MIéRCOLES, 20 DE NOV

El Gobierno desplazó al presidente del INCAA por supuestas irregularidades

Alejandro Cacetta fue apartado de su cargo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales en medio de denuncias sobre su gestión en el organismo. Por lo tanto, el ministro de cultura le pidió la renuncia, y por el momento la presidencia quedará en manos de Ralph Haiek, su actual vicepresidente. 

El Gobierno apartó hoy de su cargo al presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Alejandro Cacetta, en medio de denuncias sobre irregularidades en su gestión en el organismo.

El desplazamiento del funcionario fue confirmado por el Ministerio de Cultura, que a través de un comunicado explicó que «el recambio obedece a la necesidad de acelerar y profundizar todos los procesos de mejora administrativa» en el instituto.

El INCAA quedará ahora en manos de Ralph Haiek, su actual vicepresidente, luego de que Cacetta fuera acusado por medios de prensa por supuestas irregularidades cometidas durante su gestión.

En este sentido, el Ministerio reafirmó «el compromiso del Gobierno nacional con las políticas de transparencia y con el fomento de la producción audiovisual».

Además, la cartera reconoció el trabajo del hasta ahora presidente de la entidad y destacó que entre sus «logros principales se cuenta la implementación del nuevo Plan de Fomento para la industria audiovisual».

La decisión de alejar a la máxima autoridad del organismo se habría tomado desde la Jefatura de Gabinete apenas un día después de que saliera al aire un informe televisivo que revelaba presuntas irregularidades en el ente cinematográfico y negociaciones incompatibles con la función pública por parte de sus autoridades.

La investigación apuntaba por ejemplo a supuestas maniobras ilegales en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENARC): de acuerdo al informe, el rector de esta academia, Pablo Rovito, habría cobrado sumas importantes de dinero por documentales que nunca realizó.

Además, el informe televisivo denunciaba contrataciones sospechosas, como la compra de dos sillas que le habían salido al INCAA unos 233 mil pesos y que además las habrían adquirido de una empresa que no se dedica a vender muebles.

Otra de las acusaciones del programa periodístico «Animales Sueltos» tiene que ver con que el instituto cinematográfico le habría alquilado una planta en desuso a la firma Cinecolor por más de 600 mil pesos anuales.

Para evitar las licitaciones por este tipo de compras, el organismo habría fracturado el importe en diferentes facturas que eran abonadas el mismo día.

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