SáBADO, 23 DE NOV

Un grupo que busca la inclusión y una medida que los «desampara»

El área de Inclusión de la Asociación Empleados de Comercio de Rosario brinda talleres para personas con discapacidad, pero a dos de los participantes el Estado les quitó su pensión, con la que compraban alimentos y medicamentos.

Por Guido Brunet

Fotos: Hernán Cabrera

Desde el Área de Inclusión de la Asociación Empleados de Comercio desarrollan talleres para unas 35 personas, con los cuales se intenta brindar una respuesta a la discapacidad desde el arte y se busca una “inclusión laboral real”. Sin embargo, allí se vive en carne propia el recorte de pensiones por discapacidad, ya que a dos de los participantes el Estado les quitó los aportes.

“Son chicos que luchan diariamente por conseguir un trabajo digno, pero no lo consiguen”, describe Natalia Iglesias, responsable del área. “Una de las jóvenes vive sola, pero el Estado no le da una inclusión laboral real. Y le quitaron la pensión. Con esos recursos compraban alimentos y medicamentos”, completa Iglesias.

Desarrollando la medida del Gobierno nacional de quita de pensiones, Iglesias lo califica como “realmente muy desalentador”. “Esta decisión nos pone en un lugar de desamparo, tanto a las personas con discapacidad como lo que trabajamos diariamente por construir un mundo mejor donde todo estemos dentro”, sentencia. 

“Ellos luchan y tratan de rebuscárselas y esforzase todos los días para demostrar que pueden y que tienen herramientas para estar dentro de la sociedad como sujetos de derecho”, remarca la licenciada en Educación Especial.

El grupo realiza talleres de pintura, sublimados, muñecos de tela, carpintería, literatura, alfabetización y reciclado de objetos. Hace cinco años que trabajan en el taller de inclusión, con miembros que van desde los 14 hasta los 50 años aproximadamente.

Al área acuden personas con diferentes discapacidades, tanto visuales como auditivas e intelectuales. El espacio se desarrolla de lunes a jueves de 9 a 16 horas en Corrientes 450.

Natalia Iglesias es la coordinadora del Área de Inclusión dependiente de la Secretaría de Cultura de la Asociación Empleados de Comercio de Rosario y junto a ella trabajan seis personas más, cada una con su especialidad.

Falta de oportunidades laborales

Los programas del Ministerio de Trabajo para personas con discapacidad, “no están saliendo”, dice Iglesias. Aunque “no son posibilidades concretas porque los chicos se preparan pero no hay empresarios o negocios que los tomen”, desliza la profesional. “Entonces es una frustración constante intentar y no poder, y más cuando se le recorta la pensión, se segregan más aún esos derechos”.

Desde el ámbito privado tampoco observan oportunidades. “Es todo muy autogestivo. Es muy a pulmón, hay grupos de padres que arman cooperativas y proyectos o fundaciones y ONGs que trabajan con la población de personas con discapacidad”, comenta Iglesias.

La especialista también interpela a la sociedad toda en cuanto al trato que se les brinda a las personas con ciertas limitaciones: “Considero que la sociedad tiene una deuda con las personas que portan una discapacidad. Porque no les dan respuesta y es muy difícil acceder a un trabajo digno y a oportunidades como cualquier otro sujeto”.

Desde los talleres a la población

El grupo formará parte de una feria en La Pérgola (Oroño 192 bis) organizada por la Municipalidad de Rosario, donde se ofrecerán algunas producciones de los talleres, como artesanías, escarapelas y bolsos. “Mostramos qué hacíamos y nos dieron un lugar, para nosotros es muy importante”, comenta Iglesias. A su vez, el 18 y 19 de mayo el grupo presentó sus producciones en una muestra de arte en el Centro de Expresiones Contemporáneas.

Hay dos chicos que a partir del taller, se dieron cuenta de las capacidades que tenían y comenzaron a hacer por su cuenta distintas artesanías. La mujer también menciona el caso de un joven con problemas de comunicación que a partir de los talleres comenzó a hablar más fluidamente. Además, recuerda a un hombre de unos cincuenta años que aprendió a escribir dentro del grupo.

“A partir del arte buscamos las herramientas que los chicos tienen para que se puedan desarrollar. Nosotros intentamos trabajar desde la capacidad, no la discapacidad, detectar qué pueden hacer y que desarrollen esa parte”, cierra la coordinadora del grupo que aglutina a unas 35 personas con diferentes tipos de discapacidad, pero que intenta desde el arte desarrollar su potencial.

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