Catorce años de prisión para un ex jefe policial que mató a un joven por la espalda
Se trata de un hecho ocurrido en 2011 en Pueblo Esther, cuando Mario Urquiza le disparó a Sergio Luján de 19 años y declaró que había sido un tiroteo, fraguando la escena y plantándole un arma a la víctima.
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- Feb 14, 2017
Este martes un ex jefe policial fue condenado a 14 años de prisión por matar por la espalda a un joven, hace cinco años, en Pueblo Esther.
La sentencia a Mario Gabriel Urquiza fue dictada esta mañana por el tribunal compuesto por los jueces Edgardo Fertitta, Julio Kesuani y María Isabel Mas Varela, luego de una semana de juicio oral y público. La condena de 14 años que recayó sobre el imputado es por los cargos de homicidio agravado por empleo de arma de fuego, portación ilegítima de arma de uso civil y falsedad ideológica de instrumento público.
El hecho por el que fue condenado ocurrió en Pueblo Esther en diciembre de 2011 cuando Urquiza le disparó a Sergio Ezequiel Luján, de 19 años, por la espalda y sin dar voz de alto. En ese momento, el uniformado informó que se trató de un enfrentamiento que se produjo luego de que el joven y otra persona «apretaran» a un comerciante en la calle. En el acta oficial, Urquiza dejó constancia que al llegar a la casa de la víctima, Luján salió de atrás de una camioneta y le dio la voz de alto. Asimismo declaró que disparó porque el joven tenía un arma en la mano.
Urquiza fue detenido en 2015 cuando se desempeñaba como jefe de Logística de la Policía de Acción Táctica (PAT), luego de que en la investigación se demostrara que mató a Luján por la espalda y que se fraguó un tiroteo en la escena y se le plantó un arma al joven aunque nunca había estado armado.
Urquiza reconoció que el acta fue adulterada y confesó el delito, aunque dijo que el disparo fue «por accidente». «Voy a confesar hoy mi delito. Yo mentí en el acta por ser la primera vez que me sucedía esta situación, mal aconsejado. Pero no tuve intención de matar a este joven. Tropecé y se me escapó el disparo».
El fiscal a cargo de la causa fue Carlos Covani, quien en principio había pedido cadena perpetua pero durante el juicio cambió el enfoque ya que consideró que no se demostró que el imputado hubiera cometido abuso de sus funciones, y pidió catorce años, que fue, finalmente, la condena que se dictó.