamos en Estados Unidos Distorsión, que fue el último disco. Después ya terminamos en Japón la gira en el año 94′, y ahí nos separamos, para después yo empezar la carrera solista en el 97.
«David se junta con Charly García para decirle que había encontrado batero para Serú, y él le dice: “Justo ayer llamé a (Oscar) Moro”. Así que por un día…»
— ¿Escuchás rock nacional ahora? ¿Hay alguna banda que te guste?
— Evidentemente no veo la fuerza, o mejor dicho, no veo tantos grupos como pasaba antes en el sentido de que cada uno tenía su propio olor, su propio sonido, sus propias letras. El cantante vos cerrabas los ojos y decías “esto es Virus”, “esto es Miguel Mateos”, “esto es Federico Mouras”. No veo cosas con personalidad. Eso no lo veo. El único grupo que escuché con alguna cosa fue Estelares, que por lo menos vi con algún desarrollo interesante, con un pop bien hecho y bien cantado. El único que más o menos vi y dije “Uh, interesante”. El resto no he tenido mucho tiempo para oírlo.
«Ya no veo cosas con personalidad. El único grupo que me sonó algo interesante fue Estelares»
— ¿Qué te hace sentir que la música de G.I.T. siga reproduciéndose?
— Te das cuenta que es una musica tan transversal que de pronto vienen chicas y chicos de 25 años, que les preguntás cómo nos conocieron y te dicen que es porque en su casa escuchaban G.I.T. Es muy lindo eso, porque te das cuenta que la música va pasando de generación en generación.