LUNES, 25 DE NOV

«Te estoy buscando”: un programa de radio que milita por la identidad biológica

Liliana Guzmán se enteró a los 17 años que no era hija de quiénes la habían anotado como propia. Hizo de su búsqueda una causa. Y así fue que decidió poner en marcha su propio segmento radial para encontrar a sus padres junto a otras compañeras de lucha.

Por Franco Albornoz

Encontrar su verdad, verse reflejado en los ojos de alguien, mirarse al espejo y reconocerse. Esa búsqueda los mueve desde hace años, cuando supieron que su familia no era la biológica. Armaron un programa de radio, «Te estoy buscando». Liliana Guzmán lidera el segmento, y junto a Verónica Filippi y Viviana Gurovici son parte de los casi tres millones de argentinos que quieren conocer su identidad, que fueron apropiados en el pasado.

“Supuestamente nací el 15 junio 1976 en San Miguel, Buenos Aires. Pero la realidad es que no sé mi fecha real”. Así comienza la historia de Guzmán, madre de dos hijas y representante provincial de “Búsquedas Verdades Infinitas”, una organización destinada a colaborar con la problemática de la identidad biológica.

A los 17 años se enteró que no era hija de quiénes la habían anotado como propia. Su verdad y el interés por averiguar su origen es el estandarte de una pelea que libra a diario. Hizo de su búsqueda una causa. Así fue que el 10 de noviembre del 2014 decidió poner en marcha su propio programa radial junto a otros compañeros de lucha.

Hoy, la FM 93.9 de Funes (www.fmdiezfunes.com.ar) le da espacio, y todos los miércoles de 19.30 a 21.30 se juntan, charlan, se encuentran e interpelan a la verdad, su verdad. “El hecho de que los medios no se hagan eco de la problemática nos movilizó a generar un lugar donde poder transmitir nuestras historias”, manifestó Guzmán a Conclusión.

“Si bien la idea del programa es trabajar con identidad biológica, también colaboramos con los desaparecidos en democracia y pasamos historias mezcladas con un poco de música”, agregó la militante por la identidad.

En cada programa cambian los actores, pero los sentimientos y las percepciones se repiten. Algo los une, y semana a semana se suman nuevos relatos de víctimas de tráfico de personas. “Recibimos llamadas de Miami, Tierra del Fuego y hasta de Australia. Tratamos de concientizar que esto no paso en el norte del país, no somos dos o tres locos aislados, y la única forma de hacerlo es a través de los medios”.

Durante los últimos 3 años, “Te estoy buscando” acumuló más de 7 premios nacionales y menciones de honor, entre los que se encuentran distinciones a mejor programa radial testimonial, mejor programa comunitario y el reconocido galardón “Locos de la Azotea” que se entrega en la provincia de Córdoba.

Guzmán explicó que cada uno de ellos son una “caricia al alma”, y que “lo importante es la difusión”. “Lo trascendente es poder pararme al frente de un escenario con medios de todo el país y decir: ‘soy Liliana Guzmán, una de las tantas víctimas de tráfico de niños’. Aprovechamos cada oportunidad de dar a conocer la situación por la que atravesamos”, puntualizó.

Una vida en la búsqueda de la verdad infinita

A Liliana Guzmán la intuición siempre le dijo que no era hija de quienes la criaron. Desde muy chica, sospechó que sus padres de crianza no eran su familia biológica y desde esa duda inició un largo camino, que todavía continúa, para encontrar el origen que le restituya la identidad. “Poco después que falleció mi padre, a los 10 años, empecé a sospechar que era adoptada. Cuando le pregunté a mi mamá me dijo que estaba loca. Armó los bolsos y en menos de un mes estábamos viviendo en Rosario”.

En abril de 1994 recibió la noticia que confirmaron todos sus temores. “Tenía 17 años. Después de una discusión fuerte me confesó que yo y uno de mis hermanos no éramos sus hijos biológicos. No podía creer que la persona que durante 17 años me enseñó que nunca debía mentir. Me había mentido toda la vida. Quise saber más. Me comentó que era la menor de muchos hermanos y que mi madre biológica me entregó porque yo estaba enferma. Que cuando nací pesaba poco más de un kilo. La jefa del registro civil de José C. Paz llegó a donde ellos vivían para ofrecerme y le dijo que si no sobrevivía por lo menos pueda tener una sepultura digna”. “Con el tiempo un familiar admitió que la entrega se realizó a cambio de comida”.

Desde ese momento comenzó a indagar sobre el tema y conoció muchas otras personas que se encontraban en la misma situación. “Pensé que estaba sola con esto. No tenía conocimiento dela cantidad de gente que sufre por no tener rostro. Nos sentimos una gota de aceite en el medio de un vaso de agua. Es la sensación de no pertenecer. Lo más parecido que tenemos es el reflejo del espejo”, confesó.

Como Liliana, más de 50 rosarinos apropiados durante las últimas décadas, buscan reencontrarse con sus padres biológicos y conocer de dónde vienen. “Somos distintos porque la mentira nos afecta desde otro punto. La mentira más chica nos afecta de otra manera. Es como si nos clavan una puñalada”, explicó.

La Ley de identidad biológica, de sueño a realidad

Se estima que en Argentina hay 3 millones de personas que no conocen sus raíces. Crecieron con padres adoptivos y la mayoría de ellos aún no lo sabe. La trata y tráfico de personas ocupa el tercer lugar como actividad lucrativa ilegal en el mundo, después del tráfico de drogas y el de armas.

Uno de los principales obstáculos para conocer la identidad real de una persona es la negativa de hospitales públicos y clínicas privadas a facilitar los archivos en los que constan los datos natalicios.

La mayoría de ellos llegaron a sus padres de crianza mediante parteras, médicos o trabajadores del estado que propiciaron la falsificación de partidas de nacimiento, entre otras maniobras, y se encontraron con un “pacto de silencio” en el momento de querer remover el pasado.

Por ello, la Cámara de Diputados de Santa Fe aprobó un proyecto que permite el libre acceso a los datos contenidos en los archivos del Registro Civil y a la documentación de los hospitales, clínicas y establecimientos de salud municipal y provincial, tanto públicos como privados, con el fin de poder constatar la identidad de hombres y mujeres que tengan sospechas o dudas al respecto.

Al respecto, Guzmán puso de relieve que “es algo inédito en el país. Yo soy de Buenos Aires y quizás esto no me toca. Pero que la pionera sea Santa Fe donde tengo a mis amigas, mis hijas, tantas madres que buscan, y el lugar donde lucho, es algo hermoso”, indicó, al tiempo que destacó el trabajo del área de Derechos Humanos de la provincia. Para cualquier consulta en relación a este tipo de casos el teléfono es 4721468.

Mientras, a nivel nacional, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación informó la creación de un Registro Único de búsqueda biológica y de origen, con el objetivo de poder entrecruzar la información: entrevistas al correo identidadbiologica@jus.gov.ar.

De la misma manera, propone a futuro, la creación de un banco de datos genéticos abierto a toda la población, de modo gratuito, para la realización de los análisis de compatibilidad de ADN para determinar el origen.

La Ley de identidad biológica avanza en la Legislatura provincial

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