Familias intentan en Siria huir de los barrios sitiados de Alepo
El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, dijo que era "urgente reaccionar" después de que el régimen de Bashar Al Asad lanzara hace más de una semana una gran ofensiva para reconquistar Alepo-Este.
- Internacionales
- Nov 23, 2016
Un centenar de familias intentaron huir de la parte sitiada de Alepo, mientras tropas del régimen siguen avanzando en este sector rebelde de la segunda ciudad de Siria, que quieren reconquistar a cualquier precio.
En medio de la impotencia internacional frente a la determinación de Damasco y sus aliados ruso e iraní de acabar con toda resistencia en Alepo, Francia anunció que iba a reunir en diciembre a los países occidentales y árabes que apoyan a la oposición siria.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, dijo que era «urgente reaccionar» después de que el régimen de Bashar Al Asad lanzara hace más de una semana una gran ofensiva para reconquistar Alepo-Este, donde 250.000 civiles están sitiados.
En este sector «un centenar de familias se congregaron el martes por la noche cerca de un paso entre el barrio (rebelde) de Bustan al Basha para pasar al de Sheij Maqsud», indicó a la AFP Rami Abdel Rahmane, director del Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH).
Sheij Maqsud es un enclave al norte de la ciudad en manos de fuerzas kurdas, que no apoyan ni al régimen ni a los rebeldes.
Está situado entre Alepo-Oeste, en manos del régimen, y el sector del este, controlado por los rebeldes.
«Pero cuando los civiles intentaban pasar del otro lado, se escucharon disparos», indicó Abdel Rahmane, quien afirma basarse en fuentes presentes en el lugar.
Rehenes y escudos humanos
El gobierno sirio acusó el martes a los rebeldes de retener a 250.000 civiles de Alepo-Este para «utilizarlos como rehenes y escudos humanos».
Determinado a cualquier precio a lograr la rendición del sector rebelde de Alepo, cuyo control perdió en 2012, el régimen lanzó octavillas el martes instando a los rebeldes a dejar la ciudad
pero también que permitan hacerlo a los «civiles que desean partir».
«Dejen de utilizarlos como rehenes y escudos humanos» exigió el ejército.
Interrogado por la AFP un grupo rebelde, Noredin Al Zinki, refutó estas acusaciones calificándolas de «rumores» expandidos por el régimen de Damasco.
«Estas informaciones no tienen nada que ver con la realidad (…) El régimen intenta a cualquier precio expander rumores para refrenar la determinación de los revolucionarios y de quienes los apoyan en el seno de la población de Alepo» aseguró Yaser al Yusef, de la oficina política del grupo.
Desde hace más de una semana, el ejército avanza rápidamente en el barrio de Massaken Hanano, del que controla «casi la mitad» según Abdel Rahmane.
La toma de Massaken Hanano permitiría al régimen cortar el sector rebelde de Alepo en dos, aislando el norte del sur.
Decenas de víctimas civiles
En total, 143 civiles, incluidos 19 niños, han muerto en el este de Alepo en una semana, y otros 16 civiles, entre ellos 10 niños, han fallecido en el oeste de la ciudad, como consecuencia de disparos de rebeldes, según el OSDH.
El avance de las fuerzas gubernamentales acrecienta la desesperación de la población de los barrios caídos en manos de los rebeldes en 2012. Sus habitantes no han sido abastecidos o socorridos desde hace más de cuatro meses.
El jefe de las operaciones humanitarias de la ONU Stephen OBrien también denunció el asedio a Alepo, cuyos habitantes «están aislados, hambrientos, o están siendo bombardeados para obligarlos
a someterse o huir».
«Es una táctica deliberada (…), una forma cruel de castigo colectivo», sentenció.
Por su lado, el ejército ruso afirmó tener pruebas de que los rebeldes de Alepo utilizan armas químicas y ofreció suministrarlas a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
La guerra en Siria, que ha causado más de 300.000 muertos desde 2011, no parece movilizar demasiado al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
En entrevista el martes al New York Times, Trump se limitó a decir que, sobre Siria, él tenía «una perspectiva diferente de la de todo el mundo».