VIERNES, 29 DE NOV

Juana Azurduy, una mujer revolucionaria que unió a Bolivia y Argentina

El 3 de marzo de 1816 la heroína boliviana derrotó a las tropas españolas, liberó a su esposo Manuel Ascensio Padilla y fue nombrada teniente coronel, convirtiéndose así en la primera mujer con rango militar en el mundo.

El  3 de marzo de 1816 la heroína boliviana Juana Azurduy de Padilla, al frente de 200 mujeres indias a caballo, derrotaba a las tropas españolas en Bolivia, liberaba a su esposo el general Manuel Ascensio Padilla que estaba prisionero desde 1814 y era nombrada teniente coronel, siendo así la primera mujer con rango militar en el mundo.

Azurduy, símbolo del compromiso de las mujeres latinoamericanas por las luchas independentistas, nació el 12 de julio de 1780 en Toroca, departamento de Potosí, mientras estallaba y se expandía la rebelión de Tupac Amaru. Quedó huérfana muy pequeña y pasó su infancia en un convento de monjas de su provincia natal.

En 1802 a los 22 años se casó con el general Manuel Ascensio Padilla, con quien tuvo cinco hijos y el 25 de mayo de 1809 cuando estalla la revolución independentista, ambos se unieron a los ejércitos populares creados tras la destitución del virrey y lucharon en las guerras que comenzaron en Chuquisaca y La Paz.

A lo largo de los años, la figura de esta revolucionaria supo expresar la hermandad que une a los pueblos de Bolivia y Argentina, cuando colaboró junto a su esposo con las tropas enviadas desde Buenos Aires en la organización del escuadrón «Los Leales” para liberar el Alto Perú.

Además, Juana Azurduy estuvo al frente de un ejército de indias, mestizas y criollas, apodadas “Las amazonas”, dispuestas a dar la vida por la liberación de sus pueblos. Este proceso fue fundamental para resquebrajar el poder virreinal en la región del Alto Perú.

Referente boliviana 

Juana Azurduy también tuvo un gran protagonismo en su país:  ayudó a crear una milicia de más de diez mil indios, comandó varios de sus escuadrones y libró más de treinta combates.

En 1810, se incorporó al ejército libertador del argentino Manuel Belgrano, quien llegó a entregarle su propia espada en reconocimiento a su labor y la convirtió en la primera mujer en integrar el Ejército Argentino.

En agosto de 1816, se unió a la guerrilla del argentino Martín Miguel de Güemes y liberó el norte de Argentina del control realista.

Juana y su marido vivieron momentos extremadamente críticos en medio de la lucha, tanto que sus cuatro hijos mayores Manuel, Mariano, Juliana y Mercedes murieron de hambre.

Poco tiempo después, Juana que esperaba a su quinto hijo, fue herida durante la batalla de La Laguna y quedó viuda cuando su esposo intentó rescatarla.

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