Cineasta rosarino ganó premio en EE.UU: tomó historia de chico linchado

Por Mario Luzuriaga

El cine rosarino sorprende y es reconocido por su talento en el mundo. Tal es así que la película «Umbral», de Claudio Perrín, fue ganadora del premio a la «mejor película narrativa» en el Festival Internacional de Cine de Broadway, celebrado en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos.

El cineasta rosarino se inspiró en uno de los hechos de violencia que conmocionó no sólo a la ciudad, sino también al país entero. El 22 de marzo de 2013, David Moreira circulaba en moto junto a un compañero y, según las versiones del hecho que aún se investiga, intentaron arrebatarle la cartera a una mujer que caminaba con una nena en brazos. La víctima del asalto trató de resistirse y comenzó a gritar, y fue entonces cuando un automovilista que presenció la situación impactó con su vehículo el rodado en el que iban los jóvenes. Acto seguido, ambos tomaron distintos caminos e intentaron huir a pie. Moreira no lo logró. Una turba de vecinos enardecidos lo alcanzaron y lo golpearon repetidamente. El joven intentó resistir en la primera instancia, pero luego quedó tendido en el piso. Cuando eso ocurrió, un grupo de gente continuó pateándolo en el cuerpo y en la cabeza y, no contentos con ello, arrastraron el cuerpo inconsciente hasta donde había quedado tirada la moto, la levantaron y se la tiraron encima. Tres días después, el joven falleció como consecuencia de los golpes que le provocaron múltiples fracturas de cráneo y pérdida de masa encefálica.

El joven murió tres días después de ese acontecimiento. Esto fue el disparador para que Perrín, en su obra, haga una crítica de lo que sucede en la actualidad y que la violencia la puede ejercer cualquier persona, sin importar las consecuencias. El director contó a Conclusión las experiencias sobre el rodaje y el por qué eligió dicha temática.

—¿Por qué elegiste filmar esta historia?

—»Umbral» fue una especie de tratar de sublimar toda la conmoción que se armó alrededor de lo que pasó en el caso de David Moreira, y la repercusión que tuvo socialmente. No me refiero del tratamiento que se le dio a través de los medios, sino que trascendió a todo el país y eso se retroalimentó y sucedieron casos similares en provincia de Buenos Aires y Córdoba. Fue algo que me conmocionó bastante, no podía creer las cosas que escuchaba por todos lados. No me atemorizó, sino me dio a pensar sobre qué futuro tenemos como sociedad, si al vecino que está esperando el colectivo se le desata la furia de esa manera. Cuando entran a jugar pasiones tan turbulentas, no hay quien se salve.

—¿Te llevó mucho tiempo en armar la historia?

—En realidad no está basado en lo que le pasó a David Moreira, sino que está inspirado. Es una situación similar en base a cualquier linchamiento; pero sí estuve investigando y hablando con gente que estuvo presente en ese momento. Un amigo que vivía ahí cerca y estuvo cuando lo linchaban; y en una oportunidad viví una situación en la que casi me linchan a mí, solo por poner un poco de serenidad.

—Además lo que hacés es una crítica a la sociedad actual…

—Yo creo que más que nada, es un espejo social de lo que queremos hacer. Es un espejo donde verse actualmente o en un par de años, es lo que somos.

—¿Cómo fue que tu película llegó al festival?

—Al ser una productora independiente, vamos encontrando, ante la necesidad de recursos, cómo poder trabajar lo mejor posible. Con «Bronce», mi película anterior, hicimos la misma estrategia de producción y encontramos las plataformas de festivales. Son páginas web en donde nos registramos y empezamos a elegir dónde íbamos a participar. Antes era muy engorroso y caro enviar el material en correo, secundado por carpetas y dvds. Por suerte entramos y la película fue seleccionada.

—¿Qué estabas haciendo cuando te llegó la noticia de que la peli había ganado?

—Yo estaba trabajando en un estacionamiento de autos y cuando miré mi celular, me notificaron que la película había ganado el premio. Esto fue ayer a media mañana.

—¿Tenés ganas de que la película siga circulando por todos lados o sólo en festivales?

—Claro, esa es la idea. Ahora estamos de festival en festival y después estrenarla. No es tan sencillo ese proceso de conseguir exhibirla, mi película anterior ni siquiera pude estrenarla en Buenos Aires. Solo se pasó por única vez en la Biblioteca del Congreso, porque al curador le había gustado.

—¿Qué es «Umbral» para Claudio Perrín?

—Es un espejo donde nos podemos mirar socialmente todos, las sensaciones humanas están a flor de cualquiera. Después está en vos si lo hacés o no. Como obra artística tengo una satisfacción increíble. Porque los actores se destacan y tienen una calidad tremenda. Les crees ahí mismo.