Francisco: «La iglesia llora por los abusos a menores cometidos por sacerdotes»
Así lo consignó en una misiva escrita el pasado 25 de diciembre a los Obispos y divulgada hoy por el Vaticano. "Personas que tenían a su cargo el cuidado de esos pequeños han destrozado su dignidad. Esto lo lamentamos profundamente y pedimos perdón" afirmó.
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- Ene 2, 2017
El papa Francisco calificó como un «pecado» los abusos sexuales por parte de sacerdotes y aseguró que «la Iglesia pide perdón» y se une «al dolor de las víctimas», al tiempo que prometió «tolerancia cero».
«Escuchemos el llanto y el gemir de estos niños; escuchemos el llanto y el gemir también de nuestra madre Iglesia, que llora no sólo frente al dolor causado en sus hijos más pequeños, sino
también porque conoce el pecado de algunos de sus miembros: el sufrimiento, la historia y el dolor de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes», aseguró el Pontífice en una carta escrita a Obispos el 25 de diciembre pasado y divulgada hoy por el Vaticano.
«Pecado que nos avergüenza. Personas que tenían a su cargo el cuidado de esos pequeños han destrozado su dignidad. Esto lo lamentamos profundamente y pedimos perdón», aseveró Jorge Mario Bergoglio.
«Nos unimos al dolor de las víctimas y a su vez lloramos el pecado. El pecado por lo sucedido, el pecado de omisión de asistencia, el pecado de ocultar y negar, el pecado del abuso de poder. La Iglesia también llora con amargura este pecado de sus hijos y pide perdón», agregó Francisco, quien desde su entronización en marzo de 2013 impulsó la creación de una comisión pontificia especial para la «tutela de Menores» que investigue este tipo de prácticas.
«Hoy, recordando el día de los Santos Inocentes, quiero que renovemos todo nuestro empeño para que estas atrocidades no vuelvan a suceder entre nosotros. Tomemos el coraje necesario para implementar todas las medidas necesarias y proteger en todo la vida de nuestros niños, para que tales crímenes no se repitan más. Asumamos clara y lealmente la consigna tolerancia cero en este asunto», sentenció.
La misiva de Francisco se enmarca en un escenario mundial plagado de «los nuevos Herodes de nuestros días, que fagocitan la inocencia de nuestros niños».
«Una inocencia desgarrada bajo el peso del trabajo clandestino y esclavo, bajo el peso de la prostitución y la explotación. Inocencia destruida por las guerras y la emigración forzada con la pérdida de todo lo que esto conlleva. Miles de nuestros niños han caído en manos de pandilleros, de mafias, de mercaderes de la muerte que lo único que hacen es fagocitar y explotar su necesidad», aseveró Francisco, en línea con lo que describió como las «nuevas formas de esclavitud en el siglo XXI».