Con huelgas y manifestaciones, millones de personas protestaron en Brasil contra Temer
Una masiva convocatoria organizada por sindicatos, movimientos sociales y partidos de izquierda paralizó gran parte de Brasil. Pidieron salida del presidente y rechazaron proyectos de reforma del sistema de pensiones y las leyes laborales.
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- Mar 16, 2017
Millones de personas convocadas por sindicatos, movimientos sociales y partidos de izquierda participaron de protestas y huelgas que paralizaron gran parte de Brasil para pedir la salida del poder del presidente Michel Temer y rechazar los proyectos gubernamentales para reformar el sistema de pensiones y las leyes laborales.
En el acto más importante de las movilizaciones, en San Pablo, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva calificó a Temer de «ilegítimo» y afirmó que Brasil sólo volverá a crecer cuando el país elija un presidente por el voto popular.
«Temer no puede vender lo que es del pueblo brasileño», subrayó Lula ante una multitud estimada por los organizadores en 250.000 personas.
Las manifestaciones de gran porte ocurrieron en ciudades de al menos 22 estados, con paros de docentes, médicos, conductores de subte, trenes y colectivos, y con manifestaciones organizadas por centrales sindicales y movimientos sociales.
El cierre al acto en San Pablo encabezado por Lula, que enfrenta cinco procesos por corrupción y es el favorito en las encuestas para las elecciones de 2018, coronó la mayor protesta contra el gobierno de Temer a nivel nacional desde que el ex vicepresidente asumiera en mayo de 2016 en forma interina y definitivamente en agosto, tras la destitución de Dilma Rousseff.
«Fuera Temer» fue el grito que más se escuchó en las manifestaciones, que atrajeron también trabajadores navales, metalúrgicos y portuarios.
La respuesta tuvo eco en el Senado, donde la propia fuerza de Temer, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), retiró el carácter de urgente del proyecto.
«Todo Brasil está en las calles, no podemos pagar este precio, es un error político», dijo el jefe del bloque del PMDB en la Cámara alta, Renán Calheiros, mostrando una grieta en el oficialismo durante la jornada de protestas y paro.
«La próxima jornada contra estos usurpadores que entraron para quitarnos derechos será más grande si no retiran el proyecto de reforma de las jubilaciones del Congreso», dijo el presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT), Vagner Freitas.
Por su parte, el dirigente Guilherme Boulos, del Movimiento de Trabajadores Sin Techo, dijo a Télam en San Pablo que el acto demostraba que el gobierno de Temer «ha asumido para estar al servicio de los grandes intereses económicos y por eso busca estas reformas en el centro del sistema de conquistas populares».
Temer defendió el proyecto durante un acto en el palacio presidencial del Planalto, en Brasilia, y afirmó que la reforma jubilatoria es para «evitar el colapso del sistema».
Advirtió que en caso de que no se haga la reforma, en cuatro o cinco años Brasil deberá tomar un remedio de ajuste en las cuentas públicas, como sucedió en Grecia, España y Portugal.
La discusión gira en torno al proyecto que, según el gobierno, va a terminar con el déficit en la cajas jubilatorias: el plan oficial es eliminar la referencia del salario mínimo y que mujeres y hombres trabajen hasta los 65 años, además de estar obligados a aportar 49 años para cobrar el beneficio en su totalidad.
Actualmente, el sistema es móvil y permite que alguien con 30 años de aportes pueda jubilarse, con techo de 65 años de edad para los hombres y 60 para las mujeres.
En Río de Janeiro, la manifestación reunió a unas 100.000 personas y hubo un herido en enfrentamientos entre un grupo violento y guardias municipales, informó la TV Globo.
El paro docente tuvo alto acatamiento, de más de 85%, en los estados San Pablo, Minas Gerais, Pernambuco y Paraná.
En San Pablo el paro de transporte generó el peor caos de tránsito de 2017 en una ciudad donde están registrados siete millones de vehículos: hubo 212 kilómetros de congestionamiento por la mañana y a la noche el regreso de los que fueron a trabajar también sufrió trastornos.
Los pocos colectivos que circulaban estaban colmados y las paradas registraban grandes filas. Hacer diez cuadras llevaba una hora.
El alcalde de San Pablo, Joao Doria, aliado de Temer, para aliviar la situación de los automovilistas liberó el estacionamiento en las calles.
En el vecino municipio de Guarulhos, el aeropuerto internacional también sufrió alteraciones de servicios con el paro de cuatro horas de trabajadores aeroportuarios.
Según la policía, millones de usuarios del transporte público no pudieron acudir a sus empleos en al menos 25 ciudades de mediano porte del interior de San Pablo, como Campinas, Ribeirao Preto y Sorocaba.