“Con acciones solidarias intentamos devolver el cariño recibido en las islas”
El Centro de Jubilados y Pensionados de ex Soldados Combatientes en Malvinas no cesa en sus actividades solidarias, poniendo la unión y la camaradería al servicio de los más vulnerables. Conclusión dialogó con Joel Báez.
- Ciudad
- Jul 2, 2017
Por Alejandro Maidana
«Malvinas, tierra cautiva de un rubio tiempo pirata
Patagonia te suspira, toda la Pampa te llama.
¡Ay, hermanita perdida,
hermanita vuelve a casa!»
Atahualpa Yupanqui-Ariel Ramírez
Lo que parece lejano, sigue al acecho y muy cercano. El sentimiento malvinero, ese que atraviesa generaciones en pos de mantenerlo vivo, como abrojo en la memoria. La guerra, ese un monstruo envalentonado por el poder, que paga sus cuentas con vidas que jamás han de volver. Ese frente de batalla, en donde las bajas temperaturas se erigían como un enemigo más al que había que doblegar, transformarían en hombres a esos chicos que hoy aun bajo su uniforme, siguen peleando contra el olvido.
La actualidad no parece tomar distancia de aquellos tiempos en donde la negación y el letargo los abrazaba. Pero lejos de sostenerse como un grito sordo en la inmensidad de la desidia, los pibes de la guerra se organizaron para seguir luchando, esta vez para transformar la realidad de los más vulnerables.
El Centro de Jubilados y Pensionados de Ex Soldados Combatientes en Malvinas, funciona en Moreno 1560. Allí un importante grupo de malvineros se reúnen y organizan actividades solidarias de todo tipo.
Conclusión dialogó con Joel Báez, ex combatiente y titular del Centro para conocer detalles sobre el trabajo que realizan. “Nosotros estamos comprometidos con el pueblo argentino al igual que en el 82. Es importante recordar que cuando combatíamos en las islas recibíamos en manos del pueblo no sólo fuerzas, sino también ayuda de todo tipo. Es por eso que a través de nuestro trabajo solidario encontramos un canal para al menos devolver un poquito de lo mucho que hicieron por nosotros” decía.
Las actividades no sólo son territoriales, muchos jubilados cuentan con el Centro como un lugar donde poder evacuar sus dudas y recibir asesoramiento. Sobre esto Báez dijo: “En esta institución atendemos a mas de 500 abuelos a través del programa de Pami. Vale la pena destacar que aquí se reparten 551 bolsones de alimentos, teniendo en la actualidad una lista de espera de 100”.
Los barrios populares de nuestra ciudad, esas Malvinas que tenemos dentro y que debemos recuperar a fuerza de inclusión y oportunidades concretas. El Mangrullo es uno de ellos, y allí la solidaridad de los combatientes lo abraza: “Allí cocinamos para 150 chicos, es un lugar con un grado de vulnerabilidad notable y es por eso que decimos presente. También colaboramos en la Antenita y en barrio Las Flores. En este último junto a la vecinal atendemos a mas de 400 abuelos que son de la zona y de muy bajos recursos. Esta movida solidaria y fraterna se organiza entre todos los compañeros que integran el Centro”.
La articulación con el Gobierno de la provincia les ha permitido organizar microemprendimientos en favor de los sectores más olvidados. El programa Nueva Oportunidad aparece como pequeña luz en el camino, pero que ilumina al fin. “Ese es un programa interesante, gracias a él podemos fabricar cuadros de bicicletas y de esa manera tener a 15 chicos ocupados y con una salida laboral alentadora. Soñamos con una Argentina inclusiva y de iguales, muchos de estos chicos llegaban con grandes problemas de drogas, pero podemos decir que esta lucha va dando sus frutos, ya que muchos de ellos ya se han instalado en fábricas, producto de este trabajo”, enfatizaba.
Un importante grupo de ex soldados movilizados por Malvinas, sigue dando su lucha por ser reconocidos y a la vez colaborando en lo social: “Tenemos compañeros que fueron movilizados por Malvinas, y que si bien no estuvieron en el frente de batalla, merecen el reconocimiento de todos. Un grupo trabaja con nosotros enseñando el arte de la panificación en los barrios, una actividad más de las muchas que brindamos en este lugar abierto a la ciudadanía”.
Charlas en diferentes escuelas, murales pintados por las manos mágicas de Germán Gago que nos traen el sentimiento vivo de las islas, se pliegan a este camino solidario. Aquellos pibes de Malvinas hoy pelean contra un viejo enemigo que se renueva de manera sistemática: el olvido en todas sus formas.