Fillon vs Juppé, el duelo conservador por la candidatura presidencial de Francia
Con una fuerte andanada de críticas y acusaciones cruzadas, los ex primeros ministros franceses comenzaron hoy la campaña para su duelo del próximo domingo en las primarias de la derecha francesa.
- Internacionales
- Nov 21, 2016
Con una fuerte andanada de críticas y acusaciones cruzadas, los ex primeros ministros franceses Francois Fillon y Alain Juppé comenzaron hoy la campaña para su duelo del próximo domingo en las primarias de la derecha francesa para elegir candidato a presidente en los comicios del año próximo.
Contra todo pronóstico, Fillon se alzó ayer con una arrolladora victoria en la primera vuelta de la interna de su partido conservador Los Republicanos, logrando un 44,1% de los votos y superando a Juppé, que sacó el 28,5%, y al ex presidente Nicolas Sarkozy, quien obtuvo un 20,6% y quedó fuera de la carrera.
En el primer día de campaña antes de la segunda vuelta del domingo próximo, de la que saldrá el candidato presidencial del partido, Fillon rechazó hoy las acusaciones de Juppé de ser «extremadamente tradicionalista» y dijo no avergonzarse por defender valores como la familia y la autoridad del Estado.
La reciente victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos expuso un enojo popular contra las élites políticas en los países occidentales, que la ultraderechista francesa Marine Le Pen, del partido Frente Nacional (FN), supo aprovechar acaparando horas en los medios locales.
El balotaje Fillon-Juppé se torna esencial para las presidenciales del 23 de abril y el 7 de mayo del año próximo porque el ganador de la derecha podría salir victorioso frente a un socialismo diezmado y una extrema derecha que va en ascenso, pero que suma detractores.
En un duelo final, la izquierda y el progresismo se inclinarían a favor del conservador que gane el domingo que viene para evitar un triunfo de la extrema derecha, tal como pasó en 2002 con el balotaje presidencial entre el conservador Jacques Chirac y el entonces líder del FN, Jean-Marie Le Pen, padre de Marine.
Una reciente encuesta de BVA mostró que Fillon derrotaría a Le Pen en una segunda vuelta en 2017 por un 61 % frente a un 39 %.
Juppé ya descartó anoche abandonar el combate y consideró que la verdadera campaña empieza ahora.
Los electores deberán elegir por un programa muy liberal en lo económico y conservador en lo social, el de Fillon, y otro más moderado, el de Juppé, visto por su contrincante como demasiado prudente como para conseguir reformar el país.
Fillon quiere suprimir 500.000 empleos públicos y lograr un ahorro de 100.000 millones de euros de gasto público, mientras que Juppé sacaría 200.000 puestos. Además, el primero quiere terminar con la semana laboral de 35 horas sin un máximo fijado y su adversario puso como tope las 39.
Con 62 años, Fillon, un abanderado del liberalismo económico, dijo tras su triunfo sentirse el único capaz de reformar Francia y dirigirla «con dignidad».
Fillon y Juppé reservaron su agenda de hoy para dar entrevistas en los noticieros de máxima audiencia de las cadenas TF1 y France 2, antes de una semana en la que el primero deberá revalidar su victoria y el segundo desmentir los sondeos e invertir la relación de fuerzas.
«Yo defiendo unos valores, y no tengo que excusarme por defenderlos: son el de la familia, la autoridad del Estado y el amor al país. Quizá queden anticuados cuando se defienden en un plató de la televisión, pero, en los corazones de los franceses, no están nada pasados de moda», dijo Fillon en entrevista con TF1.
El gran favorito de la derecha y ex primer ministro de Sarkozy -que ya salió a darle su apoyo tras su derrota- es licenciado en Derecho y pasó por varias carteras ministeriales: Educación, Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones, Asuntos Sociales y Ecología hasta llegar a la jefatura de Gobierno.
En clara alusión a Fillon y sus planes, el primer ministro francés, el socialista Manuel Valls, advirtió hoy de que Francia no necesita «soluciones ultraliberales y conservadoras», sino una república «firme y acogedora», con servicios públicos eficaces.
El paso de Fillon por la función pública no fue impoluto. Tras concluir su mandato en 2012, estuvo envuelto en un escándalo de fraude en las elecciones internas de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), que luego cambió su nombre por Los Republicanos.
Además de los recortes y el aumento de la jornada laboral, en la arena social, este admirador de Margaret Thatcher quiere limitar la adopción de niños por parejas del mismo sexo, aunque sin dar marcha atrás a su derecho al matrimonio.
Su campo de batalla incluye reservar la adopción plena y la procreación asistida a parejas heterosexuales y prohibir la gestación subrogada. Además quiere incrementar en 12.000 millones el presupuesto de Defensa y Seguridad.
Nacido en una región occidental de Francia donde las raíces católicas del secular país galo siguen siendo fuertes, Fillon dijo en una oportunidad que Francia enfrenta un problema «ligado al islam».
Su rival, Juppé, propuso en las primarias un tono más conciliador con la gran minoría musulmana francesa y, a sus 71 años, el actual alcalde de Burdeos está más cerca que nunca de alcanzar el Palacio del Elíseo.
«Ambos representamos dos concepciones de la sociedad francesa. Fillon pertenece a una familia tradicionalista, yo represento una derecha más moderna. Me siento más cerca del papa Francisco» que de los contrarios al matrimonio homosexual, dijo hoy Juppé en otra entrevista, con France 2.
El político conservador fue primer ministro de Chirac, quien lo designó su heredero en 1994, y en esa primaria se consagró como el «anti Sarkozy», pero no le alcanzó para ser el favorito.
Percibido como una persona fría e inmutable y con dificultades para acercarse al llano, Juppé estuvo en la política local, fue ministro de Hacienda y vocero del gobierno de Chirac y ministro de Relaciones Exteriores.
Tras perder las legislativas en 1997, regresó en 2002 para crear la UMP, de la que fue elegido presidente. Pero, en 2004, fue inhabilitado por 14 meses para ocupar cargos públicos por malversación de fondos.
Tras un tiempo recluido en Canadá, en 2006 volvió y ganó en su terruño, Burdeos, su plataforma para volver a la palestra nacional en la que el próximo domingo se juega su, quizás, última chance a la presidencia.
Las encuestas, que juegan un papel cada vez más cuestionable tras su incapacidad de predecir el triunfo de Trump o del Brexit en el referéndum de junio pasado en el Reino Unido, muestran a un Fillon ganador frente a Juppé por un 56 %.
Juppé, quien rechazó la sugerencia de algunos asesores para que renuncie a la segunda vuelta, apuesta al debate que celebrará el jueves próximo con Fillon.
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